¿Qué es un Unicornio? Origen y significado

En muchos relatos míticos aparece una criatura descrita como un caballo blanco y un cuerno en la frente. Es un Unicornio, protagonista y compañero de héroes en numerosas leyendas e historias. Sigue leyendo y conoce más de este fabuloso animal.

UNICORNIO

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Unicornio: ¿Qué es?

El unicornio es un animal mitológico que tradicionalmente se representa como un caballo blanco, con barba y ojos de chivo, patas de antílope y un cuerno característico en la frente. En la actualidad, su figura ha migrado hacia la representación de un caballo con un cuerno sobre su frente.

Son muchas las historias en las que el Unicornio aparece como protagonista; en otras, es el compañero del héroe, siempre en el bando de los buenos. Durante la Edad Media, esta criatura era considerada como un animal fantástico, poseedor de una gran fuerza con la que podía derrotar a cualquier animal, incluso los elefantes. Son tres las hipótesis que se manejan intentando buscar una explicación para su existencia en Europa:

La primera se origina con los primeros exploradores de los territorios griegos, romanos, macedonios y hasta tailandeses: encontraron relatos que referían la existencia de criaturas con un solo cuerno, que pudieran tratarse de rinocerontes indios. Entonces, si los griegos consideraron al hipopótamo como “caballo de río”, no resulta disparatado pensar que pudieron haber descrito a un rinoceronte indio como un caballo con un cuerno.

La segunda procede de los pueblos vikingos, que comerciaban en Europa con dientes de narval, un cetáceo que era representado como un unicornio marino. Se puede inferir que, debido a que esta leyenda proviene de la Grecia antigua, los vikingos aprovecharon la leyenda griega para vender los colmillos de narval haciéndolos pasar por cuernos de Unicornio y atribuyéndoles propiedades curativas.

La tercera data del año 2008, cuando en el parque natural de Prato, en La Toscana, Italia, documentaron el hallazgo de un corzo (cérvido pequeño de Eurasia) con un solo cuerno. Esto hace factible la suposición de que esta particularidad se haya repetido en otras oportunidades a lo largo de la historia. Por esta razón, en la reserva natural de Prato dan por sentado que un corzo, como el encontrado en su territorio, dio origen al mito del Unicornio.

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Origen mitológico

El mito tiene origen en las versiones presentas por el médico e historiador griego Ctesias, en el año 400 a.C. En su escrito sobre la India, describe al Unicornio como “como un animal silvestre de la India con la apariencia de un caballo, pero con el cuerpo albo, la cabeza púrpura y los ojos de color azul intenso”. De acuerdo con Ctesias, el cuerno de esta fabulosa criatura era de color negro, con la base blanca y punta roja. Poseía propiedades curativas, ayudando a curar envenenamientos, epilepsias y problemas estomacales.

Tiempo después fue descrito como un animal blanco, con cuerpo similar al del caballo pero con patas de antílope, barba de chivo, y cola de león o jabalí. De su frente salía un cuerno espiral, que crecía de forma recta y hacia adelante. Se trataba de un animal solitario y huraño, muchas veces agresivo, por lo que cazarlo era muy difícil. Los antiguos nobles pagaban para que los cazadores fueran a la India en busca de los Unicornio.

Su cuerno era muy codiciado, principalmente en la Edad Media, cuando se creía que era útil para curar envenenamientos y muchas enfermedades. Se le creía capaz de hacer longevo a quien consumiera el cuerno de Unicornio. Los hombres notables de ese tiempo ingerían el cuerno, que era tostado y molido, dentro de las comidas y bebidas. Existieron quienes consideraban que la medicina tenía mayor efecto si se consumía en una copa hecha con el mismo material.

Con tal de conseguir este polvo de la larga vida y lograr vencer a la muerte, los nobles de la Edad Media llegaron a pagar cifras exageradas. Estaban seguros de que el brebaje les protegería de ser envenenados. Pero en realidad, el material que se usaba para la elaboración de estas prodigiosas copas, provenía de los cuernos de rinoceronte o de los colmillos del narval, una ballena pequeña, cuyos machos poseen unos particulares colmillos que fueron comercializados por mucho tiempo.

Muchas son las teorías que se manejan en torno al animal que inspiró la leyenda del Unicornio, pero aún hoy esa criatura no tiene identidad definida. El Unicornio también se consideró símbolo de la virginidad. Por esta razón, muchos cazadores pensaban que la difícil caza de este animal se hacía más sencilla si usaban a una joven virgen como cebo para atraer al animal y domarlo. De esta forma, matarlo era una tarea menos complicada.

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Unicornios en la antigüedad

La historia de los unicornios no proviene de la mitología griega, sino de textos relacionados con historia natural. Los naturalistas y escritores griegos estaban convencidos de la existencia de esta criatura, a la que ubicaban en la India, que para ese entonces representaba un reino distante y misterioso para ellos.

Ctesias hizo la primera representación de esta criatura en su libro Indica, en el cual los describió semejantes a los asnos salvajes, con patas de cascos ligeros, cuyo cuerno era de color negro, con la base blanca y la punta roja, y medía 70 centímetros de largo, aproximadamente. Se presume que Aristóteles siguió a Ctesias al referirse a dos animales con un solo cuerno: el Oryx, una especie de antílope, y el llamado “asno indio”.

Estrabón aseguró que en la Era Caucásica existían caballos con cabezas de ciervo y un solo cuerno. Plinio el viejo se refirió al Oryx y al buey indio (quizás rinoceronte), como “bestias de un solo cuerno. También habló de una feroz criatura llamada monoceros, la cual tenía cabeza de ciervo, cola de jabalí, patas de elefante y el resto del cuerpo como caballo. Su mugido es profundo y posee un solo cuerno negro, que crece sobre su frente y llega a medir hasta 90 centímetros de largo.

En su obra Sobre la naturaleza de los animales, Eliano cita a Ctesias y añade que en la India se procrea un caballo de un solo cuerno; que el monocero también era llamado Cartazonos y puede tener forma de rinoceronte. Un comerciante, proveniente de Alejandría y que vivió en el siglo VI, llamado Cosmas Indicopleustes, realizó un viaje para la India, cuya experiencia le sirvió para escribir varios textos sobre cosmografía. En uno de sus libros, describe al Unicornio, tomando como referencia cuatro figuras de metal que se encontraban en el palacio del rey de Etiopía.

Asegura que “es imposible capturar viva a esta bestia; y que toda su fuerza reside en su cuerno. Cuando se encuentra perseguido y en peligro de captura, se lanza de un precipicio y se gira con tanto acierto, que recibe todo el golpe en el cuerno, y por lo tanto escapa sano y a salvo”. En algunos sellos de la cultura proveniente del Valle del Indo se observa un diseño de un animal de un solo cuerno, que bien puede ser un toro visto de perfil. Esta imagen era señal de alto rango dentro de esta sociedad.

Edad Media y Renacimiento

Las principales fuentes de conocimiento sobre las bestias y animales fantásticos provienen de la Biblia y otros textos antiguos. En ellos, el Unicornio se representa como una criatura parecida a un caballo, una cabra o un asno salvaje. Aún sin conocer su origen real, era muy valioso, pues se atribuían propiedades medicinales.

La obra titulada Physiologus, que fue una recopilación de material relacionado con estudios naturales y antecedió el bestiario medieval, hizo popular un rebuscado relato en el que aparecía un unicornio atrapado por una joven (la Virgen María), el cual llegó a simbolizar la encarnación. Una vez la ve, el unicornio posa la cabeza sobre el regazo de la mujer hasta dormirse. Esta es una de las características que se tomaron en cuenta para justificar la presencia del unicornio en toda manifestación artístico-religiosa.

El unicornio también apareció en otras alegorías y relatos. Autores como el francés Teobaldo I de Navarra, escribieron frases como “el amante es atraído a su dama como el unicornio a la virgen”. Gracias al avance del humanismo como corriente, el unicornio asumió otros significados más dogmáticos, tal como el simbolismo del “amor puro y del matrimonio fiel”. En la obra de Petrarca El Triunfo de la castidad, se le atribuye esa función.

El material con que se elaboró el sillón del trono de Dinamarca es “cuernos de unicornio”, aunque para muchos son colmillos de las pequeñas ballenas narvales. La copa ceremonial fue hecha con el mismo material, pues aseguraban que el cuerno de unicornio era capaz de neutralizar cualquier veneno.

También se creía que sólo una mujer virgen podía domar a un unicornio. Esta leyenda medieval ya estaba consolidada cuando Marco Polo escribió: “Son apenas menor que los elefantes. Tienen el pelo de un búfalo y los pies de un elefante. Tienen un gran y único cuerno negro en medio de la frente…Tienen la cabeza como un jabalí…Pasan su tiempo tragando barro y limo. Son bestias feas de mirar. No son para nada como las describen cuando relatamos que se dejan capturar por vírgenes, sino opuesto a nuestras nociones”.

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Unicornio dorado

Este es un tipo distinto de unicornio que, como su nombre lo indica, posee un cuerno de oro. En España era perseguido por los nómadas que recorrían el territorio norte de Galicia. Se presume que fueron caballos blancos que producían melanina en un punto específico de su cuerpo y que, vistos desde lejos, daban la impresión de poseer un cuerno. Solo se habla de ellos cuando se trata el tema de los asentamientos celtas en territorio gallego.

En la tradición europea, el unicornio se muestra como un animal parecido a una cabra o caballo, con pezuñas y barba de chivo. En la Edad Media y en el Renacimiento se representaban como criaturas salvajes, que habitaban en los bosques. Eran “símbolo de pureza y elegancia” y sólo mujeres jóvenes y vírgenes tenían el poder para domarlos.

El Unicornio en la Biblia

En algunos pasajes bíblicos mencionan la palabra Unicornio. Tal es el caso de la traducción de la Biblia, identificada como Reina-Valera Antigua, en la que aparece la palabra hebrea re’ém, traducida como “unicornio”, en libros como Números, que en su capítulo 23, versículo 22, dice: “Dios los ha sacado de Egipto; tiene fuerzas como de unicornio”. Otras traducciones le han dado otro significado a esa palabra como “buey salvaje”, “toro salvaje”, “rinoceronte” o “búfalo salvaje”, entre otras.

Los lexicógrafos Walter Baumgartner y Ludwig Koehler demostraron que el término traduce “bueyes salvajes”. Otros sugieren que el unicornio que se menciona en algunas versiones de la Biblia es el Elasmotherium sibiricum, pero no hay bases suficientes para sustentarlo, ya que estos animales habitan en las estepas rusas y de Asia Central, pero no en el territorio que describe la biblia. Por ende, la explicación más aceptada es la de “buey o toro salvaje”.

Sin embargo, se trate o no de un Unicornio, el animal que se menciona en la biblia no es una criatura mitológica o imaginaria. Es un animal  que se describe como poseedor de gran fuerza, salvaje e imposible de domesticar, según se describe en Job 39:9-10, en la versión Reina Valera Antigua.

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En la Biblia del Rey Jacobo

En nueve oportunidades se mencionan los unicornios dentro de la Biblia del Rey Jacobo: Números 23:22 y 24:8; Deuteronomio 33:17; Job 39:9,10; Salmos 22:21, 29:6 y 92:10 e Isaías 34:7. En versiones siguientes, la palabra se tradujo como rinoceronte o toro. En las primera versión se empleó el vocablo hebreo re’em que, de acuerdo con la Guía Asimov para la Biblia, se refería al uro, un animal parecido al toro, de gran tamaño y fuerza, que se extinguió a finales de la etapa Renacentista.

El experto en estudios de la Biblia Bert Thompson, reseña que los uros estaban casi extintos cuando los griegos tradujeron los textos bíblicos. Por esta razón no los usaron como referentes. En la traducción del hebrero de la biblia griega, aparece la palabra monokeros, significando “un cuerno”. En la traducción al latín de la Biblia, hecha por San Jerónimo, se empleó el término “unicornis”. Este término no guarda relación con la criatura de un cuerno. La versión del Rey Jacobo de 1611 presenta por primera vez la palabra inventada “unicorn”.

Representación artística

Por su singular belleza y su potente presencia, el Unicornio ha sido la inspiración para muchos artistas a través de los tiempos. Destacan los tapices “La dama y el unicornio” que se encuentra en el Museo de Cluny; y “La caza del unicornio”, expuesto en el museo neoyorquino The Cloisters.

Otros artistas y trovadores también encontraron su musa en esta fabulosa criatura. Tal es el caso del cubano Silvio Rodríguez, con una de sus piezas musicales más famosas, Unicornio Azul. También se destaca el poemario de Carlos Alba “Unicornio”, así como la novela “El Unicornio, del escritor argentino Manuel Mujica Lainez, que se publicó en el año 1965.

En muchos textos se repetía que el cuerno del unicornio era tan poderoso “que podía hacer potable el agua venenosa y curar cualquier enfermedad”. Ciertamente, muchas son las historias que se tejen alrededor de esta fabulosa criatura pero, aún en estos tiempos, su verdadero origen no ha sido determinado.

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