El fin del mundo y el Quinto Sol según los Aztecas

El mito de la creación azteca que describe cómo se originó el mundo se llama la leyenda del Quinto Sol. Existen varias versiones diferentes de este mito y esto es porque muchos relatos fueron transmitidos de manera oral. ¡Conócelo!

QUINTO SOL

Índice de Contenido

¿Qué es el Quinto Sol?

Según el mito de la creación azteca, el mundo en el momento de la colonización española estaba en la quinta era de un ciclo de creación y destrucción o el Quinto Sol, ellos afirmaban que su mundo había sido creado y destruido cuatro veces antes.

Durante cada uno de los cuatro ciclos anteriores, diferentes dioses gobernaron la tierra a través de un elemento dominante y luego la destruyeron. Estas etapas se le conocieron como soles.

Al principio, según la mitología azteca, la pareja creadora de Tonacacihuatl y Tonacatecuhtli, también conocido como el dios Ometeotl, que era hombre y mujer a la vez, dio a luz a cuatro hijos, los Tezcatlipocas del este, oeste, norte y sur. Un texto sobre las Antiguas Culturas Mexicanas de un reconocido estudioso de las mismas y además antropólogo Walter Krickeberg dice:

Los aztecas llamaban al dios supremo Tonacatecuhtli, el Señor de nuestra carne, porque había creado el maíz y todos los demás alimentos que sirven para sostener el cuerpo humano; le dieron una esposa Tonacacihuatl, la Señora de nuestra carne.

Situaban a la pareja en el cielo supremo desde el cual dejaban gotear las almas de los niños, que entraban en el cuerpo de la madre.

La suprema pareja, por ser causante de la procreación y del parto, era también llamada Ometecuhtli y Omecihuatl, Señor y Señora de la dualidad.

Originalmente no estaban relacionados con determinadas cosas y fenómenos naturales y no eran objeto de culto propiamente dicho, a pesar de que se les tenía por los creadores de todas las cosas, del cosmos, de los dioses y de los seres humanos.

QUINTO SOL

Después de 600 años, los hijos de la pareja comenzaron a crear el universo, incluida la creación del tiempo cósmico, para ellos denominados «soles». Estos dioses fueron quienes finalmente crearon el mundo y todas las demás deidades.

Después de que se creó el mundo, los dioses dieron a luz a los humanos. Pero para hacer esto, uno de los dioses tuvo que sacrificarse saltando al fuego y transformándose en un sol, que permite la vida de los seres sobre el planeta.

Cada sol posterior fue creado por el sacrificio personal de al menos uno de los dioses. Por lo tanto, un elemento clave de la historia, como en toda la cultura azteca, es que se requiere de sacrificio para comenzar la renovación.

Los cuatro primeros ciclos

El primer dios en sacrificarse fue Tezcatlipoca, quien saltó al fuego y así comenzó el Primer Sol, llamado el Sol de Viento. Fue una etapa donde los habitantes eran gigantes que solo comían bellotas, raíces y algunos frutos que crecían de forma silvestre, pues no sabían cosechar.

Pero estos primeros moradores fueron devorados por feroces tigres y el mundo llegó a su fin en el día 4 Tigre. Este periodo duró 676 años o 13 ciclos de 52 años, según el calendario pan-mesoamericano.

El Segundo Sol o «Sol de Vientos», fue gobernado por Quetzalcóatl la deidad de la vida, el dia y el aire, también conocido como Tezcatlipoca Blanco y regente del Oeste. Durante su tiempo de dominio la tierra estaba poblada por humanos que solo comían nueces de piñón.

Sin embargo, como Tezcatlipoca quería ser Sol nuevamente, se convirtió en un tigre y arrojó a Quetzalcóatl de su trono con sus zarpas.

QUINTO SOL

Este mundo llegó a su fin el dia 4 viento a través de huracanes e inundaciones catastróficas que arrastraron y desaparecieron a gran parte de los seres vivos, los pocos que sobrevivieron aprendieron a vivir en las copas de los árboles y se transformaron en monos, manteniéndose así por unos 676 años.

El Tercer Sol o «Sol de Lluvias», estaba dominado por el agua, la divinidad regente era el dios de la lluvia Tlaloc y su gente comía semillas que crecían en el agua llamadas acicintli o maíz de agua.

Este mundo llegó a su fin cuando el dios Quetzalcóatl hizo llover fuego y cenizas, el sol ardió y los sobrevivientes se convirtieron en pavos, mariposas o perros, el día 4 lluvia. Duró solo siete ciclos, 364 años, aunque otras fuentes indican que fueron 312.

El Cuarto Sol o el Sol Agua, fue gobernado por la diosa Chalchiuhtlicue, hermana y esposa de Tlaloc. Durante este periodo la gente comía cincocopi un grano parecido al  maíz.

Sin embargo, también llegó a su fin, con una gran inundación que obligo a todas las personas a transformarse en peces y criaturas marinas y el cielo se desplomó sobre la tierra, en el día 4 agua,

Algunas investigaciones indican que al igual que el primer y segundo sol, el cuarto sol de agua duró 676 años, no obstante también aparecen otros datos que sugieren que fueron 312 años.

Se presume entonces que desde el nacimiento de los dioses hasta el fin de esta cuarta era o sol, se calcula que han transcurrido unos 2628 años, sin tomar en cuenta el quinto sol.

QUINTO SOL

La creación del Quinto Sol

Al final del cuarto sol, los dioses se reunieron en Teotihuacan para acordar quién tenía que ofrecerse para que comenzara una nueva era del mundo. El dios Huehuetéotl, el antiguo dios del fuego, inició una hoguera de sacrificio, pero ninguno de los dioses más importantes quería saltar a las llamas.

El dios rico y orgulloso Tecuciztécatl, el Señor de los Caracoles, dudó y durante esa vacilación, el humilde y enfermizo Nanahuatzin saltó a las llamas y se transformó en el nuevo sol.

Tecuciztécatl saltó detrás de él para convertirse en un segundo sol. Sin embargo, los dioses se dieron cuenta de que dos soles abrumaron al mundo, por lo que arrojaron un conejo a Tecuciztécatl y él se convirtió en la luna, por eso todavía se puede ver el conejo en la luna hoy.

Este Quinto Sol o sol de Movimiento, está gobernado por Tonatiuh, el dios del sol. Este quinto sol se caracteriza por el signo del día Ollin, que significa movimiento, de ahí su nombre. Según las creencias aztecas, esto indicaba que este mundo llegaría a su fin a través de los terremotos, y toda la gente será devorada por los monstruos del cielo.

Los aztecas se consideraban a sí mismos la Gente del Sol y por lo tanto su deber era alimentar al dios Sol a través de ofrendas de sangre y sacrificios. De lo contrario, ocurriría la inevitable desaparición del sol del cielo y el fin de su mundo.

La ceremonia del fuego

Una vez culminado un periodo de cincuenta y dos años, los sacerdotes aztecas de turno organizaban y efectuaban un ritual conocido como la Ceremonia del Nuevo Fuego o unión de los años.

La leyenda de los cinco soles indican la culminación de un ciclo de calendario, sin embargo no especificó cual sería el definitivo o último.

Por lo tanto cada 52 años, el pueblo azteca limpiaba sus casas, descartando y eliminando sus figuras sagradas domésticas, utensilios de cocina, atuendos, mantas y  esteras.

Los últimos cinco días antes del final, las hogueras y los fuegos se extinguieron y la gente se acomodaba en los techos de sus hogares a esperar cuál era el  destino de este mundo.

El último día del ciclo del calendario, los sacerdotes suben a la Montaña de las Estrellas, hoy conocida como el Cerro de la Estrella y verían el ascenso de las Pléyades para asegurarse de que estas siguieran su camino normal.

Se encendía fuego en el corazón de una víctima sacrificada, si el fuego no pudiera encenderse, decía el mito, el sol sería destruido para siempre. El exitoso incendio era llevado a Tenochtitlan para volver a encender hogares en toda la ciudad.

Según algunas crónicas españolas, este ritual del Nuevo Fuego se llevó a cabo cada 52 años en pueblos de todo el mundo azteca.

Leyendas del mundo azteca

La civilización azteca prosperó en Centroamérica unos cientos de años después de los famosos mayas. El mito de la creación según los aztecas, suele ser semejante al de otras culturas mesoamericanas, pues muchas creencias eran adoptadas de los pueblos conquistados.

Esta historia es un relato continuo de creaciones y destrucciones, llamadas soles y se le conoce como la leyenda del quinto sol:

Al principio del mundo solo había oscuridad y vacío. La creación comenzó cuando existió el Ometecuhtli o el Señor de la Dualidad y Omecihuatl, la Señora de la Dualidad, siendo un solo ser Ometéotl.

Este primer dios era bueno y malo, hombre y mujer y dio a luz a otros cuatro dioses: Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Tezcatlipoca y Xipe Totec, quienes fueron las deidades encargadas de crear el mundo.

Las primeras cosas creadas por Quetzalcóatl y Huitzilopochtli fueron el fuego y medio sol. Luego emprendieron la construcción de la humanidad, esto mediante el sacrificio de un dios cuya sangre cae sobre el polvo de huesos triturados y produjeron la primera pareja humana.

Estos primeros seres humanos fueron llamados Oxomoco y Cipactonal, respectivamente y el nacimiento de cada uno tomó 4 días.

Después de la creación del hombre, los dioses continuaron su labor, produjeron los encargados del inframundo, el firmamento  y los cuerpos de agua, una criatura acuática muy parecida a un gran cocodrilo de nombre Cipactli  y el dios de la lluvia Tláloc con su consorte Chalchiuhtlicue.

Cuando se completó la creación inicial, siguió un ciclo de cinco soles que correspondían a cinco edades mundiales, cada una terminando en muerte y destrucción.

Según los aztecas, actualmente estamos en el quinto sol de la creación y se dice que se lo debemos al dios Nanahuatzin, quien se sacrificó y es el responsable del sol de la quinta era, que según los mitos de esta cultura terminará con terremotos.

Se cree que una representación de una versión del mito de la creación, junto con los cinco soles, está inscrita en la Piedra del calendario azteca.

Es interesante notar que, en las leyendas aztecas, sus múltiples dioses juegan papeles importantes y fundamentales en la creación y las disputas entre ellos determinan el curso de la humanidad de la misma manera que en los textos egipcios, sumerios, la mitología griega y romana y las principales religiones del mundo.

La leyenda del quinto nos relata la formación y la regencia del nuevo sol y con él, el inicio de una nueva etapa para la humanidad:

Para crear el Quinto Sol y dar inicio a una nueva era para el hombre, todas las deidades se dieron cita en Teotihuacan. Junto a una hoguera divina deliberaban sobre cómo llevarían a cabo el siguiente ciclo de los hombres. Después de mucho meditarlo, concluyeron que alguno de los dioses tendría que entregarse en sacrificio para crearla.

Fueron dos los candidatos un dios de apariencia poco agraciada llamado Nanahuatzin, cuya piel estaba llena de cicatrices y marcas. Este dios humilde fue el primero en ponerse de pie como voluntario para inmolarse en la hoguera.

Celoso de que un dios tan insignificante y desagradable tuviera el coraje de ofrecerse para crear el Quinto Sol, una deidad un tanto arrogante y soberbia conocida como Tecciztecatl decide ofrecerse para tal misión.

Tenían que prepararse previo al día de la ceremonia de nacimiento del nuevo sol, donde se escogería quien daría inicio a la próxima era y cada deidad lo hizo a su modo y con sus recursos.

El día previsto Tecciztecatl, fue el primero en intentar ofender, pero al sentir el calor tan abrasador de la gran fogata se acobardó en cuatro oportunidades, lo que provocó cierto disgusto entre los dioses.

Cuando tocó el turno de Nanahuatzin este se mostró valiente y sin dudar se lanzó en la hoguera. El otro dios sintiéndose humillado, se lanzó al fuego más atrás, pues jamás sería humillado por ese insignificante.

De esta manera se elevaron en el firmamento dos nuevos soles, que iniciaban una nueva era para la humanidad. Pero el mundo no podría tolerar dos soles, así que Ehecatl lanzó un conejo al segundo sol para que brillara menos y fue así como se creó la luna.

Sin embargo, los dioses notaron que los nuevos astros estaban estáticos y débiles, así que, reunidos en torno al fuego divino, entendieron que tenían que hacer un nuevo sacrificio para los astros comenzarán su recorrido y dieran el calor apropiado a la tierra.

Entonces con sus cuchillos de obsidiana, ofrecieron su sangre a los nuevos astros, que inmediatamente se pusieron en marcha. Con esta acción se justifica la tradición tan conocida en estas culturas como eran la muerte de algunas víctimas humanas, que serían el sustento esencial para mantener  la vida del planeta.

Como es frecuente existen variaciones de estas historias, una versión en la que Ehecatl los sacrifica, les quita el corazón y lo arroja al sol para nutrirlo, pero este solo se mueve cuando el viento con su gran fuerza lo pone en marcha.

Otras variaciones del mito

La mayor parte de la información que se tiene sobre los antiguos aztecas proviene de los pocos códices que lograron sobrevivir a la conquista española, especialmente a la cristianización forzada del nuevo mundo.

Sus relatos e historia pueden ser confusos primeramente por la falta de documentación, pues como se dijo mucha fue destruida, además y muy importante destacar, hay muchos mitos populares que solo se transmitían de manera oral.

Esto quiere decir, que eran relatados por los miembros de la comunidad y cada uno lo hacía a su propio estilo, quizás agregando o restando información, por lo que en algunos casos las historias parecen contradecirse entre sí.

Otra razón importante es que los aztecas adoptaron a muchos de sus dioses. de otras tribus, asignando sus propios aspectos nuevos a estas deidades y dándoles aspectos de dioses similares de otras culturas.

Los mitos más antiguos pueden ser muy similares a los más nuevos mientras se contradicen entre sí, al afirmar que un dios diferente realizó la misma acción, probablemente porque los mitos cambiaron de acuerdo con la popularidad de cada uno de los dioses en algún momento en específico.

De cada mito existen diferentes versiones como, por ejemplo, algunos relatos del nacimiento de los primeros dioses y la creación del mundo indican que Coatlicue, la diosa de la tierra, fue la madre de los cuatro Tezcatlipocas y los Tzitzimitl.

Algunas versiones dicen que Quetzalcóatl nació primero, mientras ella todavía era virgen y se suele nombrar con frecuencia a su  gemelo Xolotl, el guía de los difuntos y dios del fuego.

Otras variaciones de este mito afirman que solo Quetzalcóatl y Tezcatlipoca nacieron de Ometeotl, quien fue reemplazado por Coatlicue en este mito probablemente porque no tenía absolutamente ningún adorador o templo para cuando llegaron los españoles.

El orden de los primeros cuatro soles también varía, aunque la versión anterior es la más común. El fin de cada mundo se correlaciona consistentemente con el dios que era el sol en ese momento en todas las variaciones del mito.

Generalmente se dice que el quinto sol es un dios llamado Nanahuatzin, sin embargo existe una versión en la que se hace referencia al dios Tonatiuh, que estaba enfermo, pero se rejuveneció al quemarse vivo.

Esta deidad se convirtió en el sol guerrero, que deambulaba por los cielos con las almas de los que fallecieron en la batalla, negándose a moverse si no le entregaba en sacrificio suficientes vidas humanas.

Le sugerimos algunos artículos muy interesantes de este blog: 

(Visited 1.339 times, 1 visits today)

Deja un comentario