La Verdadera Leyenda Corta De La Llorona

La leyenda más extendida en toda Latinoamérica y el mundo, que narra la trágica historia de una mujer que a causa de un desamor acabó con la vida de sus hijos, por ello su espíritu sollozante sigue vagando en el mundo terrenal buscandolos. A Través de este artículo, te invitamos a conocer la verdadera Leyenda Corta de la Llorona.

LEYENDA CORTA DE LA LLORONA

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La leyenda corta de la Llorona

La leyenda corta de la Llorona, es uno de los mitos mexicanos más conocido que ha recorrido todo el mundo. Esta narra la historia de una fémina la cual su origen data más o menos al tiempo de la creación de México, con la llegada de los españoles a estas tierras. Se cuenta que había una mujer nativa que tuvo una aventura amorosa con un caballero español, la relación de estos llego a tanto que la mujer llegó a dar a luz a tres hermosos hijos, cuya madre cuidó devotamente, haciendo de ellos su mayor adoración.

Los días de este amor seguían corriendo entre mentiras y sombras, la pareja se escondían de todos para aprovechar su vínculo. La mujer al ver a su familia formándose, busco satisfacer las necesidades de sus hijos esencialmente asegurar para ellos tener a su padre a tiempo completo; es por ello, que ella solicita al español la formalización de la relación. Sin embargo, este esquivó una y otra vez dicha petición de su amante, posiblemente por miedo al qué dirán ya que este era miembro de la clase alta, y consideraba que este vínculo con una nativa podría afectar su estado.

Luego de la constante insistencia de la mujer y la negativa de hombre, un tiempo después este último la abandonó  para casarse con una dama de la alta sociedad española. La mujer nativa, descubriendo el hecho quedó herida y devastada por la traición y el engaño, fue tanto el desespero que llevó a sus tres hijos las orillas del río, les dio por última vez un fuerte abrazo como símbolo del amor que les tenía, para finalmente hundirlos hasta ahogarlos. Posteriormente, esta acabó con su vida ya el cargo de conciencia y la culpa la atormentaban constantemente.

A partir de ese momento, se escuchan los dolorosos lamentos de la mujer en el río donde sucedió el hecho. Algunas personas manifiestan haberla visto vagando desesperadamente, con un profundo grito de dolor y arrepentimiento por sus hijos. La culpa no la deja descansar, su queja se escucha cerca de la plaza principal; las personas que miran por la ventana de sus residencias describen a una mujer vestida completamente de blanco, de contextura delgada y cabello negro; que anda llamando a sus hijos desaparecidos en el lago Texcoco.

La Verdadera Historia de la Llorona

En casi todas las ciudades de México, hay una historia sobre una mujer fantasmal que sale todas las noches a gritar y llorar por sus hijos en la calle. En el tiempo actual, generalmente se la representa como el espíritu de una mujer con la cabeza cubierta, vestida de negro, pero la realidad es que nadie sabe cómo es «La Llorona», uno de los personajes más característicos de las historias de miedo en México.

LEYENDA CORTA DE LA LLORONA

Las localidades del país azteca están sumergidas en esta famosa leyenda, en cada una de ellas existe un lugar donde hay testimonios sobre las apariciones de esta misteriosa mujer que deambulando por la noche, grita con voz dolorosa: «¡Oh, hijos míos!» Por ejemplo, en la capital mexicana, afirman que apareció en el centro de México, en los municipios de Xochimilco (flotando en los canales) y en el de Coyoacán.

Pero la leyenda originaria de este popular mujer se conecta con el mundo prehispánico y tiene lugar alrededor de una década antes de la llegada de los conquistadores españoles, en 1521.

¿Cual Es la Verdadera Historia de la Llorona?

Esta historia está reflejada en uno de los escritos del Fray Diego Durán, uno de los evangelizadores españoles que se percató que el emperador azteca Moctezuma II estaba preocupado por los sueños que anunciaban el fin de su reinado. Ha sus oídos llegaron relatos de peatones nocturnos, asegurando haber visto a una mujer llorar y lamentarse, así que este les pidió que le preguntaran por qué su dolor y qué quería manifestar. La aparición de esta fémina se manifestaba en el lago Texcoco que se encontraba en la legendaria capital del imperio azteca Tenochtitlán.

Los relatos sobre esta mujer también fueron llevadas al Fray Bernardino de Sahagún (enviado franciscano cuyo trabajo ayudó a reconstruir los eventos del antiguo México), a quien los lugareños le aseguraron que por la noche esta mujer gritaba «Mis hijitos, ya debemos irnos! Y otras veces, hijos míos, ¿a dónde los llevaré? «, refiriéndose a su intento de salvar a los nativos de la masacre que iba a suceder con la llegada de los conquistadores españoles. El franciscano llamó a la mujer Cihuacoatl (mujer serpiente) o Tonantzin (nuestra madre).

«El relato dice que fue una mujer que se manifestaba con el fin evitar todo lo que iba a caer sobre los pueblos indígenas. Aquí, lo interesante es ver cómo la leyenda fue modificada y adaptada según los tiempos. Después de la conquista, la gente continuó hablando sobre esta aparición y se dijo que era una mujer indígena que había tenido tres hijos con un español, pero que este la abandonó para casarse con una mujer de la clase alta; ella por venganza terminó asesinando a los niños para finalmente quedar trastornada por el hecho».

LEYENDA CORTA DE LA LLORONA

Esta historia se extendió a Centroamérica gracias al hecho de que había poblaciones aztecas en países como El Salvador y Nicaragua.

Otras de las denominaciones que se le dio a esta mujer es el de «mala madre». Según el historiador mexicano Efraín Franco Frías, en la época de la Colonia (1521-1821) empezó cobrar fuerza la historia de que «La Llorona» era una indígena conocida como «Malinche», quien a la llegada de los españoles se convirtió en amante del conquistador Hernán Cortés. La pareja tuvo un hijo, pero Cortés se lo arrebató a la mujer cuando regresó a España sin que ella hiciera algo por impedirlo.

‘Malinche’ cuyo significado es traidora, era vista por los nativos como la personificación de la traición a consecuencia de que pierde a su hijo sin actuar. Para el pueblo azteca esta se transforma en un distintivo de la maternidad, pero de la maternidad lúgubre, maltratada y degradada por la triste acción de entregar a su hijo Martín Cortés; el cual jamás volvería a ver. De acuerdo al historiador:

«esta se transforma en elemento de traición y también en el distintivo de la mala madre que no es capaz de defender a su hijo y se entrega a las tentaciones y placeres»

Después de haber dado a luz a su hijo, la mujer fue severamente criticada por no hacer nada para evitar que se lo llevaran  y que «La Llorona»  empezaría a tener un significado diferente. Es así, como la Iglesia Católica comienza a modificar la historia para darle un significado de que si eres mujer y te entregas a relaciones amorosas prohibidas (como la Malinche), no cumples con los deberes tradicionales de la madre, «siendo condenada al sufrimiento y vagando por la eternidad en el inframundo »

Más o menos durante los años 1700 y 1800, más de un cronista identificó a la mujer nativa como «La Llorona» y como «Mala madre», a partir de ahí el mito de Cihuacóatl se convirtió en una leyenda. Desde ese entonces, ya no estaba vinculado al agua (siempre se decía que esta se manifiesta regularmente en un lago) y comenzaron a aparecer historias en todas partes sobre esta mujer que estaba de luto y lloraba por sus hijos.

Por ejemplo en la Ciudad de México, una de las leyendas más famosas es la de «La Llorona» en una casa grande en Coyoacán, uno de los lugares más tradicionales de la capital. La historia se encuentra en una de las grandes casas de la época colonial que aún se conservan y que perteneció hace algún tiempo a Hernán Cortés. Delante de la casa hay un templo conocido como «La Conchita»; se dice que quien se lamenta de noche es «La Malinche», herida por el abandono de Cortés y la desaparición de su hijo.

Parte de la leyenda dice que aquellos que se casen en el templo no tendrán una unión duradera. La casa está protegida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, algunos expertos afirman que no fue habitada por Cortés y su compañera, por lo que consideran que la atribución popular es equívoca.

Historia de la Llorona

En la primera parte, ya hemos contado cómo sucedió la verdadera historia de La Llorona. A pesar de esto, hay otras historias relacionadas con este mito, que deben mencionarse para que cada una de las capas que componen este personaje enigmático se pueda entender fielmente.

Se dice que a principios del siglo XVII, una bella mujer con rasgos indígenas se enamoró de un apuesto caballero español. El hombre también quedó cautivado por la belleza de la dama y rápidamente le pidió que se convirtiera en su esposa. Después del matrimonio, la joven permaneció en casa durante largos períodos de tiempo casi completamente sola, ya que su esposo era diplomático y tenía que asistir a sus viajes y reuniones solo. No obstante, cuando no iba a asistir a ninguna reunión o celebración, al sujeto le gustaba pasar la tarde con su esposa.

LEYENDA CORTA DE LA LLORONA

Después de diez años juntos, la pareja logró tener tres hermosos hijos. Aunque la familia se encontraba muy feliz, hay una cosa que molestaba a la mujer y es el hecho de que sus suegros nunca la aceptaron porque no pertenecía a la misma clase social de su esposo; es importante destacar que en ese entonces, en la sociedad de Nueva España había un sistema de castas en el que estaba mal visto que dos personas pertenecientes a diferentes razas formaran una unión familiar.

Este rechazo hizo que su alma se llenará de resentimiento. Sin embargo, lo que terminó dañando la relación fue que un  supuesto rumor que uno de sus vecinos le hizo llegar donde aseguraban, que su esposo planeaba dejarla con sus hijos para casarse con una mujer de la alta sociedad.

Ofuscada por el resentimiento y la venganza, sin pensarlo dos veces sacó a sus tres hijos de la cama, salió de su casa y corrió hacia la orilla del río. Cuando llegó, tomó al niño más pequeño en sus brazos y lo sumergió en el agua hasta que el pequeño cuerpo dejó de moverse; más tarde, hizo lo mismo con sus otros dos hijos. Inmediatamente después de ahogarlos, su mente recuperó su claridad perdida y entendió impotente las consecuencias de sus actos.

Literalmente comenzó a gritar como loca y las lágrimas brotaban de sus ojos, luego se levantó y comenzó a buscar a sus hijos como si se hubiesen extraviado y no hubieran muerto. Otra versión de esta leyenda de La Llorona, indica que esta mujer se suicidó después de ahogar sus niños saltando al río. Unos días después, el cuerpo fue descubierto por un pescador, que rápidamente fue a buscar los familiares de la mujer muerta.

Al no encontrar a nadie, el hombre decidió hacerle un entierro cristiano; a pesar de esto, el alma de La Llorona abandonó la tumba rústica al tercer día y desde entonces, todos los habitantes de la ciudad han comenzado a escuchar los gritos de la mujer que nunca encontrará un descanso eterno.

LEYENDA CORTA DE LA LLORONA

También hay un relato de la Llorona apta para chiquillos, está excluye varios elementos que ocurren en el mito original y la historia se enfoca en el hecho de un fantasma con la silueta de una mujer que se dedica a aterrorizar a los pequeños que no lo hacen caso, para simplemente obedezcan a sus padres. Algo así como el mito del «hombre de la bolsa».

Continuando con las historias de La Llorona, se dice que el famoso espíritu se manifiesta también a los hombres que se parrandean hasta tarde o engañan a sus esposas. Al principio, se lo muestra como una mujer hermosa que sumerge su hermoso cabello con agua de río.

Sin embargo, en el momento en que siente que su víctima está cerca esta se da vuelta rápidamente para revelar una cara aterradora, donde prácticamente no hay más carne sino simplemente huesos y piel colgando. Como si eso no fuera suficiente, la criatura sigue llorando amargamente hasta que el sujeto huye despavorido.

Leyenda corta de la Llorona (Historia Verdadera)

La leyenda corta de la llorona, nos habla de una mujer que llora desconsoladamente dejado claro que esto es lo que los expertos paranormales definen como un «alma sufriente» que anda por las calles oscuras de las ciudades, lamentando una serie de situaciones que la atravesaron en el pasado. Por supuesto, otro elemento que hace que de la leyenda cota de La Llorona no pierda un ápice de credibilidad es que la gente le sigue teniendo miedo a este personaje, tal como sucedió en los primeros días cuando la leyenda comenzó.

En un momento de la historia, los ciudadanos de la Nueva España en lo que ahora se conoce como Ciudad de México, vivía con miedo porque había una especie de toque de queda. Esto significaba que en algún momento durante la noche, al sonar las campanas de la catedral, se daba el anuncio que nadie podía salir de su casa, ya que cualquier persona atrapada en las calles sería llevada inmediatamente al cuartel donde se le impondría la pena de muerte.

LEYENDA CORTA DE LA LLORONA

Sin embargo, las velas dentro de las casas siempre se encendían casi al mismo tiempo, es decir a la medianoche en los días de luna llena. Generalmente, las personas de esta ciudad al medio sueño se despertaban dando un salto de la cama gritando, alegando haber escuchado los lamentos y gimoteos de una mujer. Lo primero que hacían los hombres de la casa era el de abandonar sus habitaciones, para comprobar que las puertas y ventanas estuvieran cerradas, ya que creían que pudo adentrarse a la casa una indigente en búsqueda de comida o refugio.

Al comprobar que no había nadie dentro de la casa, regresaban a su habitación para tratar de dormir, aunque a veces era casi imposible quedarse dormido nuevamente. Con los días, los lamentos se hicieron más fuertes y frecuentes. Por esta razón, los más valientes del lugar decidieron salir y ver de dónde provenían estos sonidos (en esos tiempos la única luz para iluminar que tenían estas personas era la que proporcionaba la luna).

Una de las personas que fue a explorar pudo observar lo que parecía ser una mujer completamente vestida de blanco en la distancia (no la forma en que las novias se visten el día de su boda, sino más bien una especie de batola); además de un velo largo que tapaba por completo su cara. Su caminata era continua pero sumamente lenta, algo que llamó la atención de las personas que pudieron verla de cerca; la ruta de esta cambiaba todas las noches.

Se dice que al comienzo esta comenzaba su caminar lamentoso, desde el lugar hoy en día se conoce como el Zócalo o la Plaza de la Constitución de la capital; pero tiempo después esta eligió diferentes calles de la ciudad para su peregrinación. Más tarde, continuó caminando por los callejones hasta llegar al que terminaba con un río o un lago, allí según cuentan ella se arrodillaba ante él y comenzaba a llorar desesperadamente exclamando: ¡Oh, hijos míos!.

Después de muchos años, algunos aseguran que quizás el espíritu de esta dama pertenecía al de una mujer de clase alta, que por imprudencia ahogó a sus hijos mientras le daba un baño en el lago. Esta leyenda corta de la llorona es totalmente desgarradora, basada supuestamente en hechos reales, nos permite ver el dolor que sufre una madre al perder a sus hijos.

La llorona de San Pablo de Monte

San Pablo del Monte es un pequeño pueblo en Tlaxcala, donde según sus pobladores se vive tranquilamente. Las personas que habitan este lugar generalmente se desenvuelven  en la actividad artesanal, además se resalta lo pintoresco y arquitectónico del pueblo; sus  esplendorosos edificios y sus casas coloridas con hermosas áreas verdes y jardines.

Pero no todo es hermoso en este lugar, los lugareños temen al caer la noche hasta el punto que no transitan las calles y procuran resguardarse en sus casas alrededor de las diez y media de la noche; una obligación que están decididos a cumplir, incluso forzando extranjeros que se encuentren de visita en el pueblo. Todo este acto de encerrarse cuando la oscuridad llega se lo deben a «La Dama».

La Dama también es conocida como La Llorona, debido a su grito de dolor y lamento desgarrante que emana desde su interior, como si le estuvieran causando un dolor tan intenso que quiere de alguna forma expulsarlo de ella. Ella aparece entre los campos de maíz, se desliza suavemente anunciando su presencia desde lejos, se deja ver y escuchar para erizar la piel de cualquiera que ande en su cercanía.

Los aldeanos dicen que este es el espíritu de quién fuera la mujer más bella de la ciudad, en el momento de la colonia. Relatan que esta se casó con un hombre muy celoso a quien amaba fervientemente, pero en una ocasión el hombre enojado y celoso encerró a la mujer en su casa durante casi dos años para que ella no le fuera infiel.

Durante todo este tiempo, nadie podía verla hasta que finalmente esta salió de su encierro, mostrandose toda maltratada de pies a cabeza; los rastros de crueldad de su esposo le habían marcado profundamente su cuerpo y las ratas habían mordido su hermoso rostro. Ella valientemente, se atrevió a salir de su encierro cuando un día escuchó a sus hijos gritar, el hombre los golpeaba salvajemente en sus rostros, porque la belleza de su esposa se reflejaba en la cara de sus pequeños hijos.

Para salvarlos, la mujer maltratada tuvo que pasar entre la jauría de perros feroces que terminó destrozándole por orden de su amo, pero no sin antes quitarle a su esposo los niños quienes ya habían muerto a causa de la brutal golpiza propinada por su padre. La dama con la pocas fuerzas que le quedaba y salió huyendo durante la medianoche con los cuerpos de sus hijos a cuesta. Es por ello, que se relata que desde entonces, el segundo sábado de octubre ella sale a buscar venganza.

Chocacíhuatl: La Llorona

Antes de la llegada de los españoles a lo que hoy es México, las personas que vivían en la región del lago de Texcoco, además de temer al dios viento de la noche, Yohualli Ehécatl, podían escuchar los lamentos de una mujer que aparecería  todas la noche vagando para siempre, llorando la muerte de su hijo y la pérdida de su propia vida. La llamaron Chocacíhuatl (del náhuatl choka «llorar» y cihuat «hembra»), y fue la primera de todas las madres que murieron al dando a luz.

La mujer y su hijo según deambulaban con sus cabezas descarnadas casi calavericas, desprendidas en su totalidad de sus cuerpos; su aparición espantaba a cualquier viajero que se hubiera quedado atrapado en la oscuridad de la noche. Si un mortal visualizaba estos fenómenos, podía estar seguro de que era para él una señal segura de mala suerte e incluso de muerte.

Esta entidad fue una de las más temidas en el mundo nahua desde mucho antes de la llegada de los españoles. Según el Codex Aubin del año 1576, Cihuacóatl fue una de las dos espíritus que acompañó a los mexicanos durante su peregrinación en busca de Aztlán, y según la leyenda prehispánica poco antes de la llegada de los españoles, salió de los canales para alertar a su pueblo de la caída de México-Tenochtitlán.

Según siempre deambulaba entre los lagos y los templos de Anáhuac, vestida con un atuendo blanco tenue, su cabello era largo color negro azabache, está constantemente se lamentaba el destino de sus hijos exclamando:  ¡Aaaaaaay hijos míos… Aaaaaaaay aaaaaaay! … ¿A dónde irán … a dónde puedo yo llevarlos para escapar de un destino tan fatal … hijos míos, están a punto de perderse..?.

Después de la conquista de México durante la época de la colonia, los lugareños informaron la aparición del fantasma errante de una mujer vestida de blanco que caminó por las calles de la Ciudad de México, gritando y sollozando lamentos pasando por la Plaza Mayor (lugar donde se ubicaba el antiguo templo de Huitzilopochtli, el mayor dios azteca e hijo de Cihuacóatl), donde esta mujer miraba hacia el este continuando su camino hacia el lago Texcoco, donde desaparecía en las sombras.

Los mitos y leyenda corta de la Llorona dicen mucho, pero sin lugar a dudas todas tienen su comienzo en este relato de tiempo prehispánico, en el que predominan los hechos que inspiran todas las diversas variantes, la inconfundible lamentación por sus hijos y su atuendo de color claro rodeado de la cabellera negro azabache.

La Leyenda de la llorona corta

Esta es la leyenda corta de la llorona, que gira entorno a la Señora Mercedes Santamaría una terrateniente que vivía en lo que todavía se conocía en el siglo XVIII como «Nueva España». Su esposo que viajaba constantemente a Europa para traer indumentaria, animales y provisiones que aún no estaban disponibles en el continente americano, había estado fuera por más de cuatro meses y la mujer no tenía noticias de él.

Sus amistades y conocidos rápidamente se encargaron de llenarle la cabeza con suposiciones catastróficas sobre el destino de su esposo, principalmente porque querían que esta dama regresara a la Península Ibérica y así poder ellos repartirse las tierras y bienes de esta. Además, cuando estaba a punto de tomar la decisión de irse a su país, conoció a un joven llamado Indalecio, quien la conquistó al instante; la pareja comenzó un romance en secreto y después de un año, Doña Mercedes estaba a punto de dar a luz a su primer bebé.

La partera llegó a la hacienda y después de unas horas en la propiedad se llenó con el grito del recién nacido. Sin embargo, la felicidad fue muy breve porque alrededor de las tres de la mañana, fuertes golpes y voces en la puerta de la entrada despertaron a la mujer sobresaltada, donde un hombre exclamaba: ¡Abre Mercedes! Soy Agustín, dile a los criados que me dejen pasar.

Lo que sucedió fue que su esposo había regresado después de más de dos años de su partida. La mujer inmediatamente corrió hacia la cuna del niño, lo sacó y corrió con él en sus brazos hacia la puerta de atrás. Aceleró el paso lo más rápido que pudo, hasta llegar a un río que estaba cerca de la propiedad; seguidamente, tomó al niño y metió su cabecita en el agua hasta que dejó de respirar, al instante sintiendo la piel helada de su descendencia, comenzó a gritar como una desquiciada «Oh, hijo mío».

Nunca se volvió a escuchar a Mercedes. Sin embargo, aquellos que viven en esta ciudad aseguran de que siempre se escuchan sus gritos.

La Llorona y sus versiones en Latinoamérica

La mezcla de los dogmas de las culturas mesoamericanas con las de los conquistadores españoles hizo que la leyenda corta de la Llorona fuera acogida en diferentes naciones de América Latina. A continuación conoceremos las versiones de acuerdo a la adaptación dada por algunos países de esta historia tan popular.

Los países centroamericanos también tienen versiones de la leyenda corta de la Llorona. Estos relatos cuentan que el espíritu sólo puede ser visualizada en lugares campestres y espacios más coligados con el campo, especialmente en quebradas, ríos o lagunas.

En Guatemala, La Llorona era conocida como María, quien después de la muerte de su esposo y el desperdicio de la fortuna que ambos poseían, ya no podía mantener a sus hijos los cuales término arrojandolos a un río de corriente rápida, en el inmediatamente murieron. Más tarde, la mujer invadida por la culpa decidió regresar para saltar al río y darle fin a su vida.

Por otro lado, en Costa Rica es una mujer indígena muy hermosa hija de un rey Huetar, enamorada de un conquistador español con el que se veía en secreto en la cima de unas cascada. La joven quedó embarazada y dio a luz a un hijo, quien es asesinado por el padre de la mujer, tirándolo desde lo alto de la cascada.

Maldecida por su padre, está deambula para siempre por las orillas de los ríos en busca de su hijo perdido, perseguida por demonios y lamentado con llanto su desgracia. Desde entonces, los viajeros que cruzan los bosques en noches tranquilas cuentan que a orillas de los ríos, se escuchan lamentos desgarradores y terribles que enfrían la sangre.

En sudamericana, en naciones como Colombia, Venezuela y Argentina detallan a esta mujer, también con indumentaria blanca y la cara cubierta con un velo; como en todas las otras versiones, ella misma acabo con la vida de sus hijos.

La historia de este personaje cambia la narrativa en Chile ya que además de ser parte de la cultura chilena, este espíritu de mujer se llama La Pucullén. Con ropa blanca similar y lágrimas eternas por su hijo, a esta mujer le arrebataron al recién nacido de sus brazos. Esta alma en pena, sólo puede ser vista por personas que están a punto de morir, siendo esta una guía de protección para aquellos que están cerca de sus horas finales.

En cambio, en Puerto Rico la leyenda corta de La Llorona se entrelaza con la del espíritu de la curva. En este país, según la narración oral, una mujer aparece en el puente de Las Calabazas pidiendo ser llevada. Aunque frecuentemente este espectro es ignorado, al cabo de unos minutos este de repente aparece dentro del auto. Se cree que es el alma de una mujer que deambula en búsqueda de su hijo.

Asimismo, esta historia en Uruguay, la Llorona y su hijo se ahogaron accidentalmente en el Parque del Lago Rivera, uno de los más importantes de Montevideo en una noche de tormenta. Incluso hay historias en las que el elemento de los niños está ausente, como en otra leyenda de Uruguay, que atribuye el origen de La Llorona al asesinato de ella y su cónyuge por ladrones, que arrojan sus cuerpos en el mismo lago, esta es la razón por la cual se escuchan llantos en el sitio en ciertos momentos del mes.

Es una leyenda corta de la llorona que ha plagado siglos para todos los países de habla hispana; siendo descrita como una mujer que llora y se lamenta por la pérdida de sus hijos, vestida de blanco y en otros casos de negro. La Llorona siempre aparecerá seguida de una brisa helada que pone la piel de gallina a cualquiera, especialmente donde hay agua, y a veces … parada en la puerta o la ventana de las casas gritando «Aaaaay mis hijos», dejando así un silbido en el viento de la desgracia latente que la acompaña.

La Llorona y su presencia en la cultura contemporánea

La leyenda corta de la llorona esta intacta en las memorias de las regiones y gente de América Latina. Su historia replicada en la literatura, la música, en cine y televisión. A continuación, algunas referencias donde fue representativa este personaje en la cultura actual:

En la Literatura

Para los escritores mexicano-estadounidenses, esa actúa como un símbolo protector de la identidad mexicana en los Estados Unidos. En las novelas de estos escritores, La Llorona o los personajes basados ​​en su figura, defienden a los pobres, los desesperados y los oprimidos, recordando a los jóvenes migrantes su deber hacia su tierra natal, defendiendo la unidad y la cultura de los mexicanos en los Estados Unidos. Las novelas The Legend of La Llorona (1984), de Rudolfo Anaya y El río, el pozo y otras fronteras (1995) de Eduardo Antonio Parra, son un ejemplo.

En la Televisión

En el noveno episodio de la segunda temporada de la serie Grimm, el detective Nick Burkhardt lucha contra La Llorona. Este espíritu se presenta como una mujer con un vestido blanco, con cabello negro y llorando junto a los ríos, donde se la ve cuando secuestra a niños. En este caso, La Llorona es una mujer que ahogó a sus tres hijos (dos niños y una niña entre las edades de siete y diez) por venganza porque su esposo la abandonó por otra mujer.

En el Cine

El personaje finalmente se presenta en Hollywood con la producción de 9 millones de dólares The Curse of La Llorona dirigida por Michael Chaves en el año 2019, perteneciente al Universo de El Conjuro; donde se recrea la leyenda al comienzo de la película, y se relata que una trabajadora social figurada Linda Cardellini, debe salvar a sus hijos del espíritu aterrador personificada por Marisol Ramírez.

En la Música

La leyenda corta de la Llorona es una canción popular mexicana que se originó en el estado de Oaxaca. Al igual que la leyenda, esta canción se caracteriza por varias versiones, por lo que sus letras varían de intérprete a intérprete y de región a región, con referencias de melancolía y amor, temas característicos de la leyenda. A lo largo de la historia, varios artistas y grupos de música han interpretado muchas canciones de esta canción. Pero la más popularmente escuchada es la versión interpretada por la cantante Chavela Vargas.

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