¿Quién es Eleguá? Ofrendas, historia y más

En el culto de la religión Yoruba se conoce a Eleguá como un niño travieso y malcriado, representa a quien abre y cierra la puerta y del destino de los hombres. Aquí encontrarás toda la información que buscas sobre la práctica de la santería en honor a este orishá. Sigue leyendo más sobre este mensajero príncipe.

Elegua

Índice de Contenido

¿Quién es Eleguá?

En la religión Yoruba, Eleguá es una deidad y se considera como la protección primera dentro de esta creencia religiosa. También se le conoce como Eleggua, Ligua, Liwaa o Legua. Se le considera el dueño de los caminos, por lo que se acostumbra que todo iniciado (aleyo) lo reciba como primera fuerza antes de continuar en la religión.

Al ser el dueño de los caminos, es quien se encarga de abrirlos o cerrarlos. Eleguá es uno de los cuatro primeros Orishas, además de ser un guerrero que infunde gran temor y respeto. En la religión católica se le relaciona con San Martín de Porres, San Antonio de Padua o el Santo Niño de Atocha. Forma parte del Panteón Yoruba.

El Santo Niño de Atocha representa a Jesús durante su infancia. Se le rinde tributo en varios países de Europa, América Latina e, incluso, en Filipinas. Su imagen original reposa en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha, en Madrid. Sin embargo, este Santo no puede ser confundido con Eleguá, porque éste forma parte de la religión Yoruba.

Este orishá controla elementos como la suerte y la prosperidad, la felicidad o la desgracia, ya que influye sobre los otros Egguns. Gusta mucho de hacer travesuras. Su nombre suele traducirse como “el mensajero príncipe”. Sus colores son el negro y el rojo. Su número es el tres. Se le ofrecen los días lunes, así como los días tres de cada mes.

Los Eggun son los espíritus ancestrales, siendo generalmente los de los santeros muertos, considerados por ello como desencarnados; y que se manifiestan al morir algunos practicantes de la religión, que es considerada como santería, pueden materializarse como Eggun y estar bajo el poder de su rey, que es denominado Oduduwá, divinidad orishá.

Eleguá

En la santería  (creencia religiosa de origen afrocubano que mezcla las prácticas del cristianismo con las animísticas provenientes de África)  Eleguá es el primer Osha que debe recibirse. Pertenece al grupo de los Orisha Oddé, conocidos como Los Guerreros y, de hecho, es el primero de estos, acompañado por Oggún, Oshosi y Osun, miembros del panteón de los Orishas.

Dentro de la naturaleza está representado por las rocas. En la religión Yoruba es el mensajero de Olofin. Elegua tiene méritos suficientes ante Olofin, Obbatala y Orunmila para recibir atención antes que los demás orishas. Los aleyos que se deciden a entrar en la Santería están obligados a recibirlo durante su iniciación, ya que es quien abre los caminos: nadie avanza sin la bendición y el acompañamiento de Elegua. Es el portero de los montes y sabanas. Se le encuentra detrás de las puertas de los yorubas, protegiendo sus casas (Ilé). Él da la felicidad a los seres humanos.

Quienes cuentan con la protección de Eleguá suelen consultarle con frecuencia. Revela sus consejos por medio de caracoles, conocidos como dialoggun, en el oráculo de Biangue o Aditoto. Es tan grande su poder que es el único que fue y vino del mundo de Ará Onú, donde están los egguns de los muertos.

Veintiuno son los caminos de Eleguá, así como también es el número de la mano de caracoles, siendo esta una de las mayores. De la mano de Obatala, este orisha es el dueño del oráculo del coco (Obi).

Cabe destacar que Eleguá es considerado como una figura espiritual para la religión Yoruba, mejor conocida como santería, cuyos orígenes provienen de África pero desde tiempos de la colonia se asentó en territorio americano, logrando ganar adeptos con el paso del tiempo. Hoy en día tiene un gran asentamiento en Cuba y otros países de América Latina.

Suele rendírsele homenaje con rituales acompañados de música africana como los tambores. Dentro de la santería, es Eleguá la deidad que decide el camino que han de recorrer los hombres. Desciende directamente de Olodumare, el Dios Omnipotente y creador del cielo y la tierra.

Puede decirse que Eleguá es, entonces, un intercesor entre el mundo de las divinidades y el mundo terrenal. A través de él llegan las ofrendas que son presentadas a Olodumare, pues como se dijo al principio, es el intermediario y es quien abre y cierra la puerta hacia lo celestial.

Patakíes  

La religión yoruba tiene su origen en las tradiciones del pueblo yoruba, que ocupa partes de los territorios de Nigeria y Benín, en África. El éxodo africano, que se inició en la época de la colonia, trajo consigo el sincretismo religioso conocido como santería en países como Venezuela y Cuba, y como Candomblé en Colombia y Brasil. Esta práctica reúne canciones, mitos, rituales, canciones y otras manifestaciones culturales que le dan vida a esta creencia.

Eleguá es uno de los orishas que conforma el Panteón Yoruba. Su padre es el rey de Añagui, Okuboro. Otras patakíes cuentan que fue hijo de Obatalá con su primera esposa, Yembo, y que es hermano de las deidades Orunmila, Ozun, Oggun y Chango.

Los Patakíes de Eleguá se refieren a las historias o leyendas narradas sobre esta deidad. En ellas se cuenta sobre las acciones del santo para con los seres humanos. Son relatadas a modo de parábolas, de tal manera que cada una contiene un mensaje, una guía para todos los santeros y creyentes de la religión Yoruba. Entre los Patakíes de Elegua destaca el que narra el momento cuando el príncipe Eleguá tiene contacto con los ancestros.

Un día que el príncipe Eleguá estaba de paseo, vio un extraño objeto en su camino, el cual llamó grandemente su atención porque tenía tres ojos e irradiaba una luz brillante. Era un coco, que había caído de un cocotero. El objeto gustó tanto al príncipe, que éste lo tomó para sí. De repente, aquel fruto comenzó a hablarle y a susurrarle frases que el pequeño trataba de comprender.

La voz que salía del coco le pidió a Eleguá que lo protegiera, que evitara que los animales se lo comieran o que los bichos pudiesen dañarlo. A cambio, le daría salud y prosperidad. Encantado con su descubrimiento, el joven príncipe se comprometió a cuidar del coco y se lo llevó al palacio. Al relatar lo ocurrido, todos se burlaron de Eleguá, incluso sus padres. Le arrebataron el coco y jugaban con el sin que el pequeño pudiese impedirlo. Llegaron, incluso, a esconder el fruto detrás de la puerta, todo para hacer que el príncipe lo olvidara.

Esta decisión del rey atrajo para Elegua una enfermedad que le causó la muerte a los tres días. La corte en pleno lamentó lo ocurrido y lo lloró. El reino atravesó una terrible situación hasta que comprendieron que el origen de tales calamidades estaba en el coco, que había sido abandonado y dejado a merced de los animales y bichos.

El rey decide consultar a un adivino, quien le confirma que el coco era el habitáculo de un genio bueno que, al verse humillado por los hombres, decidió castigarlos con la muerte de Elegua. Aunque el dolor del rey no pudo ser aliviado, el monarca ordenó rendirle culto al coco y pedirle perdón y protección para el reino.

El vidente recomienda al rey que busque la forma de comunicarse con el genio: así, se le colocó al coco ojos, oídos y boca, para que pudiese ver, oír y hablar con los humanos. El genio tuvo, entonces, dos caracoles que le permitía ver, dos conchas para poder oír, y una boca para transmitir su sabiduría a sus devotos.

De esta manera nació Elegua como orishá. Suele ubicarse detrás de las puertas, en una piedra de santo, para proteger la casa de sus devotos. Esto se debe a que se le considera la deidad que abre o cierra la puerta de la felicidad para los seres humanos. Elegua es el portero del monte y de la sabana.

Esta patakí indica que Elegua es uno de los primeros guerreros, siendo también el primero en ser atendido durante las celebraciones. Junto con Obatalá, deidad Yoruba que en la religión católica está representada por la Virgen de las Mercedes, forma parte del oráculo del coco.

Para no perder sus raíces y sus tradiciones, los afrodescendientes que llegaron a América durante la colonia, se apropiaron de las imágenes de los santos católicos, fusionándolos con los nombres de sus deidades africanas. Nace el sincretismo religioso y Elegua encuentra su referente en las rocas. Se considera, además, el mensajero de Olofín, tercera representación del único Dios, Olodumare.

Como se dijo al principio, está sincretizado en la religión católica con el Santo Niño de Atocha, con San Antonio de Padua o con San Benito de Palermo. Su número es el tres y sus colores el negro y el rojo. Se le ofrecen los días lunes de cada semana y los tres de cada mes.

Al dar inicio a los rituales de la santería el primero que suele llamarse es Elegua; es también el último en retirarse de la ceremonia. Esto ocurre porque esta deidad es la que abre y cierra los caminos, lo que a su vez representa el nacimiento y la muerte de la persona humana. Rige todo lo bueno y lo malo, es el intermediario ante los dioses, que sólo aceptaran las ofrendas si él lo permite.

Muchos aseguran que Elegua posee 21 caminos, aunque hay quienes refieren la existencia de más de 101. Cada camino es distinto porque conlleva diferente responsabilidad. Esto depende del lugar donde habitan y algunos otros elementos. Un ejemplo de ello es el camino Elegua Laroyé, que se caracteriza por ser amante del dinero, bailador y burlón, manteniendo un comportamiento infantil.

Muchos otros caminos serán explicados a lo largo de este artículo. Cada uno de ellos representa una característica distinta de Elegua, por lo que es necesario saber diferenciar las ofrendas que se le han de dar a cada uno de ellos, aunque en su mayoría son caramelos o dulces.

Recibir a Eleguá

Al momento de iniciarse en la santería, los aleyos o no iniciados, reciben a Elegua como primer santo. Estos creyentes no son parte del rito, pero dando cumplimiento a la regla de Osha-Ifa, estos novicios deber someterse a una serie de obligaciones establecidas en la religión Yoruba.

Los padrinos o madrinas con los encargados de entregar a Elegua a los aleyos. Estos padrinos se representan en una piedra llamada otan que, al momento de ser recibida se le pregunta si es osha o Elegua, y si su decide caminar para alcanzar la estabilidad, tener vida, salud, amor, firmeza, bienes y protección.

Elegua, representado en el otan, le entrega al iniciado su energía como orishá. Luego de la iniciación, se realiza la imposición de los collares de osha. Se lo entregan a Elegua para que éste lo atienda y pueda comunicarse con él. Más allá de los consejos que brindan los padrinos durante el rito, lo que realmente importa es la fe, pues esta será la que lleve al iniciado por el camino de la santería, guiado por sus orishás.

Una vez recibido Elegua, morará detrás de la puerta o en un rincón importante de la casa; se le colocará en una vasija de barro. El trato que se le brinda a Elegua varía en función de la persona que trata con él. Muchos le tratan como a un pequeño y por eso lo llenan de juguetes y dulces.

Por lo general se le atiende los días lunes o miércoles, aunque él puede recibir peticiones en cualquier momento. Para estableces contacto con Elegua, debe dirigírsele un SORO, que es una oración sincera, sin miedo y desde el corazón, que se conoce como OKAN. Se debe ser muy específico al hacer las peticiones, hablar con claridad y mucha fe.

Al momento de hablar con Elegua, la persona se debe agachar hasta tocar el piso tres veces. Debe decir su nombre y rociar unas gotas de agua mientras lo está invocando con una oración. Debe, además, debe obsequiarle con cantos o los denominados suyeres a Elegua. A este orishá guerrero se le atiende, se le agradece y se le habla.

Los seguidores  acostumbran a hacerle consultas antes de tomar decisiones importantes y éste responde a través de los caracoles, que son la interpretación del oráculo. Una mano posee 21 piezas de caracoles, la misma cantidad de caminos que se le atribuyen a Elegua.

Quien invoca el nombre de Elegua es porque desea realizar un trabajo de santería. Las intenciones pueden ser muchas, como solicitar protección, atraer a una persona, conseguir un trabajo, tener dinero, entre otras. Todo esto se solicita por medio de las ofrendas que se le presentan al santo.

Ofrendas

Tal como se dijo, Elegua es el primer orishá que debe ser atendido y el que recibe las ofrendas o los obsequios que se le presentan al santo. Estos deben ser presentados con mucha humildad, con cariño y fe. Las ofrendas pueden ser elaboradas por los devotos o adquiridas, todas con el fin de brindar un halago a la deidad.

Las ofrendas más comunes para Elegua son el aguardiente, conocido como Otí, la jutia ahumada o Ekú, el maíz tostado o Awadó, el pescado ahumado llamado Eyá y la manteca de corojo, llamada Epó, que se frota. Fumar un tabaco para el santo también es considerado una ofrenda.

Otras ofrendas que también se le colocan a Elegua son golosinas y postres, ya que es tomado como un niño pequeño, príncipe de la religión Yoruba. De esta forma, se le colocan chupetas, caramelos, bombones o cotufas, entre otros. Frutas tropicales, como el coco  y la guayaba, cubiertas de miel, son otros obsequios de este orishá recibe con agrado.

El ñame, crudo o sancochado, presentado en forma de bolitas; las sardinas y todo tipo de pescado, tostados y bañados de miel, son bien recibidos. Todas las ofrendas deben colocarse en bandejas o platos a los pies de Elegua. El santo puede ser atendido con muchos obsequios, ubicados alrededor de él, pues así le gusta. Pero lo más importante es el amor y la dedicación de quien prepara y hace la ofrenda.

Trabajos que se hacen con Elegua

Con la intención de obtener favores de los santos, los devotos suelen hacer trabajos de santería. Ejemplo de ello son las limpiezas que se hacen en los negocios o las casas, para alejar las malas influencias que puedan afectar el desarrollo positivo de las actividades que allí se realizan.

Estos son trabajos de magia, blanca o negra. Suelen realizarse con la ayuda del espiritismo, invocando deidades para que posean su materia y así poder conectarlos con el mundo terrenal. En casos de que los trabajos se realicen con la magia negra, se corre el riesgo de ser poseídos por entes demoníacos.

Cuando los trabajos están dirigidos a dañar a alguna persona, suelen sacrificarse animales. Tanto la sangre como la carne se le dan al santo, pidiéndole que interceda para lograr la petición. Es por esta razón que los trabajos que se realizan con Elegua son muy variados.

Hay quienes invocan el nombre de Elegua para encontrar el amor, otras para la limpieza de sus hogares o negocios, otras para controlar la voluntad de alguna persona, para librarse de los enemigos, para atraer la buena suerte y prosperar económicamente, para solicitar protección, para contrarrestar una brujería. En fin, el devoto puede pedir todo lo que se le ocurra y conseguirlo haciendo un trabajo con Elegua.

Por ejemplo, para atraer la suerte se le puede realizar un trabajo a Elegua, el cual requiere de ingredientes sencillos de conseguir como una tela blanca, ajo, yerbabuena y perejil. Se debe hacer una bolsa con la tela y dentro de ella se colocan las hierbas. Esta preparación se debe pasar por siete pilas de agua bendita y mojarla en ellas, mientras se reza: “Líbrame de mis enemigos, además de todos aquellos que quieren hacerme mal, y dame salud y suerte”.

Al inicio del ritual, que debe ser realizado por santeros, se prende una vela blanca y se saluda al santo, soplando aguardiente tres veces hacia la vela, que puede estar untada con el corojo y bañada con miel. También se limpia la deidad con el humo del tabaco, que se sopla hacia la imagen del santo.

Cada trabajo es diferente, pues depende de la petición que se realice. En muchas de ellas se usan velas de diferentes colores, miel, bolígrafo y papel para anotar las peticiones y, por supuesto, la imagen de Elegua, sin tomar en cuenta su tamaño.

Las velas se untan con miel y van dispuestas en forma de cruz. Se anota obre papel el nombre de la persona que hace la petición y se coloca entre las velas, que estarán encendidas durante catorce minutos, aproximadamente, mientras se pide lo que se desea. Cada día, estas velas deben encenderé por 15 minutos hasta que se consuman.

Este es el procedimiento general que se realiza para los trabajos con Elegua, independientemente de lo que se quiera pedir. Asimismo, se deben dedicar oraciones específicas para cada caso, de acuerdo con lo que la persona está pidiendo, algunas de las cuales se mencionarán más adelante.

Imágenes representativas

Los santos empleados en la religión yoruba son originarios de África. Durante la época de la colonia los esclavos que llegaron a tierra americana trajeron consigo sus creencias, para mantener vivas sus tradiciones. Para sus prácticas religiosas usaron las representaciones físicas de los santos católicos y así evitaban ser castigados por sus amos. De esta manera comenzaron  mezclarse estas dos religiones y profundizaron el sincretismo.

Esta religión mantiene sus creencias en los preceptos del pueblo Yoruba, en el occidente del continente africana. Sus dioses, llamados orishás, dominaban todos los elementos de la naturaleza. Están regidos por Olodumare, considerado como el creador del universo. En el catolicismo está representado como Dios (Yavé), que fue asumido por los afrodescendientes cuando llegaron a América, para mantener sus tradiciones religiosas.

Así, muchas deidades de la religión Yoruba guardan relación con los santos reconocidos por la iglesia Católica. Sin embargo, no deben confundirse porque tienen una representación distinta de acuerdo con la fe que se practica. Dentro de los Orishas Oddé (guerreros), Elegua simboliza al Santo Niño de Atocha, a San Antonio de Padua o a San Benito; Oggún es San Pedro; Oshosi representa a San Norberto y Osún a San Juan Bautista.

Asimismo, Obatalá tiene su semblanza en la Virgen de las Mercedes, Ochún en la Virgen de la Caridad del Cobre, Changó en Santa Bárbara, Yemayá en Nuestra Señora de la Regla y Oyá en la Virgen de la Candelaria. Éstos son los orishás principales de cabecera.

En cuanto a los orishás mayores, Inle se sincretizó en San Rafael o San Roque, dependiendo de la zona donde se le rinda culto; Iroko en la Purísima Concepción, Naná Burukú en Santa Ana, Oduduwá en San Norberto y Orisha Oko en San Isidro Labrador. De los orishás menores Abita se relaciona con el Diablo, Dadá con San Ramón Nonato, Ibejí con San Damián y Oshumare con San Bartolomé.

También existen otras manifestaciones orishas que si bien no guardan relación directa con algún santo católico, se le relaciona con alguna figura mítica de esta creencia religiosa. De esta manera Olodumare es el Gran Poder de Dios, Olofín es Jesucristo, Olorum es el Espíritu Santo, Orula San Francisco de Asís, Ikú la muerte, Eggun representa el espíritu de los ancestros, Aggayú Solá a Saaannn Cristóbal y Babalú Ayé a San Lázaro.

Como puede verse cada uno de los santos tiene mayor o menor relevancia de acuerdo con la zona donde se le rinde culto. Además, cada deidad posee dones y sabiduría específicos. Por ejemplo, Changó representa la danza, el fuego y la justicia; mientras que Ochún, la deidad más joven, es la imagen de la belleza, del amor y de la fertilidad.

Elegua ¿Es bueno o malo?

Saber si Elegua es bueno o malo es una tarea difícil, puesto que nadie conoce la verdad verdadera del mundo de esta divinidad. Sin embargo, dentro del mundo de la santería se le considera como el poseedor del Ashe del universo, el dueño del cosmos, por lo que es el portador de las bendiciones para la tierra. Cuenta con 21 caminos conocidos por los Olorichas (devotos) y alrededor de 101 reconocidos por los Babalawo.

Elegua es quien abre los caminos y todos los senderos, terrenales y espirituales, para los hombres. Es por esto que se considera una deidad representativa de todo lo bueno. Nos es un orisha castigador, pero exige obediencia de sus seguidores, ya que posee grandes conocimientos y sabiduría.

Se relaciona con Eshu, deidad de la santería cubana, que también es el dueño de todo lo bueno y lo malo. Así, Elegua está presente en todas las situaciones, tanto buenas como malas. Aunque es importante destacar que lo bueno o malo de sus acciones depende de lo que abunda en el corazón de quien hace la petición: es el corazón del hombre el que se dirige hacia le bien o el mal.

En ocasiones, Elegua es considerado como un orisha malo, tal como sucede cuando actúa como castigador. Esto se muestra cuando expulsa a creyentes que no cumplieron con la guía de la religión, o cuando sanciona a alguna persona. El castigo impuesto por Elegua es duro y su perdón es difícil de lograr, porque toda decisión que toma una persona, buena o mala, tiene consecuencias. Aun así, Elegua sigue siendo un santo protector.

Es quien guía los caminos de santeros y yorubas, a fin de impedir que se desvíen en su recorrido hacia el logro de sus propósitos de vida. Quien tiene a Elegua como guía principal gozará de prosperidad y equilibrio espiritual, lo que le permitirá estar en armonía con su entorno físico y espiritual.

Como demonio

Con el paso de los años se han profundizado cada vez más los enfrentamientos entre las religiones, cada cual defendiendo sus verdades, en desmedro de las otras creencias. La santería no escapa de esa realidad y, religiones principalmente vinculadas con el cristianismo, han hecho duros señalamientos en contra de esta práctica religiosa.

Hay quienes sugieren que Elegua es sólo un ídolo colocado por los santeros detrás de la puerta de su casa, representado en la imagen de un niño al que se le ofrendan caramelos y juguetes. Otros, más radicales, lo consideran un demonio que es mencionado en la Sagradas Escrituras, al cual se le entregaban víctimas en sacrificio: niños asesinados sobre piedras, cuyos restos eran colocados detrás de las puertas de las casas.

El libro bíblico de Isaías, en su capítulo 57, versículos 3-9, dice lo siguiente: “3. Dios dijo: «Y ustedes, gente infiel, que adora a los ídolos, acérquense y presten atención.  4. ¿De quién se burlan ustedes? ¿A quién le sacan la lengua? Ustedes son hijos del pecado; son gente mentirosa.  5. Debajo de los robles y de todo árbol verde tienen relaciones sexuales para adorar a dioses falsos; junto a los arroyos y en las cuevas de las rocas sacrifican niños en su honor»

6. Ustedes, los israelíes, prefieren adorar las piedras lisas del arroyo; a ellas les han llevado ofrendas de vino y de cereales. Y después de todo esto, ¿esperan verme contento? 7. »Sobre un monte alto y empinado tendieron sus camas, y allí subieron a ofrecer sacrificios.

8. Detrás de las puertas de sus casas colocaron sus dioses falsos, se olvidaron de mí, y los adoraron; hicieron pactos con otras naciones mientras adoraban a esos ídolos. 9. »Van corriendo hacia el dios Mélec, llevando aceite y muchos perfumes; hasta buscan consejo de los espíritus de los muertos”

Isaías condena estos sacrificios, puesto que contrariaba sus enseñanzas ya que consideraba estos actos como pactos con el satanás. Estos rituales se realizaban para rendirle culto a Elegua, Oggun, Oshosi y Osun y que, según lo denunciaba el profeta, eran un “engaño diabólicos de la santería”.

La tradición de la santería indica que al momento de recibir a Elegua, la persona debe presentar en sacrificio un chivo, un pollo o un gallo. Esto se hace para darle la bienvenida al santo, que a partir de eso momento será el protector de ese hogar, junto con las otras tres deidades que siempre lo acompañan.

En necesario, casi obligatorio, que se sacrifiquen dos palomas o un gallo detrás de la puerta de la casa, esto como un ritual para invitar al santo a pasar. De no hacerlo, los espíritus se quedan de rodillas en la puerta y no entran a la casa.  Elegua, invocado como demonio, causa escasez, miseria, enfermedad, pobreza, separaciones y cualquier mal que se pueda imaginar. Esto se puede evitar ofrendándole velas, caramelos, aguardiente, miel de abeja y la sangre de los animales sacrificados.

Ciertas religiones señalan que al fallecer, la persona que recibe a Elegua, se lleva a los ídolos consigo y se va al infierno. Para el catolicismo y otras religiones similares, quienes desean romper con estos pactos deben arrepentirse por los pecados cometidos y aceptar a Dios como su único salvador.

Como se ha explicado, cada creencia religiosa tiene sus preceptos y normas que, en algunos casos chocan con otras. Las personas tienen la libertad de creer lo que ellas consideren, puesto que la búsqueda espiritual es algo individual de los seres humanos. Este tipo de artículo sólo brinda información sobre temas de interés general, más no establece posiciones a favor o en contra de alguna religión.

Cómo debe atenderse

Junto a Olofi y Orula, Elegua obtuvo el privilegio de ser el primer Okana. Para saludarlo, se deben dar tres toques en el suelo frente a él. Este orishá habita en la puerta de los hogares, pues es quien define el límite entre el mundo interno, o la tranquilidad en la casa, y el mundo externo, del peligro y la maldad.

Los lunes, antes de mediodía debe hacérsele una ofrenda: se lava la imagen y se expone al sol, así se prepara para recibir su alimento. Luego, se derrama en el suelo, delante de él, tres chorritos de agua de ritual y se le invoca diciendo:

Omi tuto, Ana tuto, Tuto okan, Tuto laroye, Tuto elei.

Se le habló, pidiéndole Suerte (Oriré), Dinero (Owó) Salud (Didara) y Prosperidad y se le reza: “Dueño de todas las 4 esquinas, mayor del camino, padre mío, llévate lo malo para que pueda caminar con salud, que no haya enfermos, que no haya pérdida, que no haya revolución, que no haya muerte, en el nombre de todos, le doy gracias padre mío Elegguá.(Elegguá laroye asu comaché ichá fofá guara omi tuto, ana tuto, tú tu babami cosi ikú, cosi aro, cosi ofó, arayé, cosi achelú, cosi éun afonfó molei delo omodei.)”

Cada ofrenda que se presenta debe ser enumerada en voz alta. Se frota con manteca de corojo (Epó), se le coloca miel (Oñi), maíz tostado (Aguadó), jutía (Ekun) y pescado ahumado (Ellá guí guí). De inmediato, se agarran tres granos de pimienta (Atare) y se le sopla aguardiente (Oti). Luego se le prende un tabaco (Hasha), se le dan unas bocanadas y el humo se sopla sobre el santo. El tabaco se deja encendido a un lado. Se enciende una vela (Atana).

Saludo: “Echú elewa oga gbogbo namirin ita alagbana baba mi nulo na buruku nitosi le choncho kuelú kuikuo oki kosi ofo, kosi eyo, kosi ku, kosi ano ni orukó mi gbogbo omonile fú kuikuo odueve, baba mi elewa”.

Saludo: “Te refresco a ti para que abras el camino con el permiso de mis padres mayores, yo toco la maraca para que tú me abras la puerta para lograr la paz, prosperidad, evolución, actividad profesional, dinero, amor, estabilidad, salud, firmeza, felicidad, abundancia, armonía, sabiduría y buena suerte, para mí y para todos mis familiares y amigos. Contando también con mi ángel guardián, padrino y todos los representantes del panteón Yoruba”

Al recibir a Elegua, el santero debe atenderlo de una manera especial, a fin de poder obtener sus favores y su servicio. Es por ello que las ofrendas para Elegua deben prepararse cuidadosamente, respetando cada detalle con respecto de las ceremonias, alimentos, ofrendas e, incluso, los sacrificios.

Como ya se ha dicho, Elegua es  el primer santo que recibe una persona cuando se inicia en la Osha. Es entregado por parte de los padrinos y madrinas durante el ritual. Requiere de especial atención, que incluya todo lo que le gusta. Su descuido se traduce en problemas y desavenencias en la vida del devoto.

Diariamente, se le debe brindar atención a este orishá, de preferencia antes del mediodía, o antes de salir de casa o iniciar alguna labor. Con las manos en el suelo, se pide la bendición del santo, se invoca su guía para la prosperidad, salud, paz, la protección y liberación de cosas malas, como la muerte, y el cuido de los seres queridos.

Acto seguido se ofrece la comida, que no debe llevar aceite. Ninguno de los Osha debe comer antes que Elegua. De ser posible, debe hacerse un sacrificio animal por lo menos una vez al año, pueden ser pollos, palomas o un chivo. Tal como se reseñó, las comidas que se ofrecen en los ritos para Elegua son pescado ahumado, jutia ahumada, granos, frutas, ñame, maíz tostado, huevos, miel, pelotas de gofio y dulces. Estas pueden ser ingeridas y ofrecidas a los presentes, una vez que Elegua haya comido.

Otra manera de agradar al santo es con ofrendas, que se colocan en diferentes sitios de la casa, pero siempre en las adyacencias de las puestas. Elegua es un santo al que no se pide casi nada. Hay personas que acostumbran escribir el nombre de los Oshas y colocarlos debajo de las figuras, siempre al lado de Ogun y Oshosi.

Los Oshas son los santeros, seguidores y creyentes de la religión Yoruba. La principal ofrenda que estos presentan ante Elegua es la fe que reciben de los padrinos y las madrinas, la cual contiene en sí misma, la energía espiritual del santo. Como se sabe, Elegua es un niño travieso y caprichoso, al que se debe atender con dulces y juguetes que sean de su agrado.

Una vez hecho el saludo, se enciende una vela blanca y se le sopla aguardiente junto con la llama de la vela. Además, se limpia con el humo del tabaco, que también se sopla sobre el santo. Durante el rito se le sopla aguardiente, se le frota con corojo y un poquito de miel. Se limpia nuevamente con el humo del tabaco y con la vela encendida.

Estas ofrendas deben presentarse sin falta ante Elegua, pues son deudas que él toma muy en cuenta. De no rendir estos tributos, el santo obstruye los caminos de la persona. Por eso debe recordarse atenderlo de forma especial los días lunes y miércoles, además de una ofrenda cada 21 días, por ser éste el número de sus caminos.

Oraciones a Elegua

Las oraciones dedicadas a Elegua tienen mucho poder. A través de ellas puede lograrse salud, dinero y amor. Suelen emplearse en momentos de abatimiento, cuando las personas no ven salida a los problemas que los agobian. También se utilizan para conseguir empleo, prosperidad en los negocios y, en otros casos, para lograr la sumisión de las personas.

Puesto que es el encargado de abrir y cerrar los caminos, muchas de las oraciones que se le realizan van orientadas hacia este fin: que abra los caminos del bien y aleje todo lo malo de la persona que lo invoca. Estas oraciones sirven para atraer cosas buenas, brindar nuevas oportunidades y solucionar problemas. Elegua es un santo protección, a él le pertenecen los destinos y los caminos.

A Elegua se le debe pedir con fe y devoción; sólo así podrá atender las peticiones y brindar el amor, la fortuna, la salud o la suerte que se le pide. Para ello existen muchas oraciones las cuales, de acuerdo con la necesidad del devoto, son usadas de forma particular. A continuación algunas de estas oraciones para invocar el favor de Elegua.

Oración para el amor

Si el devoto lo que busca es conseguir un amor puro y sincero con el cual compartir su vida, existe una oración dedicada a Elegua que ayuda a abrir estos caminos. Lo más importante es recitarla con fe, creyendo desde ya que la petición fue concedida.

“Siempre en nombre del Padre Creador, y con su permiso, yo te invoco Elegua Majestuoso,

pues con tu gran nobleza e presencia influyente, intercedas y me ayudes, para alcanzar todo el éxito en lo que al amor se refiere.

Concédeme tu intervención divina, dándome la paz que hoy me es necesaria,

con la prosperidad que tú me puedas regalar,

y permíteme que pueda salir airoso de cualquier tipo de dificultad que se me presente en el camino,

especialmente evitando que se entorpezca mi felicidad.

Elegua poderoso, yo en este momento acudo a ti con humildad y te ruego,

que vengas a mí con la finalidad de que ahuyentes de mi vida y de todo lo que me rodea,

los aspectos negativos, las maldiciones,

la oscuridad maligna y todo lo que me pueda perseguir,

de igual manera que las malas influencias y los malos pensamientos.

Yo, te imploro Elegua poderoso, en este momento santo,

que seas el protector de mi hogar, de toda mi familia, de mi trabajo,

de cada uno de mis seres queridos y de todo aquello que me rodea.

Pues tú eres el mensajero privilegiado de la buena fortuna,

permite que entre a mi vida el dinero que este reservado para mí, de todos los Orishas.

Magnifico Elegua, te ruego que con tu majestuosa presencia,

me libres de todo mal y peligro, que permitas que se abra para mí,

la puerta grandiosa del amor y que con ello pueda andar este nuevo camino, que me has de iluminar.

Tu serás mi guía en cada uno de los pasos que dé,

llevándome siempre de tu mano, por el camino que he de cruzar guiado por tu luz sagrada,

y con las puerta que me has abierto para poder alcanzar el éxito necesario,

con mucha salud y prosperidad.

Oh Majestuoso Elegua, con mi oración te pido que humildemente protejas a toda mi familia y seres queridos,

alejando de ellos la maldad y amparándolos con la inmensidad, de todo tu sagrado amor.

Permíteme beneficiarme de tus infinitas bondades y bendiciones, al igual que todo lo que yo represento.

Deseo que estés siempre a mi lado y que me acompañes cada día de mi vida,

que ilumines mi camino y si he de enfrentar adversidades, me des la sabiduría y la fuerza necesaria para ello,

con lo que pueda alcanzar a plenitud la victoria.

Te agradezco todo lo que me brindas eternamente y prometo que honrare tu nombre toda mi vida.

Lléname de infinita felicidad el corazón, trayendo a mi lado un verdadero amor;

y no permitas que nadie dañe esta relación jamás.

Que siente este bendecido en el nombre de Dios, especialmente por ti y por todos los santos,

con mi gratitud y devoción majestuoso Elegua, por estar escuchándome,

atender a mis ruegos y concederme cada una de ellas, que sean realidad bajo la gracia de Dios.

Oración para dominar

Elegua es conocido como uno de los oricshas guerreros. Sus dones abarcan el dominio de las estrategias en el campo de batalla y en la vida cotidiana, para el logro de cualquier objetivo. Se le invoca por medio de la oración cuando se quiere someter al enemigo o doblegar a un amor difícil.

Este tipo de oraciones van acompañadas por un ritual de dominio, en el que se le rinde tributo y se le hacen las ofrendas al santo de acuerdo con sus preferencias. El objeto de esta invocación es someter a una persona de tal manera que muestre sumisión y se mantenga apegada a quien hace la petición.

Es importante considerar que debe presentarse una ofrenda a cambio del favor que se pide. Esto es clave para lograr la atención del santo. Debe tenerse a mano un tabaco y un velón, que son especialmente usados en rituales de dominio, éste debe ser encendido cuando se llegue a la mitad de la oración.

Es a Elegua a quien se elevan las oraciones para lograr la sumisión de la de la persona amada y vencer cualquier obstáculo para estar juntos. Otro interés es el de dominar y vencer a los enemigos, invocando a la vez protección en contra de cualquier mal que esté acechando. Esta es la oración:

Oh Elegua dios vigoroso, Laroyé Elegua,

Pido el permiso de dios para invocarte,

Audaz guerrero, que todo lo puedes en el amor,

Yo invoco al espíritu del Dominio a través de ti,

Para que con ello mí amado este siempre tranquilo,

Que se sienta desesperado cuando yo no le vea,

A ti pido Dios Elegua,

Dominar sus sentidos con tu ayuda,

Estar siempre en sus pensamientos,

Y que además por mí siempre pierda la razón y su juicio,

Elegua Oh guerrero, pido tu ayuda para dominar la voluntad de (Nombre de la persona a dominar)

(En este momento se conjura el tabaco y el velón especial para el dominio)

Elegua santa, te pido que lo amarres a mí,

Hazme el dueño de su pensamiento, voluntad y del juicio de (Nombre de quien se desea dominar)

Que todo su cuerpo, acciones y mente estén solo accionadas para mí,

No le permitas ni paz ni tranquilidad hasta que su camino se cruce con el mío,

Que sea solo para mí (Nombre de la persona que se desea dominar), y que yo sea la persona que desee buscar, o ver, besar al igual que abrasar,

Te pido se presente ante mí suplicando, que sea dócil y manso,

Mi guerrero elegua, mi gran Orisha,

Permite que se sienta locamente atraído por mí,

Que este rendido de amor y deseo hacia mí,

Sus ojos no deben mirar a ninguna otra persona,

Sus labios no besen a nadie más,

Sus caricias han de ser solo para mí, pues (Nombre de la persona) es solo para mí,

Oh mi santo Elegua

Yo te pido le traigas fervientemente ante mí,

Que llegue a mí totalmente dominado,

Con su cuerpo, voluntad y pensamientos solo en mí,

Que no tenga ningún otro dueño que no sea (Nombre de quien hace la oración)

Que siempre así sea, y sea de esta manera por siempre,

Laroyé Elegua, mi dios guerrero y vigoroso, amén.

Oración de los 7 nudos

Esta oración también representa un amarre y su objeto es atar a una persona. Se realiza con una cinta o un cordón que se va amarrando a medida que se va rezando la oración. Cada nudo representa una de las siete invocaciones que se hacen a lo largo del petitorio.

La principal intención que manifiestan los devotos al hacer esta oración es amarrar a ciertas personas a su vida y su destino. También pueden amarrarse cosas o situaciones que se desean resolver. Recuerde, a medida que va haciendo la oración debe ir haciendo un nudo hasta llegar a siete.

Nudo 1

Se hace el nudo en medio del cordón o cinta y luego se da comienzo a la siguiente oración: “Este primer nudo, lo realizo para amarrar y rodear con él a (Nombre de quien se va a dominar) para que de esta manera el quede encerrado en este círculo cabalístico, desde este momento sometido a mis deseos, voluntad y cariño”.

Nudo 2

Este nudo debe hace a la derecha del primer nudo, mientras se reza lo siguiente: “Con este segundo nudo, quedaras ligado (Nombre de la persona a dominar) a mi vida con toda la fuerza del mundo, que es capaz de unir hasta el hierro, no podrás actuar sin mis deseos, y tu voluntad será regida por mi espíritu”.

Nudo 3

Este nudo se hace del lado izquierdo del primer nudo, al momento de recitar la siguiente plegaria: “Este tercer nudo, hace que tu cariño se amarre a mí, y quede firmemente atado al mío, jamás se podrán separar, romper ni tampoco quitar. En tanto yo lo decida y que con mi fuerza sea debilitado.

Nudo 4

Este va al lado del nudo dos, en el lado derecho, acompañado de la siguiente oración: “Tus pensamiento estarán siempre sujetos a los míos, y no podrás apartar tu mente de mi imagen, quien estará siempre a tu lado amorosamente siempre por donde vayas, cumpliendo siempre mis deseos tal como ahora lo estoy exigiendo, y lo demando por la fuerza de todo el sortilegio, más mi fe a san Antonio Bendito, que es mi abogado, en lo que pido con toda sinceridad, justicio y sin malas intenciones”.

Nudo 5

Se realiza hacia la izquierda, al lado del nudo dos, junto con la oración que continúa: “Este quinto nudo te aprisionara, atando tú alma a la mía, sin que pueda intentar mantener ninguna relación sentimental con otra persona, tu siempre estarás consagrada a mía amor, para mi será todo tu cariño y felicidad”.

Nudo 6

Va a la derecha, al lado del nudo cuatro. Se hace cuando se dicen las siguientes palabras: “Todos tus pensamientos, las ideas que tengas, lo que realices, desees o digas, será solo para mí, desde este momento , obligando por este medio a que seas parte solo de mí y de toda mi integridad”.

Nudo 7

El último nudo puede hacerse a la derecha o a la izquierda, al momento que se repite la siguiente oración: “Afirmo que tu amor es mío, y queda cerrado con este nudo, en un círculo en el cual te encierro, siendo esta cinta el símbolo de nuestra unión, con ella rodeo tu corazón, ata u alma, toda tu persona y ser; para que esté ligado a mí, siendo mediante estos siete nudos de amos, lo forma en que permaneceremos unidos, enlazados en la vida, donde nadie podrá romperlos, ni tampoco quebrantara nuestro amor ni felicidad”.

Oración Para el trabajo

Es una de las oraciones que más se elevan ante Elegua. Para aquellas personas a quienes se les hace cuesta arriba conseguir un empleo o lograr un ascenso, esta oración puede resultar muy útil. Suelen estar acompañadas de ofrendas o algún rito, para alcanzar el favor por parte del santo.

Lo primero que debe hacerse es elaborar tres bolitas con los siguientes ingredientes: Harina de maíz, pescado ahumado y jutia ahumada. En una vasija de barro se coloca un papel donde está escrito el tipo de trabajo que se solicita. Sobre éste se ponen las tres pelotitas de maíz y, encima de todo, hierba abre camino y una pata de gallina. Luego se reza con fe la siguiente oración:

«Elegua, tu que eres el dueño y amo de los caminos, las puertas y todas las oportunidades; que eres además el que posee el destino de mi vida, crea  mi camino protegiéndome siempre de día o de noche, con salud, prosperidad y dándome la dicha, para que se ilumine mi alma, mi hogar y para que todos los caminos del bienestar se abran cuando tú lo indiques, permite que lleguen a mí las oportunidades, y que con ellos pueda tener actividades prometedoras, con las cuales alcanzar el bienestar de mi familia.

Que mi trabajo este seguro sin que se interponga la envidia, ni permitas ofensas en mis caminos, que con mi capacidad y la ayuda de mi destreza, pueda transformar los hechos de mi vida en realidades, defiende siempre mi trabajo, y toda mi alma para permanecer siempre activo, donde quiera que este o que vaya, con tus bendiciones para no ser herido por nadie, con una gran humildad y fervor, implora ante ti y desde mi corazón todos tus favores hacia mí».

Esta oración se debe hacer por tres días seguidos, comenzando por el lunes. Se enciende una vela blanca y, además, se ofrece algún obsequio a Elegua como ofrenda de agradecimiento, que puede ser una golosina. Pasados los tres días, la ofrenda se lleva hasta un bosque y se deja en el lugar. Al poco tiempo se recibirá una respuesta positiva.

Los hijos de Elegua

Elegua es quien escoge a sus hijos, que son llamados Omo Elegua. Se destacan por su personalidad y su comportamiento, pues son personas muy sociables, conversadoras, con mucha espiritualidad, enamoradas, juguetonas, detallistas y a veces caprichosas, entre otras más. Su espíritu altivo los lleva a ser los primeros en todo, también al momento de colaborar y sumarse al trabajo.

Estas personas manifiestas estas particulares características desde antes de ser llamados como hijos de Elegua. Muchas veces son artistas, con poca estabilidad laboral y sentimental, en constante búsqueda de experiencias nuevas y relaciones amorosas y afectivas.

Los hijos de Elegua se reconocen por ser padres consentidores, hombres y mujeres que se desenvuelven bien dentro de su entorno, enamoradizos e infieles, no les gusta la monotonía. Suelen buscar siempre el significado espiritual de las cosas, de todo lo que les ocurre.

Son personas muy hábiles y con gran inteligencia, pero no son constantes en la consecución de sus proyectos ni se mantienen firmes para el logro de sus propósitos. Resultan un tanto frívolos, amantes de la buena vida y la diversión, por lo que se exponen con facilidad a situaciones de riesgo. Poseen una personalidad fascinante y atrayente, por lo que pueden ejercer altos cargos en sus lugares de trabajo o desarrollarse en el ámbito político.

Los Omo Elegua, nombre dado a los hijos de Elegua, deben cumplir con ciertas características, además de tener un comportamiento recto, orientado hacia la fidelidad del orishá. Su temperamento único los hace sobresalir, incluso antes de ser escogidos por la deidad.

En su entorno

Suelen ser personas elocuentes y extrovertidas, muy bien preparados para desarrollar cualquier conversación. Se comunican con facilidad y son persuasivos, con sus palabras pueden convencer a cualquiera. Se expresa con fluidez, por lo que disfruta comunicarse con los demás. No obstante, su locuaz verbo a veces le hace ganar algunos detractores o enemigos.

Si los hijos de Elegua son del sexo masculino, estos son inquietos e intranquilos, tanto espiritual como físicamente. Gustan de realizar actividades deportivas porque les ayudan a drenar energía, además de visitar nuevos lugares. Piensan que el mundo y su entorno tienen muchos límites, por lo que en algunos casos son tomados como embaucadores. Logran lo que se proponen gracias al buen uso de la palabra. Poseen gran inteligencia y agilidad mental, lo que les ayuda con los juegos de azar.

En lo sentimental

Su verbo es el arma más usada por los hijos de Elegua al momento de enamorar. Lo les gusta mantenerse atados, por lo que rehúyen a todo tipo de compromiso. Por esa misma razón, cuando se enamora, tardan mucho para formalizar su relación de pareja y, si si sienten que las cosas se salen de control, huyen sin dejar huella.

Son soñadores. No soportan la rutina en sus relaciones, lo que en muchos casos los lleva a la infidelidad. Así como se enamoran fácilmente, así también pierden el interés en las personas. Les encanta ser el centro de la atención y recibir halados por parte de su pareja. Si se equivocan, echan mano de su verbo y de su personalidad seductora para persuadir y conseguir una nueva oportunidad.

Como padres

Son padres y madres consentidores que pueden llegar a ser condescendientes con sus hijos. No son padres castigadores por temor al rechazo de sus hijos. En algunas oportunidades llegan a asumir actitudes infantiles, lo que le hace perder la autoridad sobre los hijos e incide en la formación y la disciplina de éstos. Son responsables y cumplen cabalmente con sus obligaciones para con la crianza de su descendencia.

En lo económico

Con frecuencia, los hijos de Elegua se vinculan con actividades productivas, tanto que pueden llegar a los límites. Buscan la abundancia y la prosperidad, al punto de que se sobrecargan de trabajo y responsabilidades para lograr lo que se proponen. Ante los reveses, son de los que se levantan más fuertes y resurgen tanto que llegan a superar su situación anterior.

Como empleados son algo dispersos. Pierden la atención y el interés por lo que realizan con demasiada prontitud. Algunas de sus acciones irreflexivas pueden provocar que sean señalados como delincuentes, pues se apartan de las leyes. Lo que pasa es que, debido a su gran inteligencia, pueden generar ideas tan brillantes que no pueden ser enmarcadas en lo legal, lo que genera confusión.

Si se centran y saben realmente lo que quieren, pueden llegar a ser grandes emprendedores y cosechar muy buenos frutos en los negocios. Son gerentes y líderes naturales. Sin embargo, no son tan arriesgados como para invertir en propuestas de negocios que no conocen.

En lo espiritual

Los hijos de Elegua son personas muy espirituales que siempre buscan el real significado de las cosas. La vida y la muerte son temas que les generan bastante interés y sobre los cuales buscan formarse de forma constante. Tiene gran tolerancia por quienes tienen criterios distintos a los suyos y promueven el debate de ideas, siempre respetando la posición del otro.

Por su insaciable curiosidad pueden llegar a tener diferencias con sus superiores espirituales, esto debido a que no coinciden en sus planteamientos. Algunas veces se empeñan en defender sus ideas y tener la razón. Esta búsqueda en la que los lleva muchas veces al camino de la santería, que les brinda nuevas experiencias espirituales y lo ayudan a crecer como persona y ser humano.

Así, muchos de los Osha alcanzan su equilibrio espiritual en el momento de la iniciación, cuando son elegidos por Elegua. Esto les brinda mayor estabilidad. Convertirse en hijo de Elegua y ser fiel al santo y a la religión Yoruba es para los creyentes, sinónimo de crecimiento para la persona que toma la decisión y para su entorno.

Ofrendas para Elegua

Las ofrendas que se le presentan a Elegua siempre se acompañan con alimentos preparados como pescado ahumado, maíz tostado, caramelos, galletas, frutas, huevos, bolas de maíz, granos cocidos, miel, ñame y aguardiente. Cada santero debe saber lo que es del agrado del orishá y está obligado a dárselo para conseguir sus favores.

Una vez colocadas las ofrendas, éstas se dejan tres días en el altar. Al santo se le pide salud, amor, prosperidad, trabajo, o cualquier requerimiento que se tenga. Pasados los tres días, se retira la ofrenda y se lleva para la Manigua, que es un bosque, matorral o algún terreno pantanoso, donde se desecha.

Para abrir caminos

Elegua es el dueño de los caminos, es el encargado de abrirlos o cerrarlos. Por eso, muchos santeros le rinden tributos y le presentan ofrendas para pedirle que les abra los caminos. Para lograrlo, siempre se debe tener al santo contento, porque sólo de esta forma él concede el favor. El acompañamiento y apoyo de Elegua es uno de los más importantes, pero resulta ser un santo caprichoso y volátil que debe sentirse siempre complacido con las ofrendas que se le hacen.

Las ofrendas, como se explicó con anterioridad, son insumos usados para agradar al santo y hacer que éste conceda las peticiones.  En el caso de Elegua, estas son algunas de las ofrendas: aceite de corojo, tres sardinas enteras, dos velas de color blanco, una botella de aguardiente, polvo de jutia, pescado ahumado, maíz tostado, miel de abejas y tabacos.

Estos materiales son usados para elaborar la ofrenda que se ha de presentar al santo, que se elabora de la siguiente manera: se ponen a tostar las sardinas; se agarra el santo, se toca tres veces el piso con el puño mientras se hace la petición. Luego se colocan las sardinas y se encienden las velas. Durante tres días seguidos, comenzando en lunes, se le ofrecerá al santo velas, aguardiente y tabaco.

A los tres días se retiran las sardinas, se envuelven en un trozo de papel, junto con el pescado ahumado, el polvo de jutia y el maíz tostado. Este envoltorio se deja en un cruce de cuatro esquinas. A los pocos días, la persona comenzará a notar un cambio positivo en su vida.

Sus dos tronos

Según la tradición santera, Elegua se ganó el derecho de tener dos tronos, al defender y hacer cumplir la palabra de Obatala. Es por ello que sus Omo Elegua deben armarle dos tronos durante los rituales. Por esta razón se dice que es uno de los santos más caros. El primer trono que se le arma está ubicado en el Igbodu, como se le llama al cuarto de los santos. El segundo debe montarse fuera de la casa, en las adyacencias de la calle.

Los tronos se arman con bases hechas de cajas u otros materiales, las cuales deben ser cubiertas con tela de color rojo. Encima se ubican soperas que contienen los ingredientes necesarios para el ritual. Alrededor, se ubican objetos que representen el poder del orishá, como sus herramientas. Al final se colocan las ofrendas. Los tronos deben ser vestidos en rojo, que puede combinarse con el negro.

Canto para Elegua

Antes, durante y después de sus rituales, los santeros entonan canciones en honor a las deidades. El tema puede ser variado, pero suelen ser escogidas aquellas que guarden mayor relación con la ofrenda que se presenta y con el tipo de solicitud que se hace. Este es un ejemplo de canto para Elegua.

“Eshu la topa nlówó a bù ké nké

Alaroyé jóko ode bá Orisha maa bo, Alaroyé jóko ode

Gbabó mo júba omo ode kó ni ikose ìgbagbó, agó mo júba fé lébá Eshu lóná.

Isoso abe ó dára kó lorí ejó, baba se mi Isoso abe.

Ifá ni ti a bá débi isé nsé láase e, nítorípe Ifá máa wa

La traducción de este canto es como sigue

Eshu segura siempre la huella del que tiene dinero, para el tomar una parte y separarla como gratificación

Si eres dueño de contradicciones, te sienta en la parte de afuera

Se saluda al Orisha que siempre llega o se esconde

El que es dueño de contradicciones se sienta en la parte de afuera

Rindo homenaje con fe, para que el hijo no tenga obstáculos, permiso con fe,

yo rindo pleitesía y se está a gusto al lado de Eshu que es el camino.

Tiene una navaja de adorno que se engancha en el cuerpo, padre no me rete con su navaja de adorno

Ifá dice que se está haciendo un excelente trabajo

No se reprochará pues Ifá hace que se manifieste”

Los tambores batá y Elegua

La tradición Yoruba y santera establece el uso de tambores para acompañar, apoyar y darle cuerpo y presencia a los rituales. Son tres tambores, conocidos como batá (familia), cuyo sonido sirve de base para la correcta ejecución de los cantos en la lengua Yoruba. Sólo pueden ser tocados por personas que conozcan de la religión. Los batá son instrumentos de percusión originarios de la región africana. Son elaborados según la cultura cubana. Son unos de los símbolos más representativos de la santería.

Estos tambores son llamados membranófonos, porque están hechos con el cuero de chivo o de vaca, y su cuerpo en madera. Se encuentran en dos variantes: los Aberikoka y los Aña; cada uno sirve para ceremonias distintas. Debido a la demanda actual, las empresas que fabrican instrumentos los incluyeron en su lista de producción en serie.

Okonkoló: También se le conoce como Omelé, que significa niño pequeño. Este tambor es el más pequeño de los batá y se utiliza para marcar la pauta y el tiempo.

Itolete: De tamaño mediano. Es también conocido como Omelenkó, que quiere decir niño fuerte. Es el batá que lleva la melodía, marca el toque e invita a la integración del santo con la persona.

Iya: Es el tambor madre y ejecutor principal. Es el más grande de los batá y sirve para apoyar a los otros dos durante la ejecución de las canciones y melodías.

Cada uno de los golpes y armonías de estos tambores son ejecutados con técnicas precisas, por lo que se requiere que el percusionista practique la santería. Estos músicos integran un tipo de cofradía en la que aprenden todos los golpes para acompañar las canciones. Además, se especializan en el canto de las melodías y el acompañamiento de los coros durante las ceremonias.

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En algunos casos, los tambores tienen guindados unos cascabeles que emiten un sonido de relleno durante la ejecución de las melodías.

Los cantos a Elegua están definidos por el acompañamiento que hacen los tambores batá, es por ello que durante las ceremonias siempre están presentes tres percusionistas que le dan mayor belleza a cada rito.

Los 21 caminos

En la mitología Yoruba, los caminos de Elegua son las responsabilidades que asumen los devotos para con su entorno y, en especial, el lugar donde habitan. Se consideran como una especie de “fuerzas protectoras” que sirven de guía para alcanzar la satisfacción espiritual y material que desea el Osha.

Los caminos de Elegua son 21, aunque según los creyentes, pueden ser muchos más, de acuerdo con las características de algunos caminos principales, que pueden ampliarse para darle mayor guía a sus hijos. Entre los principales caminos están los siguientes:

  • Elegua Abaile: este camino sirve de ayuda en la casa de Osha. Es el recibidor de los Ebbó y su responsabilidad es interpretarlos y llevarlos a su destino, de acuerdo con la petición que se ha hecho.
  • Elegua Afrá: Se conoce también como “El niño de las enfermedades contagiosas infantiles”. Este es el camino de Babalu Aye y habita en los hospitales, donde ayuda a Asojuano con las enfermedades, primordialmente aquellas que son contagiosas.
  • Elegua Agbanukué: Proveniente de la tierra Arará. Es considerado el protector de los Ilé, a los que les brinda auxilio y cuidado. Muchos aseguran que junto a Eshu, Barakikeño y Alaroye, es el mejor aliado de los Babalawos.
  • Elegua Akéru: Es el que hace los mandados. Su tarea es llevar y traer.
  • Elegua Agongo Ogo: Se presentan con un garrote que le sirve al momento de atacar o protegerse.
  • Elegua Akesan: Proviene del Reino de Oyó.
  • Elegua Alá Le Ilú: Es el título de honor con el que se le reconoce a Eleguá en las ciudades o pueblos. Es ya viejo, sus artes adivinatorias le han brindado gran jerarquía.
  • Elegua Alá Lu Banshé: Dueño y señor de todo lo que se desea y se piensa hacer. Es el Elegua que gobierna el destino.
  • Elegua Alaroye Akokelebiyú: Este es un niño malcriado y travieso que acostumbra hacer bromas muy pesadas. Tiene mal carácter, explosivo y volátil, por lo que puede cambiar los destinos en las casas a su antojo.
  • Elegua Awó Bara: Es el guardián de la casa de los Babalawos. Un adivino proveniente de la tierra de Oyó.
  • Elegua Elufé: Es el Elegua más viejo y anciano.
  • Eshu Lode: Está considerado como el Eshu que anda por las calles, en el exterior. Es un brujo recorre los caminos como un vagabundo, vistiendo harapos. En algunas ocasiones puede ir a cazar al monte, debido a que este era su oficio cuando vino al mundo.
  • Eshu Igide: Es el que abre los caminos en las sabanas y los montes. Se le invoca para realizar amarres. Trabaja junto con Ozaín, de quien aprendió sus cualidades y el trabajo con las hierbas y plantas.
  • Eshu Kaminalowá: Su tarea es calcular el tiempo de vida de las personas. Es quien abre el camino para las almas que quienes recién han fallecido.

  • Eshu Aselu: Acostumbra a trabajar con los Orishas menores. Es muy joven y tiene como tarea vigilar los agravios cometidos por los hijos de Osha.
  • Eshu Ijelú: Es quien se encarga de los tambores y de todo lo relacionado con la música.
  • Eshu Alalúbanse: Dueño y amo de todo lo que se está haciendo en el presente y de lo que se va a hacer en el futuro.
  • Eshu Diki: Le gusta hacer el bien y ayudar a las personas. Une a las personas, ayuda a entablar amistades.
  • Eshu Dare: Su tarea es ser el mensajero, a través del cual es posible recibir las bendiciones otorgadas por Olodumare.
  • Eshu Bara Dage: Fiel acompañante de Oggún en los montes bosques y los campos. Sus herramientas son el machete y la hoz. Trabaja con todo tipo de serpientes y culebras.
  • Eshu Afrodi: Es el principal asistente de Ifá.
  • Eshu Abanunkue: Este es el Elegua guardián del hogar. Su habitáculo es una vasija de barro.
  • Eshu Abalonke: Es tomado como un Elegua adulto. Posee gran fuerza. Es castigador y acostumbra a usar el fuego para hacerlo.
  • Eshu Aberu: Es quien recibe todos los sacrificios.
  • Eshu Aganika: Peligroso y malo. Debe tenerse siempre contento.
  • Eshu Agongo Ogo: Eleguá que sirve para atacar a los enemigos y defenderse de éstos.
  • Eshu Alaguana: Está presente en todas partes, aunque prefiere el monte o la sabana como su hogar. Mantiene un gran comercio con los Ikús.
  • Eshu Anaquil: Es la madre de todos los Elegua. De carácter fuerte y decidida. Es de alta peligrosidad cuando está enfurecida.
  • Eshu Ananaki: Es el ánima sola, ampliamente reconocida como sinónimo de soledad, tristeza y depresión.
  • Eshu Aroni: Es brujo de carácter violento. Habita en los bosques. Es quien conoce todos los secretos de Ozaín.
  • Eshu Beleke: Se le considera como un niño pequeño pero muy travieso. Posee muchas habilidades y es excelente guardián.

  • Eshu Biri: Es un niño malvado y pendenciero que disfruta haciendo maldades y provocando todo tipo de accidentes.
  • Eshu Echenike: Amigo fiel de Ozaín. Le gusta fumar Egües aromáticas con su cachimba.
  • Eshu Ekileyo: Poseedor de gran inteligencia y sabiduría. Es el protector de quienes buscan conocimientos.
  • Eshu Grillelu: Su tarea es guiar a Olófi.
  • Eshu Ekuboro: Representa la vida y muerte.
  • Eshu Loboni: Su tarea es ser el mensajero de Oshún, por lo que se mantiene siempre atento. Habla mucho.
  • Eshu Laroye: Es amante de la buena vida, del dinero y de la danza. Es burlón, malcriado y con mucha malicia. Habita en la puerta de entrada de las casas. Todo lo sabe. Es quien advierte sobre algún peligro o enfermedad.
  • Elegua Elefe: Son de los Eleguas más ancianos que existen.
  • Elegua Manzaquillo: Este un Elegua en particular está hecho de cemento. Representa al Santo Niño de la Resolución, el Niño Sagrado que ayuda a tomar las decisiones difíciles cuando se está frente a un problema delicado.
  • Elegua Bode: Es el guardián de todo. Para su elaboración se usa un espejo envuelto en tela blanca y negra pulido con cemento, al que se le colocan tres caracoles y tres cuchillas.
  • Elegua Elegbara: Es quien controla los Ebboses (sacrificios). Una vez que la persona hace Ebbó, él se encarga de llevar el mensaje para que se resuelva el problema por el cual se hizo el sacrificio.
  • Elegua Odara: Se le considera el Eshu por excelencia, es el responsable de las trasformaciones. Está muy ligado a Orunmila.
  • Elegua Agogo: Es quien gobierna los cambios de las horas del día y de la noche.
  • Elegua Oro: Es el mensajero divino de la palabra de los orishás.
  • Elegua Opin: Es el Eshu que tiene la tarea de limitar los espacios, que van desde una sencilla estera, pasando por un cuarto, hasta llegar al límite de un territorio o frontera.
  • Elegua Alaketu: Se asocia con Oshún. Sobre él recae la sensualidad y la sexualidad productos del amor, así como también la degradación física y moral que puede originarse por estos sentimientos.

  • Elegua Isheri: Es quien entrega los Ashes. Da el poder necesario a las plantas para que se conviertan en medicina y tengan poder curativo.
  • Elegua Gogo: Representa la justicia. Se encarga de cobrar y pagar las deudas.
  • Elegua Wara: Es el que vigila las relaciones interpersonales, con la familia y con el entorno.

Elegua Afrá

Este santo Elegua suele estar acompañado por Babalu Ayé. Habita en los hospitales y en los centros de salud, donde ayuda a combatir las enfermedades, principalmente las contagiosas. Su habitáculo está sobre una piedra de gran porosidad, como la piedra pómez. Posee gran talento y sensibilidad para ayudar a las personas. A diferencia de los otros, a él no se le brinda aguardiente sino vino tinto o vino de palma.

Le gusta silbar en las calles solitarias y en las esquinas. El collar que lo representa posee cuentas negras y blancas. Las herramientas que lo identifican y que deben colocarse con su imagen son un cayado de viajero y un mortero, donde elabora los medicamentos. De Elegua Afrá se cuenta que brindó ayuda a Babalú Ayé cuando estuvo enfermo y le consiguió los perros de compañía, las muletas y el perdón de parte de Olofín.

Elegua Baralayiki

Este Elegua se considera bochinchero y glotón. Le gustan mucho los dulces y todo tipo de comidas. A este compañero de Oggún se le invoca solicitando protección contra engaños y traiciones. No se deja llevar por las apariencias ni es fácil de engañar. Nació en Oggunda Rosso y es considerado el Santo Niño de las Cosas que son inesperadas. Goza de fiestas, de comidas y golosinas.

Se le invoca cuando se atraviesa por situaciones desesperadas para, con su ayuda, evitar disgustos. En su frente lleva marcada una pequeña flecha con relieve, que se marca con polvo de metal o arena de mar. Los colores para sus collares son el rojo, el negro y el verde claro.

Elegua Laroye

Se caracteriza por ser un Elegua amante del dinero y del baile. Se suele identificar con Eshu y aunque es muy generoso, puede llegar a ser muy cruel. También tiene un comportamiento infantil y juguetón. Es el mensajero de los Orishás, sincretizado en la religión católica como el Santo Niño de Atocha.

Por ser poseedor de gran sabiduría, se le ubica a la entrada de la casa. Tiene el poder de prevenir sobre los peligros que acechan o enfermedades que se acercan. Siempre está acompañado de Oggún y Oshori. Es el primer y último orishá a quien se le reza y se le ofrenda durante los rituales.

Las herramientas que lo identifican con un bastón hecho con madera de guayaba, tres machetes para defender la casa, un guirito con agua, un tazón con golosinas y dinero. Sus hijos tienen el deber de dar limosna a los huérfanos y niños de la calle.

Elegua, el pequeño  Alawana

Es la representación mítica más pequeña de Elegua, la cual también acompaña a Oggún. Es el dueño de todas las cadenas y habita en los bosques, parajes oscuros y montes de difícil acceso. Es considerado el jefe de los Eggu. Representa la desesperanza y la mala fortuna, aunque también es un poderoso hechicero capaz de escapar de cualquier lugar.

Lleva consigo un garabato hecho con la madera del guayabo, con el cual libera cualquier cosa. Durante las ceremonias, sus devotos colocan su imagen sobre un caparazón de cangrejo puesto en el suelo. Sus herramientas son un muñeco de cedro, el caparazón de cangrejo y las cadenas.

Sus seguidores cuando le realizan trabajos o peticiones, suelen colocar su imagen en el suelo sobre un caparazón de cangrejo. También cuenta con herramientas las cuales son cadenas, su muñeco de cedro y el caparazón del cangrejo.

Sobre sus collares

Para la santería, los collares representan el sacramento del bautismo. La ceremonia de imposición de los collares es la más importante dentro de la religión Yoruba. Sus colores varían en función del Orishá al que se le rinde culto. Deben ser elaborados a mano.

El collar simboliza la conexión de los santos africanos con las personas que los usan. De esta manera, para el caso de Elegua, el collar que se usa está elaborado con cuentas rojas y negras, intercaladas entre sí, lo que le aporta belleza y vistosidad. Este collar es la conexión que mantiene el orishá con sus hijos.

Algunos devotos sustituyen las cuentas negras por azabaches. Su función es proteger a los iniciados, los cuales están realizando una especie de pasantías espirituales en la religión Yoruba. El nombre que comúnmente se les da a estos collares es Elekes, aunque en África se les conoce como Iñales. Estos collares no son accesorios ni pueden considerarse objetos de moda. Son impuestos para establecer una conexión espiritual con Elegua y representan la fidelidad del iniciado para con el Orishá que lo ha elegido como su hijo.

Ceremonia de imposición de collar

La imposición de los Elekes es la ceremonia de mayor importancia en la religión Yoruba. En ella participan varios sacerdotes, quienes van lavando, uno a uno, los collares de los Orishás. Este trabajo se hace con una infusión de hierbas aromáticas que se le llama Omiero.

Cada collar debe cargarse con el Ashe del Orisha y la sangre de los sacrificios. Antes de recibir el collar, el iniciado también recibe un baño con una infusión de hierbas. Luego, se le rompe encima la ropa vieja que lleva puesta y se le coloca un nuevo traje de color blanco. Acto seguido se hace la rogación, cuyo fin es despojarse de todas las energías negativas que posee el iniciado.

El padrino o madrina (Oyugbona), van colocando uno por uno los collares sobre el cuello, a medida que van pidiendo a los Orishas paz, estabilidad, amor y todas las cosas buenas para estos novicios. Una vez impuesto el collar deben cumplirse normas muy estrictas, las cuales establecen todo lo que debe hacerse para recibir toda la gracia de las deidades.

El iniciado tiene la obligación de cuidar devotamente sus collares, puesto que pasaron por un proceso de elaboración único antes de serle impuesto. El sacerdote que lo prepara recibe información única del iniciado, por lo que cada collar es diferente uno del otro.

Si por alguna razón el collar se llega a extraviar o a romper, el iniciado debe informar de inmediato a su padrino o Babalawo, quien le dará las instrucciones para reponerlo. Sin embargo, no es muy sencillo elaborar otro collar porque, como se acaba de decir, cada collar es único y concentra las características espirituales de quien lo porta.

De piedra

Al momento de iniciarse en la religión Yoruba, la persona recibe a Elegua como su primer santo. Esto se debe a que es él quien abre los caminos. En ese momento el Orisha está representado con una imagen de piedra llamada Otan. Es allí cuando se le pregunta al iniciado si va a “recibir a Otan de Osha, o si por el contrario recibe a Elegua, para caminar en la vida de quien lo recibe”.

Elegua y Eshu tienen la misma representación espiritual en la mitología Yoruba, pero son distintos. Sin embargo, no es relevante cual Otan recibe, porque de igual forma, una vez que se realice la iniciación, se va a tomar posesión de toda la energía del Orisha, al cual se dele deben brindar los cuidados necesarios como santeros y hacer de éstas prácticas parte de la vida cotidiana.

El tamaño de la Otan no importa. Lo que si debe importar es la fe con la cual se recibe, así como sus cuidados y la forma de mantenerlo contento. Aquí es donde se hace necesaria la orientación del padrino, quien le brindará toda la enseñanza que requiera para atender de forma adecuada a su Otan.

¿Elegua de dos caras?

Pueden encontrarse representaciones de piedra de Elegua con dos caras, cuya imagen representa la dualidad existente entre Elegua y Eshu, siendo éstos antagonistas aunque juntos forman una sola figura. Puede llegar a ser la representación del bien y el mal.

Tal afirmación es hecha por algunos conocedores de la mitología Yoruba y sus prácticas. Sin embargo, hay quienes aseguran que las dos caras representan una forma de protección, que puede llegar a ser positiva o negativa. Puede también ser interpretada por los Orishas como el cielo y la tierra, el principio y el fin cuando se trata de caminos, abrir y cerrar. En fin, sea cual sea la significación real, todas representan la dualidad.

Los 21 caracoles

Elegua es el único Orisha que posee 21 caracoles, porque los otros sólo usan 18. Éstos se conocen en la santería como Dialoggun y forman parte de una de las áreas más fascinantes de la religión Yoruba. Son los caracoles las armas principales de los santeros pues les permiten obtener información del pasado y predecir el futuro para orientar a las personas. Todo esto con el acompañamiento de los Ebbo y otras ofrendas.

La lectura de los Dialoggun es muy compleja. Por eso, quien intenta entender, comprender y aplicar esta sabiduría, debe tener un gran conocimiento sobre la cultura africana y su mitología. Mientras más sapiencia tenga, mayores posibilidades de ayudar a las personas tendrá.

El principio de la lectura de los caracoles se centra en la comparación de sucesos, mezclados con Patakíes, y de los hechos narrados en casa Oddun, que son los símbolos y signos espirituales, jerarquizados dentro del pensamiento Yoruba, para que Olofi pueda tener un mejor manejo la de la información.

Cada Orisha tiene en su poder una cantidad establecida de caracoles, de acuerdo con la tradición y su participación espiritual en la religión Yoruba. Elegua es el único que cuenta con 21 caracoles porque así le fueron asignados, según se relata en un Patakí que explica el porqué de los 21 caracoles de este orisha.

En la tierra Osha Ora, Agbanukue tuvo tres hijos: Ninona, Orobi y Elegua, quienes eran trabajadores fúnebres. Un día, el rey de las tierras de Osha Ora estaba de visita en el pueblo cuando sorpresivamente falleció. Los tres hijos de Agbanukue recibieron la tarea de llevar el cuerpo del rey hasta el pueblo y organizar los funerales. Los hermanos estaban muy agotados y durante el viaje debieron enfrentar múltiples inconvenientes.

Tras superar todo los problemas, los tres hermanos realizaron con mucha alegría el funeral del rey, tocando sus tambores y cantando con entusiasmo. En el pueblo, el sepelio se efectuó sin contratiempos, lo que les hizo ganar mucho dinero y les causó mayor alegría.

Olofin había casado a su hija mayor con el recién fallecido rey Oba. Lo que nadie sabía era que el monarca era impotente y no de dio nietos a Olofin, por lo que éste hizo llamar a Elegua para que ayudara a su hija y a su futuro esposo a tener hijos. Elegua, junto con sus  dos hermanos, se presentó ante el rey y le entregó dos tipos de polvo, uno blanco para la fertilidad y otro rojo que causaba impotencia.

Elegua vendió los polvos blancos al nuevo pretendiente y obtuvo muchas ganancias. Años atrás había vendido los polvos rojos al Rey Oba, causando así su impotencia y la imposibilidad para tener hijos. El dinero ganado por la venta de los polvos fue tanto que los hermanos lo dividieron de forma equitativa. En ese tiempo se pagaba con monedas llamadas Aye. La distribución de la ganancia fue así: cada hermano recibió 18 ayes, pero sobraron tres ayes que fueron entregados a Elegua por haber vendido los polvos. Elegua quedó con 21 ayes y los demás con 18.

Elegua espíritu de coco

A través de las Patakíes Yorubas se conoce que Elegua recibió su consagración primera por medio de un coco. No obstante, algunos sostienen que esto es una burda mentira de algunos comerciantes usureros que con esto buscan obtener ganancias extras. Más allá de este señalamiento, los devotos de Elegua le siguen con mucha fe y respetan su imagen representada en un coco, al cual se le incrustan algunos caracoles y otros materiales hechos por cada persona en su casa.

Esta imagen se establece como símbolo de la protección del Orisha, siendo el coco el objeto escogido para tal fin. Así, el fruto de la palmera es decorado con los caracoles para representar los ojos, la boca y los oídos de la deidad. Así puede ver, oír y hablar con sus seguidores. Esta imagen es vendida así a muchos creyentes, aunque cada santero puede adornarla según los gustos del santo.

Trajes

Los trajes usados en los rituales de culto para Elegua tienen colores característicos: rojo y negro. Por tratarse de un santo pequeño su indumentaria puede ser una levita negra con un sombrero rojo. Sin embargo, la forma de vestir a Elegua varía de acuerdo con el gusto del Orisha y de los adornos que lleva la imagen.

Otro tipo de combinación que suele usarse son los trajes de rayas rojas y negras, que pueden ser tanto horizontales como verticales. También pueden usarse lunares, siempre y cuando se conserven los colores exclusivos rojo y negro. El sombrero también puede decorarse. Los trajes se elaboran con gran esmero, usando materiales de calidad, todo con el fin de agradar a la deidad. La combinación de los materiales también va en función de la imagen que se usa, pero todo debe hacerse con mucha fe.

Los trabajos que se hacen

Dentro de la creencia Yoruba existe gran cantidad de ceremonias y rituales cuyo fin único es “intentar aplicar una fuerza hacia las personas o sucesos con el objeto de modificar el entorno”. Estos intentos son llamados trabajos y van de acuerdo con las solicitudes que cada persona hace al Orisha, con la intención de satisfacer un deseo personal, espiritual o sentimental.

La gama de trabajos es amplísima: los hay para encontrar pareja, para separar amistades, para dominar a una persona, para concretar un negocio, para conseguir empleo y pare de contar. Estos trabajos se pueden clasificar en buenos y malos, dependiendo del beneficio que busque cada persona, a saber:

Trabajos considerados buenos

A través de éstos, las personas solicitan favores de los santos sin dañar a terceros. Su principal fin es obtener un beneficio personal. Entre los más usados se pueden mencionar: atraer a una persona, unir a dos personas, asuntos de trabajo laboral, obtener dinero, defenderse de terceros, encontrar paz y tranquilidad, o concretar el matrimonio de parejas que llevan tiempo esperando.

Trabajos considerados malignos

Al solicitar estos trabajos la persona está decidida a causar algún mal a terceros. Así como los anteriores, estos trabajos conllevan a un beneficio personal, pero para lograrlo atentan contra otros seres humanos. Estos trabajos pueden ser separar parejas, destruir la unión de una familia, lograr la sumisión y dominar a una persona, abandonar a un hombre, destruir la casa de alguien o desamarrar a una persona.

Estos trabajos siempre van acompañados por el uso de ciertos materiales, flores, hierbas, especias, alimentos y sacrificios animales según sea el caso. Los encargados de hacer estos trabajos le indican previamente a la persona lo que debe llevar al momento de la consulta. Por lo general, estos trabajos requieren de un aporte económico para el mantenimiento del altar y del santo, así como el pago de honorarios profesionales para el sacerdote.

Entre los enseres más utilizados para realizar los trabajos están los tabacos, las velas y el aguardiente, que son los materiales de mayor agrado para Elegua. En algunas ocasiones se pueden pedir piñatas, golosinas o dulces, puesto que este Orisha presenta características infantiles.

Velón consagrado

El velón que suele utilizarse para los trabajos con Elegua es el llamado abre caminos, que debe usarse durante las peticiones y ceremonias realizadas en honor al santo. Estos velones son elaborados a mano por artesanos que tallan la imagen del Orisha en el cirio. Se pueden conseguir en establecimientos comerciales junto con los otros materiales.

Como Elegua es considerado el Orisha más poderoso dentro de la religión Yoruba, es a él a quien se le consagra el velón para que, mediante esta ofrenda, la persona pueda contar con la protección de esta deidad y se le abran los caminos hacia todo lo bueno.

Por tanto, este es un velón que ha sido consagrado exclusivamente para Eleggua y se usa todos los días lunes, día en el cual se enciende por quince minutos, tiempo en el que se deben hacer las peticiones, que pueden ser de cualquier índole. De esta forma, el velón es un instrumento para que los santeros puedan alcanzar sus metas y superen todos los obstáculos, acompañando todo este rito con una oración.

Atributos

La figura de Elegua se asienta en una Otan o piedra, una Otan conchífera o de arrecife como las conchas marinas, una Otan con carga, un caracol cobo con carga, un coco seco o de masa con carga. Debe colocarse en una vasija de barro plana. Sus principales atributos son: Los cascabeles, un garabato o bastón de guayaba, una trampa de ratón, juguetes para niños, monedas, una maraca pintada de rojo y negro, un sombrero de paja o guano, pepitas de oro, monedas de plata y llaves de puertas.

Como ya se explicó, sus Elekes o collares están elaborados a mano y llevan cuentas rojas y negras, intercaladas entre sí. En cuanto a su Dialoggun, puede hablar por todos los Odús, puesto que les pertenece, pero principalmente lo hace a través de Oddi,  Ojuani Shogbe y Okana Sode.

¿Cuál es su día?

Elegua es un santo al que se le rinde culto dentro no solo en la religión Yoruba, sino también en la Arará y la Lucumi, todas de origen africano. Su día de fiesta es el 13 de junio, al igual que San Antonio de Padua, con quien se sincretizó. Sus atributos principales son abrir los caminos y destinos de los seres humanos, razón por la cual son agasajados durante esta fecha, ofreciéndole regalos, golosinas y frutas como a todo niño.

Este santo se celebra con fiestas más bien infantiles, en las que abundan los dulces, las piñatas y los juguetes. Debe recordarse que debe ser atendido durante todo el año, especialmente los días lunes, los cuales están dedicados a él. Estas ceremonias Oshas deben ser organizadas y realizadas cuidando todos los detalles debido a que la intención es agradar al santo y obtener sus favores.

Frases destacadas

Elegua es la primera protección que se acude y la que se recibe dentro de la creencia Yoruba. Es él quien abre los caminos para sus hijos, quienes acostumbran rezar o repetir frases para agradar al santo y así obtener la experiencia y sabiduría que éste brinda. Las frases que se citan a continuación, expresan el valor de la oración y la importancia de Elegua en la vida de sus devotos.

“Deja que las puertas se cierre,

Deja que las personas se alejen,

Aquí estoy yo, para abrirte los caminos al éxito,

Dejarte las buenas personas y hacer que las deudas te sean saldadas,

recuerda nadie se va sin pagar la cuenta” Elegua.

Dice Elegua

“Un deseo no cambia la vida

Una decisión la cambia toda

El que no arriesga no gana ni pierde

La fe mueve montañas

Es que siembra hoy recoges sus frutos mañana

No dudes en hacerlo

La valentía se mide por tus acciones” Elegua.

La historia de Elegua con Changó

Changó es conocido como el señor de los truenos, de los rayos, del fuego, de la justicia, de la danza y de la virilidad. Es por ello que es uno de los Orishas que más se destaca en el Panteón Yoruba.

En la antigüedad era un gran rey guerrero, que además poseía facultades para la brujería y la adivinación. Por un error que cometió al destruir su casa, perdió a toda su familia y se volvió Orisha.

Es el hermano menor de Elegua y son muy unidos, siempre combatiendo juntos como guerreros. Muchos Patakíes se narran sobre estos dos hermanos y en todos se les muestra unidos y fraternos.

Con el tiempo, Changó se convirtió en un santo imponente y con mucha fuerza, sin que ello sea motivo para dejar de adorar a su hermano mayor.Cuenta la Patakí que Elegua escondió a Changó cuando éste era un niño, para impedir que fuera asesinado luego de que  ordenó la ejecución de todos los niños varones pequeños. Así también lo hizo con Orula.

Diferencia con Eshu

Eshu es respetado como un Orisha, perteneciente al grupo de Oddé, conocidos como los guerreros. Entre ellos se encuentran los mensajeros de Obatalá, que representa a la virgen, y Olofí, considerada la tercera manifestación del Dios único Olodumare. Eshu es quien gobierna todas las expresiones del mal, con el objeto de que se manifieste todo lo bueno.

Eshu es el Orisha que entregan los Babalawos, sacerdotes de Orumnila cuya representación es San Francisco de Asís. Es también consagrado y entregado a sus devotos, tal como ocurre con Elegua en la santería. Tanto Elegua como Eshu son Orishas guerreros, la diferencia está en que Elegua fue quien acompañó a Obatalá a la tierra.

La imagen que representa a Eshu suele ser una mezcla de cemento con forma humana. Sus oídos, ojos y boca son caracoles. Su consagración está destinada exclusivamente para los Babalawos  y no puede ser realizado por mujeres. Por su parte, Elegua es un Orisha con dotes de adivino, que tiene la tarea de abrir y cerrar los caminos. Su representación en imágenes es muy variada. Estas son algunas características que diferencian a Eshu de Elegua.

Relación con Yemaya

Yemaya es llamada la madre de todos los Orishas. Es el símbolo de la fertilidad y habita en los ríos y está asociada al mar. Posee gran sabiduría e intelecto y su carácter suele ser volátil. Es un líder dentro de los Orisha, por lo que es una figura importante a seguir por los santeros.

La relación de estos dos Orishas se sustenta en el hecho de que Elegua es quien abre los caminos y Yemaya, vestida con su manto azul, evita la ira de las aguas. Por esta razón, estos santos protegen a la tierra y, además, rigen todas las actividades que se realizan en ella. Al unirse estos dos Orishas ayudan a los seres humanos a enfrentar, en determinados momento, todas las fuerzas de la naturaleza que puedan afectarles.

Elegua y el Santo Niño de Atocha

Desde el momento en que arribaron los primeros barcos con esclavos al continente americano durante la época de la colonia, los afrodescendientes siempre trataron de mantener sus raíces y tradiciones, especialmente las religiosas. Pese a estar sometidos a un sistema esclavista, los sacerdotes católicos les permitieron realizar sus ceremonias haciendo uso de sus figuras representativas.

La intención de los sacerdotes era hacer que los esclavos aceptaran la fe católica, pero no lo consiguieron. Sin embargo, tal fue la mezcla de las razas que trascendió a lo cultural, llegando al sincretismo religioso, que sumó elementos del catolicismo a las prácticas religiosas de los negros y viceversa.

Ejemplo de ello es la sincretización del Santo Niño de Atocha con Elegua. Ambos son representados con figuras de niños, algo muy común en países como Venezuela y Cuba. El Santo Niño de Atocha es de origen español, mientras que Elegua es originario de Nigeria. La iglesia católica aceptó este sincretismo solo en lo que concierne a la isla de Cuba, puesto que el Santo Niño de Atocha no es conocido en territorio nigeriano. Estas prácticas se han extendido para todos los creyentes de la religión Yoruba, indistintamente del país donde se encuentren.

Historia entre Elegua y Orula

Las historias de religión Yoruba se han dado a conocer alrededor del mundo, lo que ha permitido conocer más sobre esta cultura y, en especial, sobre las prácticas míticas de los Orishas y el tratamiento que se le da a cada una de las deidades. Los cimientos de la fe de los santeros están en el conocimiento de estos relatos, conocidos como Patakíes.

Entre estas historias sale a relucir la de los hermanos Orula y Elegua. Como se narró recientemente, Orula fue escondido por Elegua para impedir ser asesinado por Obatalá, quien había ordenado la ejecución de todo niño pequeño varón. Lo mismo había ocurrido con su hermano Changó.

La causa de esta drástica decisión radica en el hecho de que Oggun, uno de los guerreros de Oddé, intentó tener relaciones con su madre, lo que perturbó sobremanera a Obatalá, llevándolo a dar la orden de ejecutar a todos los niños varones. Para salvar a sus hermanos pequeños de la ira de Obatalá, Elegua decide esconderlos.

Para lograrlo, el hermano mayor entierra a Orula al pie de un árbol de ceiba, proveyéndole de alimento a diario. Obatalá cae enfermo y es curado por Changó, quien también permanecía escondido. Este momento fue aprovechado por Elegua quien pide el perdón para Orula y le fue otorgado.

Los hermanos desentierran a Orula del pie de la ceiba, donde está un tablero que tiene grabada la figura de Orunmila, que le obsequia a Orula el donde de la adivinación. Changó y Elegua también fueron bendecidos por Orunmila, diciendo Maferefun, que significa Bendición.

Elegua y los guerreros

Los guerreros son los primeros Orishas que reciben los iniciados en la religión Yoruba. Son entregados por los sacerdotes de mayor jerarquía. Sin embargo, en la actualidad, existen algunas casas de santería que tienen  la tarea de entregar estos primeros guerreros. Todo iniciado debe recibir cuatro Orishas, pero el más importante es el llamado “Guerreros de Elegua”

Estos guerreros contienen el aporte espiritual que toda persona requiere al momento de iniciar su camino dentro de la religión. Se les conoce también como Odde y de acuerdo con cada Orisha, son una forma de recibir las energías correspondientes. En el caso de Elegua, su figura es la de un coco y hecha de piedra. Su elaboración responde a un riguroso proceso, en atención a las características únicas del iniciado.

La imposición de Elegua como primer guerrero es la más importante para quien se hace el santo. Esto se debe a que posee aproximadamente más de 200 caminos, por lo cual la preparación tarda mucho más, pues hay que comprender cuál de estos es el que la persona va a escoger y, de esta manera, asignarle su nombre. Usualmente, la imagen de los guerreros porta encima de la cabeza una pluma de loro.

Luego se realiza el rito donde cada guerrero es lavado con una infusión de hierbas. Si es el caso que Elegua quiere hablar con el iniciado por medio de una ceremonia de adivinación Ita, debe sacrificarse un animal de cuatro patas, que puede ser un chivo. Este Ebbo se acompaña con manteca de corojo, miel de abejas, una vela y aguardiente.

Ceremonia de entrega de los guerreros

El Aleyo o iniciado debe estar de rodillas en una estera colocada frente al padrino, quien realiza una oración en lengua Yoruba mientras derrama un poco de agua. Luego, procede a hacer entrega de los Odde, empezando por Elegua, seguido por Oggun, Oshosi y Oshun. El ahijado se pone de pie y saluda al padrino, rozando sus hombros contrarios mientras se dan la bendición.

Los Odde se colocan en sus lugares dentro del hogar. En el caso de Elegua, siempre se le coloca detrás de la puerta principal, por ser éste el protector y custodio de la familia y de todos los que viven en la casa. También deberá guiar por el camino a cada uno de los integrantes del entorno familiar.

Es sumamente importante el cuidado de la imagen del santo. La persona debe mantenerlo resguardado, evitando que se caiga y limpiándolo con frecuencia. Debe brindarle las atenciones que les corresponden en su día que, en el caso de Elegua, son los lunes antes de mediodía. En ese momento el santero deberá limpiarlo y colocarle las ofrendas que los mantendrán siempre contento.

De bolsillo

Esta es una de las presentaciones de la figura de Elegua, que les brinda la posibilidad de llevar al santo colgado en un collar, en pulseras, en llaveros o en el bolsillo, como lo hacen algunos jóvenes que practican la santería. La intención es llevar siempre consigo toda la energía del Orisha y sentir su protección.

Hay quienes consideran que el Elegua de bolsillo es una creación de los hombres para obtener beneficios comerciales. Sin embargo, más allá del tamaño, lo que importa es la que del santero que lo lleva consigo y si Elegua no manifiesta oposición alguna, esta es una manera de rendirle tributo. No obstante, esta práctica es de reciente manifestación en Cuba, por lo que exige la aprobación del sacerdote o el padrino para poder llevarla; esto se debe a que son ellos quienes le entregan la imagen a los devotos.

Elegua fuera de la religión Yoruba

Con el paso de los años es cada vez más fácil ver figuras e imágenes alusivas a Elegua en vasos, franelas o cualquier detalle que permita demostrar que la persona que lo lleva guarda el camino de Elegua. Es por ello que, a continuación, se comentan algunas de estas modalidades que han permitido la masificación de la mitología Yoruba.

Decoraciones con Tortas

En las ceremonias donde se le rinde tributo a Elegua es cada vez más frecuente ver tortas que son elaboradas y llevadas a la casa o el templo donde se encuentra el santo. Estos pasteles son adornados con diferentes elementos que hacer referencia al Orisha; incluso hay quienes colocan la imagen de éste sobre el gran postre. Son realizadas en colores rojo y negro, todo con el fin de mantener contento a la deidad.

Otra costumbre que también se está adoptando es la de elaborar una torta el día del cumpleaños de la persona y colocarla al lado de la otra, para rendirle tributo al santo y hacerle ver que es parte de la familia.

Algunos tatuajes

Desde hace algún tiempo se ve que los chicos de ciudades de Cuba, Nigeria, Brasil, Venezuela e incluso de Europa, se están tatuando las imágenes de Elegua y de otros Orishas así como de temas relacionados con la santería. Se desconoce si el motivo es por creencia religiosa o por moda.

En Cuba, los Babalawos e Iyanifa han hechos duras críticas en contra de esta práctica de data reciente. Argumentan que se falta el respeto a los Orishas y se atenta contra la religión. Otros los toman como una expresión más de la juventud que puede servir para el fomento de la cultura Yoruba más allá de las fronteras cubanas.

Hay grupos de jóvenes santeros que explican que el aislamiento religioso al que han sometido a los Yorubas ha conllevado a que éstos y sus prácticas sean tomados como algo maligno. Consideran que la apertura hacia nuevos criterios y hacia el conocimiento de otras culturas, permitirá conocer a profundidad esta religión. Hoy en día, estas discusiones entre jóvenes y sacerdotes se avivan cada vez más.

Elegua en el billete de 100

En el año 2016, en Venezuela fue emitido un billete de 100 bolívares en donde se podía apreciar, de manera algo confusa, la imagen de Elegua. Se desconoce la intención de tal impresión, lo cierto es que generó gran polémica en ciertos círculos del país, sobre todo el religioso, y por las redes sociales. La causa del escándalo es que en Venezuela la religión Yoruba no es bien vista por algunos sectores de la sociedad.

Sin embargo, en muchas zonas populares, y no tanto, pueden verse personas vestidas de blanco, lo que demuestra que cada vez son más las personas que profesan esta religión en el país suramericano. El Gobierno nunca aclaró el por qué colocó esta imagen en el billete. El papel moneda salió de circulación, como también salieron los señalamientos y las críticas. Sin embargo, hay quienes conservan  el billete como recuerdo o porque creen que les trae suerte.

En Cuba, durante los años 70, fueron emitidas algunas estampillas conmemorativas, en las que se podía apreciar la figura de Elegua y de otras deidades de la mitología Yoruba. Como puede verse, a pesar de que se considera un niño, Elegua posee distintos caminos en los que se muestra como joven, adulto, anciano e, incluso, se ha llegado a hablar de la existencia de un camino femenino de Elegua. Es uno de primeros Orishas que deben recibirse y pertenece al grupo de los Odde o guerreros, junto a Oggún, Oshosi y Ozun, lo lo que nada los detiene.

Es dueño absoluto de los caminos y del destino de los hombres. Abre o cierra la puerta de la felicidad para los seres humanos. En fin, es Elegua el primero en abrir la puerta para continuar en el camino de la religión, y el último en cerrarla.

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