En la historia universal, una de las más grandes civilizaciones es la egipcia, cuyos avances en cuanto a organización e ingeniería aún permanecen en la actualidad. Los Dioses egipcios definieron gran parte del destino de esta cultura. Conoce más de estas deidades y de su fascinante poder.
Índice de Contenido
Dioses egipcios
Los dioses egipcios eran deidades adoradas en el Antiguo Egipto. Eran objeto de culto a través de diferentes ceremonias y rituales, los cuales se fueron arraigando en la tierra egipcia desde la prehistoria. Estos dioses eran la representación de las fuerzas de la naturaleza, las cuales eran calmadas por medio de ofrendas, que se presentaban según el orden divino.
La mitología egipcia tiene su origen alrededor del 3100 a.C. El representante de los dioses en la tierra era el faraón, quien controlaba las ofrendas, así como los templos donde debían realizarse. La estructura del panteón egipcio era muy intrincada y permitió el surgimiento de un sinfín de mitos que mezclaban a los dioses según sus lazos familiares, jerarquías, combinaciones o grupos.
Las divinidades eran representadas bajo figuras humanas, de animales o de objetos e, incluso, una mezcla de éstas. Contenían símbolos que definían sus atributos y principales características.
De acuerdo con cada época, diferentes dioses ocuparon la más alta jerarquía dentro del panteón egipcio. Tal es el caso de Ra, Amón e Isis. A estas deidades se les atribuía la responsabilidad sobre la creación del mundo y se les vinculaba como con el sol, por su cualidad de dar vida.
Las creencias egipcias indicaban que los dioses estaban presentes en el mundo y ejercían una poderosa influencia en las vidas humanas y en todos los fenómenos naturales. Las personas buscaban el auxilio de estos seres superiores por razones personales, tal como un favor o un consejo. Para ello, acostumbraban a presentar ofrendas en los templos levantados para sus dioses.
Orígenes de los dioses egipcios
Son muchas las divinidades que aparecen como dioses en el panteón del Antiguo Egipto. Documentos de ese tiempo refieren nombres de muchos dioses totalmente desconocidos e, incluso, citan deidades vinculadas con dioses que no tienen nombre. A juicio del egiptólogo James P. Allen, son más de mil 400 los dioses de la civilización egipcia. Este dato es ratificado por el estudioso Christian Leitz, quien además asegura que “existen miles y miles de dioses”.
Dentro del lenguaje egipcio, los vocablos que identifican a las divinidades son “ntr” para dios, y “ntrt” para diosa, cuyo origen es desconocido. Los jeroglíficos que influyeron en la formación de estas palabras dan indicios de algunos rasgos que los egipcios relacionan con la divinidad. Así, aparecen símbolos como una bandera que ondea en un asta, o el halcón, que representó a muchos de los primeros dioses, tanto femeninos como masculinos.
Los orígenes de los dioses egipcios datan del Período Arcaico de Egipto, entre 3.100 y 2.686 a.C. Se cree que las primeras deidades surgieron en el Período Predinástico, antes de 3.100 a.C., con las cuales también llegaron las primeras creencias religiosas de la prehistoria.
Estos datos se desprenden de las obras de arte de la predinastía, en las que aparecen con frecuencia figuras humanas y de animales. Algunas de estas imágenes estaban adornadas con símbolos que lo relacionan con deidades egipcias posteriores. A medida de la civilización egipcia evoluciona, también lo hacían sus manifestaciones religiosas: se construyeron los primeros templos y se define la iconografía de algunas deidades, como el halcón de Horus o las flechas cruzadas de Neit.
Muchos estudiosos de la cultura egipcia coinciden en asegurar que el panteón se formó luego de que las regiones dispersas del Antiguo Egipto se unieron para dar paso a ciudades más grandes. Esto permitió la propagación de los cultos a estas deidades en todo el territorio.
Dioses egipcios: Definición
Luego de la unificación de Egipto, los mandatarios del Alto Egipto se erigieron como faraones de todo el país, considerándose como reyes sagrados con el atributo de ser los únicos en interactuar con los dioses. Esto dio pie a la formación de la religión egipcia. Sin embargo, los dioses no dejaron de aparecer, llegando a alcanzar una cifra realmente desconocida hoy en día. A continuación, se mencionan algunos dioses egipcios más relevantes:
Ra
Ra es, sin duda, uno de los dioses egipcios más populares. En la mitología egipcia representa al sol, además de ser el dios de los cielos y el creador de la vida. Es el símbolo de la luz solar, además de ser el custodio del ciclo de la vida, desde el nacimiento hasta la resurrección.
En los primeros tiempos, Ra no tenía tal relevancia dentro del mundo de las deidades, pues se le consideraba uno más dentro del panteón de los egipcios. Próximo al año 2400 a.C, fue reconocido por los faraones, quienes eran considerados como sus hijos e, incluso, muchos de ellos manifestaron ser la reencarnación de esta divinidad.
Durante la dinastía V se exaltó su figura como un dios nacional. Más tarde se le relacionó con Amón hasta transformarse en Amón Ra, que llegó a ser el principal dios de los egipcios. Cuando Aenatón gobernó Egipto, en la era de Amarna, quedó suprimido el culto que se le ofrecía a Ra y Atón, que también era un dios solar, obtuvo el protagonismo y pasó a ser la figura principal del panteón. Al fallecer el faraón, Ra fue restituido a su sitial de honor.
Descripción
Posee cuerpo humano con cabeza de halcón y, sobre esta, un disco solar. En ese tiempo también se le rindió culto bajo la figura de Ra-Horajti, que se representaba como un dios solar con cabeza de halcón y un disco solar como corona, que además llevaba consigo el ceto de Uas y de Anj.
Culto
En Abu Gurab y Heliópolis se encontraban los templos solares donde los faraones adoraban al dios Ra durante la dinastía V. Los gobernantes egipcios que le rindieron culto fueron Neferirkara, Nejen, Mekauhor, Nyuserra y Nejen. Ra suele confundirse con otras deidades como Amón-Ra, Atóm Ra o Jepri, debido a que su representación física es parecida.
Amón
Desde el antiguo imperio egipcio, Amón es considerado un dios, siempre acompañado por su esposa Amonet. En la dinastía 11, en el 2100 a.C., fue elevado como protector de la ciudad de Tebas, sustituyendo a Montu. En el siglo XVI a.C., los Hicsos invadieron a Egipto, durante el reinado de Amosis I. En ese tiempo Amón se unió a Ra, dios del sol, para dar origen al dios Amón-Ra, que llegó a ser la máxima deidad dentro del panteón.
Durante el tiempo que se mantuvo este nuevo gobierno en tierras egipcias, ésta deidad mantuvo su estatus como uno de los principales dioses de dicha cultura. Amón fue venerado como el patrono de los pobres y de la piedad y, entre los siglos XVI y XI a. C., ocupó un importante lugar, por encima de muchas otras deidades egipcias. Su gloria fue tal, que trascendió las fronteras de Egipto, llegando a ser comparado con el dios olímpico Zeus en Grecia.
El origen de esta deidad se da en Tebas, donde fue proclamado y adorado como dios en el siglo XX a. C. Por ese tiempo se le erigió un templo en Karnak, durante el reinado de Sesostris I. Amón es representado con dos plumas de Halcón. También se le relaciona con animales como el carnero y el ganso. Fue una de las más grandes divinidades del imperio egipcio y el dios de los faraones.
Descripción
Amón es el hijo de Thot y Mat, además de integrar la triada junto con su esposa Mut y su hijo Jonsu. Suele representarse con figura de hombre con barba, que lleva sobre su cabeza una corona con dos plumas en colores verde y rojo. Lleva también un collar, brazaletes y un faldellín del que cuelga la cola de un animal. En su mano derecha sostiene el anj y en la izquierda su cetro.
Culto
A medida que se incrementaba el culto hacia Amón, más se le reconocía como divinidad principal, por lo que era adorado en muchos templos. Solía ser descrito como el creador de los hombres, el padre de todos, el creador de la vida, el señor de todas las cosas, el señor de la verdad y el creador de los hombres, entre muchos otros epítetos.
Amón Ra
Se cree proviene de la fusión entre el dios Amón y el dios Ra. Llegó a considerarse como el “dios supremo”, durante la época de oro de la ciudad de Tebas, llegando a ser uno de los principales representantes de esta cultura. Su crecimiento fue exponencial luego de que Tebas, capital egipcia, alcanzara mayor reconocimiento luego de expulsar a los Hicsos de su territorio. De allí surgió una de las dinastías más consolidadas de la antigüedad.
Simboliza, además, el nexo existente e indisoluble entre Amón y Ra, deidades claves dentro de la civilización egipcia. En los primeros tiempos se le consideró como la divinidad que regía el viento, hasta que se unió con el dios del sol, Ra, para convertirse en Amón Ra, “máxima deidad de la mitología egipcia”.
Características de Amón Ra
Amón Ra también es conocido como el “dios oculto”, por su cualidad de omnipresente: puede estar en todas partes, sin que puedan verlo aunque si sentirlo. Posee una gran capacidad para responder, de forma amorosa, a las peticiones que le hace su pueblo por medio de las ofrendas.
Se le reconoce en la figura de un hombre que carga una corona sobre su cabeza, de la cual salen dos ramas, como sinónimo de sabiduría y conciencia. Cada rama tiene siete hojas que simbolizan la vida humana, desde que se encarna por vez primera hasta que alcanza el más alto nivel de iluminación, desprendiéndose así de sus limitaciones. Esta divinidad también solía ser representada en ocasiones con la cabeza de un animal que también porta su corona de plumas.
Como símbolos, llevaba en sus manos dos objetos representativos de la cultura egipcia: la cruz egipcia, que representaba la llave de la vida y era uno de los emblemas más importantes de las divinidades egipcias. También portaba el “Cetro de Uas”, muestra única del poderío de un dios sobre todo lo creado.
Amado por los faraones
Una vez que la ciudad de Tebas alcanzó su máxima gloria como centro de la hegemonía egipcia, Amón Ra se convirtió en el eje central de toda devoción y culto por parte de los faraones. Esto debido a su omnipresencia, que lo hacía estar presente en todos los lugares, lo que llevó a los faraones a presentar sus más esplendorosas ofrendas, todo con el fin de hacer que la deidad atendiera sus peticiones.
Anubis
Esta deidad se representa como un hombre con cabeza de perro. Es el que permite la elevación de los difuntos hacia la región celestial. Es el dios de los embalsamadores, quienes tenían la tarea de preparar los cuerpos sin vida antes de su último viaje terrenal.
A Anubis, nombre latino con el que se identifica esta deidad egipcia del inframundo, también es conocido como el “Señor de la Necrópolis”. Según la mitología, desciende de Seth y Neftis. Como se dijo, su tarea principal era llevar a los difuntos hasta la Duat o el otro mundo.
Fue designado, al principio, como el dios de los muertos, titularidad que perdió cuando el culto a Osiris le asignó esa responsabilidad en el inframundo. Según los hallazgos históricos, Anubis es una de las deidades egipcias más antiguas, ya que sus paletas predinásticas proceden de Nagada.
El trabajo de Anubis era guiar al difunto hasta el más allá, para lo cual presidía cada sepultura e iluminaba el camino del muerto. Por esta característica, también se le puede identificar como el “abridor de caminos”.
Su nombramiento como patrono de los embalsamadores se debe a que era él mismo quien se ocupaba del embalsamamiento de los dioses, incluso, auxilió a Isis cuando embalsamó a Osiris. Además, se le identifica como uno de los símbolos del solsticio de verano, como ocurre con Upuaut, quien se identifica con el solsticio de invierno.
El mito de Anubis
Refiere el mito que Neftis, divinidad de los lugares húmedos y de las sombras, se hizo pasar por Isis para aproximarse al dios del inframundo, embriagarlo y así poder estar con él. Producto de esta relación nació Anubis, quien fue abandonado al momento de venir al mundo. Fue Isis quien lo salvó, lo protegió y lo llamó Anubis.
Atón
Atón es el dios solar del Antiguo Egipto. Representa la presencia del sol en el firmamento, como símbolo de esa fuerza vital que da aliento de vida a la humanidad, por lo que es una de las deidades más importantes de la mitología egipcia. En el período de Amarna, se le consideró como el dios de la generosidad perenne, garante de la justicia y de la armonía en todo el universo, atendiendo a todos con equidad.
Su existencia data de los tiempos en los que Tutmosis IV gobernó a Egipto, como octavo faraón de la dinastía XVIII. Hay algunos egiptólogos que sugieren que sus orígenes se encuentran entre el “primer período intermedio y el reino medio”. No obstante, el culto a Atón obtuvo tal crecimiento, lo que lo llevó de ser el dios solar a una divinidad superior.
Cuando Amenofis IV asume el poder como faraón en Egipto, deja ver su abierto repudio por las creencias de la cultura egipcia de entonces. Da comienzo a una reforma religiosa para desmontar toda creencia e instaurar al dios Atón como la única deidad egipcia que debía recibir culto. Como parte de su tributo hacia el dios único, Amenofis cambió su nombre por Akenatón, que quiere decir “Fiel servidor de Atón”.
En este punto de la historia se da inicio a una nueva creencia religiosa: la monolatría o el henoteísmo. Esta consiste en aceptar la existencia de diferentes dioses, pero adorando sólo a uno. Pero esta práctica era rechazada por el clero, que insistía en la adoración de otros dioses. Por tal razón, al morir el faraón, vuelven a las prácticas religiosas politeístas.
Características
A Atón es considerado como el dios que da la vida en toda la tierra y sopla el primer aliento de vida a toda la creación. Por esta razón, se le concibe como un disco solar que se encarga de dar la vida. En sus orígenes, estaba representado con una figura humana con cabeza de halcón. Recibía veneración bajo la figura del dios de la justicia y de la bondad eternas.
Horus
Es el hijo de Isis y Osiris. Una de las divinidades más antiguas y poderosas del panteón egipcio, reconocida, incluso, antes de la era dinástica. El señor del cielo, como se le llamaba, era representado por un halcón o, en algunas versiones, como un hombre con cabeza de halcón. Horus es la deidad de la realeza. Su figura de halcón despertó tal devoción, que le fueron levantados templos en su honor en todo el territorio egipcio, llegando al Mediterráneo.
Tras la muerte de su padre Osiris, Horus creció en silencio con la intención de tomar venganza en nombre de su progenitor en manos del dios Seth, su tío. Con el objetivo único alcanzar el trono, Horus desafía a Seth pero, durante la batalla, pierde uno de sus ojos. La batalla continúa más encarnizada hasta que la asamblea de los dioses se pronunció y proclamó a Horus como el “legítimo y único dios de Egipto”.
Doctrina antigua
Algunas corrientes mitológicas antiguas reseñan que los ojos de Horus eran el sol y la luna, pero esta aseveración va en contra del nombramiento que hicieron los sacerdotes al dios Ra, a quien le nombraron dios del sol. Por tal motivo, la luna quedó como símbolo del ojo de Horus.
Otros relatos míticos indican que cuando Seth sufre su derrota ante la justicia, recupera el ojo de Horus pero decide entregárselo a Osiris, para que pueda volver a ver. Esto lleva a Horus a tapar su ojo con una serpiente divina cuyo nombre es Uraeus, la cual se transformó en uno de los símbolos más emblemáticos de los faraones egipcios.
Amuleto
Existe también una versión que refiere que el dios Thot sustituyó el ojo de Horus por Udyat, un ojo con propiedades mágicas que se transformó en un preciado talismán. Se creía que este amuleto curaba enfermedades, mejoraba la vista, protegía del “mal de ojo” y preservaba a los difuntos. Horus llegó a ser rey de Egipto cuando Osiris, su padre, abandonó el mundo mortal para convertirse en el dios del inframundo. En ese momento le transmitió todo su poder.
Osiris
Es el dueño y señor del inframundo, en donde se encuentran las semillas de la vida. Cuida de los muertos en el más allá. Osiris es el hijo de Geb y Nut. Representa la resurrección y la fertilidad. Sus hermanos son Neftis, Isis y Seth. Osiris fue un dios grandemente reconocido por el pueblo de Egipto. Les enseñó a la labrar la tierra, a cumplir las leyes y a rendir culto a las deidades egipcias.
Su esposa es Isis y su hijo, Horus. Suele ser representado en la figura de una momia verde, con un ojo y un trono. El nacimiento de esta deidad venía signado por una profecía. Osiris era hijo del dios de la tierra, Geb, y de Nut, la divinidad de los espacios celestes, por esta razón sería el gobernante de toda la tierra.
La premonición causó gran molestia en Ra, la deidad solar, quien maldijo a Nut para que no pudiera engendrar a su hijo, ni de día ni de noche, durante todo el año. Nut buscó la ayuda del dios de la sabiduría Thot. Ambos requirieron del apoyo del dios de la luna, Jonsu, cuyo brillo se equiparaba a la luz solar. Así, nació Osiris, el dios que vendría a renovar la tierra y el río Nilo.
Osiris adorado en Egipto
Osiris instruyó a los seres humanos para que convivieran en paz. Le enseñó a disfrutar de la vida, la convivencia pacífica, la música, a cultivar la cebada y las uvas para obtener cerveza y vino. Consideró que tales enseñanzas debían ser llevadas fuera de Egipto, por lo que comisionó a su esposa para dicha tarea, que realizó con gran sabiduría y discernimiento.
La inmortalidad de Osiris
La mitología egipcia relata que Seth, quien era hermano de Osiris, pretendía arrebatarle el trono. Para lograrlo, lo asesina y desmembra su cuerpo para enviar los pedazos a diferentes lugares de Egipto. Nut, esposa de Osiris, reúne las partes del cuerpo de éste para revivirlo y tener relaciones con él. De esta manera concibe y da a luz a Horus. Con el tiempo, el hijo de Osiris lucha en contra de Seth y, luego de vencerlo, recupera el reino de su padre.
Seth
Este es uno de los dioses egipcios considerados malvados. Dios de las sequías, los desiertos y las guerras, su carácter brutal se relaciona con el caos. Su poder de manejar a su antojo las tormentas en el desierto, en muchas oportunidades ayudó a custodiar al dios Ra.
Sus padres Geb, deidad de la tierra, y Nut, diosa del cielo. Es esposo y hermano de Neftis, divinidad reconocida como la patrona de la oscuridad, la noche, lo invisible y la muerte como camino hacia otro plano. Algunas versiones lo señalan como el progenitor del dios de la Muerte, Anubis.
En algunos textos antiguos, Seth es señalado como representación de la maldad, aseveración de ratifican los seguidores de Osiris. De acuerdo con el relato mitológico, Setn asesinó a su hermano Osiris y desmembró su cuerpo, para lograr acceder al trono. Fue la esposa del dios muerto, Isis, quien le resucitaría luego.
Otros documentos lo presentan como el consorte de Neith, la divinidad de la sabiduría y la guerra. De su unión nació Sobek, dios de la caridad, que se representa con el cuerpo de un hombre y cabeza de cocodrilo. Este ser celestial vivía en el Nilo. Era también quien regía la vegetación, la fertilidad y la vida, además de mostrar su personalidad protectora y benévola.
Maldad
Se le conoce como “Señor de la maldad”, por causa de su respuesta ante la voluntad manifiesta de su padre de entregarle a su hermano Osiris la fertilidad de Egipto, mientras que a él le deja el desierto. La decisión despierta la envidia de Seth, por lo que tiempo después, su sobrino Horus lo condena a vivir en el desierto. Así, en todos los mitos osíricos, Seth aparece como un dios malo, cruel y envidioso, cuando verdaderamente contenía en sí mismo una fuerza descomunal.
Protección
Durante su hegemonía, el dios Ra elevó las virtudes de Seth y lo promovió como la deidad de la guerra. Lo nombró protector, pues siempre los protegía de los ataques de Apofis en medio del desierto. Esto lo lograba gracias a las tormentas de arena que Seth controlaba y que resguardaban la vida de los seguidores del dios solar.
Thot
Es el patrono de la escritura sagrada, de la sabiduría, dueño de los textos y documentos sagrados que se conservan en los templos y de la lengua. Se le representa con forma de mono o de Ibis. Se le considera, además, el enumerador y medidor de la tierra, así como el dueño del conocimiento de la oratoria divina.
Se cree que su origen se ubica en el delta del Nilo, puesto que su centro de adoración estaba en Hermópolis. Se le representaba como una figura humana con cabeza de ave, un papión o un Ibis. De acuerdo con la leyenda, Thot era visir de Osiris y compañero de Anubis. Durante cierto período fue el dios de la luna y guardián de los “exactos cálculos del tiempo”.
Poderes
Thot posee poderes mentales que le fueron entregados por Ra, lo que traduce que “las máximas de Ra fueron emanadas de sus labios”. Las potestades de Ra y Thot se recopilaron en los símbolos sagrados del tarot. Estos códigos debían ser interpretados por los alquimistas, para así dar a los hombres el mensaje que diariamente les envía el universo.
Libro
“El libro de Thot”, que luego se conoció como tarot, llegó a ser el texto más sagrado del antiguo Egipto. Se cree que, en el principio, este libro fue dictado por el mismo dios Thot y escrito en hojas de oro. Esto, porque Thot tenía la tarea de medir el tiempo y pronosticar el futuro.
También se le atribuye la invención de la escritura grabada (jeroglíficos) y de los números, lo que le ganó el total respeto de los faraones y del pueblo. De esta manera se ganó el título de ser el dios con la capacidad de dirigir la vida y el destino de la humanidad.
Apis
Apis es el “toro sagrado de Menphis”. Se cree que es una de las manifestaciones del dios Ptah, aunque sincronizado en el sol. Es hijo de Isis y su fecundación fue gracias a un rayo de sol. En el Antiguo Egipto, el toro era un animal sagrado. Por esta razón Apis llegó a ser el enviado de Osiris, Ptah, Sokar y Ka, todos pertenecientes al nuevo imperio. Esta vinculación le llevó a ser considerado como una de las deidades egipcias que mantenían relación directa con la muerte.
En egipcio su nombre es Hepu o Hap. El nombre Apis proviene del griego, aunque todos estos vocablos traducen “toro sagrado”. Al principio fue el guardián de la fertilidad y dios del sol; por último fue una deidad funeraria. Se le representa con la figura de un toro o con figura humana con cabeza de toro en cuya cabeza reposa el disco solar Uraeus, entre sus cuernos.
Su culto
En los primeros tiempos de su existencia, se le rindió tributo en Menfis, dentro de las dinastías, como un el patrono de la fertilidad de los rebaños, en compañía del sol y del río Nilo. Luego, adquiere gran popularidad en Alejandría, donde romanos y griegos le rinden tributo, pero guardando las diferencias con los otros cultos. La veneración de la deidad Apis perduró hasta el siglo VIII.
Tradición
La tradición que circunda al dios Apis indica que los rituales en su honor guardaban relación con su muerte. Éstos comenzaban como una celebración, puesto que se creía que la deidad iba a renacer. Luego se cumplían los sesenta días de duelo, tiempo en el que su cuerpo era embalsamado para su entierro. Al finalizar, los sacerdotes de Ptah tenían la tarea de buscar al sucesor y, cuando este se encontraba, arrancaba una nueva festividad.
Detalles curiosos
Dentro de la historia mitológica de Egipto aparecen otras deidades en forma de toro que fueron adoradas por los faraones y el pueblo. Puede mencionarse al toro del dios Min, al cual se le rendía culto en Jemnis y Coptos. También está Menvis, adorado en Heliópolis por estar relacionado con Osiris y Atum-Ra, y Bujis, que recibió tributos en Hermontis. Sin embargo, el más conocido de los toros sagrados fue Apis.
Isis
Otra de las hijas de los dioses Geb y Nut. Hermana y esposa de Osiris. Es la diosa del amor, de la feminidad, de la alegría de vivir y de la fecundidad. Isis es el nombre griego de esta deidad, pero en Egipto se conoce como Ast. Era reconocida en el panteón egipcio como la “gran diosa madre” y tenía bajo su poder el resguardo de la magia, de los secretos de la vida y la muerte, así como la protección de mujeres y niños.
La representación de Isis era variada y su figura como mujer generaba algunas dudas. En oportunidades se le simbolizaba con una fémina alada; en otras presentaba un trono sobre su cabeza y, en otras tantas, estaba acompañada de un disco lunar sobre ella.
Su historia con Osiris
En sus orígenes, Isis fue una diosa terrestre y, después, fue elevada como diosa celestial. Tiempo después se relacionó con Osiris, su hermano y gobernante del inframundo. Se hizo su esposa y juntos reinaron con sabiduría y paz en todo Egipto.
Pero un día, Osiris salió de viaje hacia parajes lejanos y dejó a Isis como encargada. Sin embargo, la envidia que se había despertado en el dios Seth, hermano de Isis y Osiris, lo llevó a urdir un plan para destronar a los líderes de Egipto y hacerse del trono. Así fue; al regreso de Osiris, Seth lo retó a un duelo.
La contienda se trataba de entrar dentro de un cofre; quien lo hiciera sin contratiempos sería el ganador. Osiris entró perfectamente en el baúl, pero Seth aprovechó el momento para cerrar el cofre, con la ayuda de setenta y dos hombres. Luego, lo tiró a las aguas del río Nilo.
Al enterarse de lo ocurrido, Isis buscó el cuerpo de su esposo por todo Egipto, pues Seth lo había robado, luego lo desmembró en catorce pedazos y envió cada parte a diferentes lugares del territorio egipcio. Isis encontró todos los pedazos de su esposo, menos su miembro, por lo que le hizo uno de madera. Con su magia revivió a Osiris. Poco después concibieron y dieron a luz al dios halcón Horus, quien quiso vengar la muerte de su padre en manos de Seth.
Mut
Mut es la divinidad del cielo, esposa de Amón, dios del viento. Su nombre se traduce como “madre de toda la creación”. Recibía adoración e Tebas, junto a su consorte. Se le representaba con una corona doble que tenía un detalle en forma de buitre encima. Sus trajes eran de color rojo brillante o azul. En sus manos tenía el Anj, que es la llave de la vida y un papiro.
Se le conoce también como “madre mundial” y “ojo de Ra”. Su representación era en forma de buitre, pues estas aves se tenían como maternales. En el panteón egipcio, era la divinidad del firmamento, por lo que en los jeroglíficos se presentaba con alas. En algunas ocasiones aparecía en forma de vaca o de leona.
Mut: el tercer ojo
Mut fue la madre del dios lunar, Jonsu, y de la divinidad de la guerra, Mantu. Tas el nacimiento de Jonsu, se señalaba ella estaba en medio del sol y la luna, formando la “tríada de Tebas”. Así, la representación del sol reposaba en su esposo Amón-Ra; la luna en su hijo Jonsu; y ella simbolizaba el tercer ojo, que muestra la superioridad del universo y que incidía sobre el comportamiento del río Nilo y sus inundaciones.
Representación
A Mut se le rendía culto y se le presentaban ofrendas por medio del libro de los muertos, para evitar que una momia se descompusiera. Se repetían unas oraciones frente a su imagen de tres cabezas: una era la cabeza con dos plumas de la diosa Pajet, otra era una cabeza humana que posee dos coronas, y la tercera es una cabeza en forma de buitre, coronada con dos plumas. Uno de sus templos estaba cerca de Karnak, en el reino de Amón.
Jonsu
En la mitología egipcia, a Jonsu se le conoce como el dio lunar. Se le relaciona con los medicamentos, por lo que es el patrono de los enfermos. Tiene el poder de espantar los malos espíritus. También simboliza el nacimiento y la fertilidad de la tierra.
Existen documentos hallados entre los sarcófagos y las pirámides, que lo señalan como un dios violento y cruel, que tenía la tarea de alimentar a los dioses del panteón egipcio. También brindaba ayuda al faraón con la caza, así como a los genios maléficos. Jonsú es una deidad que se reconoce por viajar de noche en su barca, cruzando los cielos. En la “tríada tebana”, aparece como hijo de Amón y Mut.
Representación
Aparece como un hombre con barba, con su figura en marcha, tal como se representaban los dioses en el Antiguo Egipto. Tenía la capacidad de convertirse en niño y recibió su corona de parte de la luna creciente. Entre sus adornos destacan un collar menat, que puede tener en el pecho o en las manos, así como el cetro de Uas. También se le representa como una figura humana con la cabeza de un halcón. Algunos lo nombraron el “dios curandero”.
Culto
El más importante de los templos levantados en honor a Jonsu queda en Karnak, dentro del santuario del dios Amón. Bajo la representación del hijo de Sobek y Hathor, fue adorado en Kom Ombo. Este templo se empezó a construir durante el período de gobierno de Ramsés III y se terminó en la era ptolemaica.
Creencias
En algunas corrientes mitológicas se le atribuye alguna relación con el tiempo, por lo que lleva entre sus manos una rama de palmera, que se emplea para medir el paso del tiempo. Entre los epítetos que se señalan están “cerrojo de la juventud” y “el que es capaz de atravesar al viajero”, este último se le adjudicó cuando fue dios lunar.
Ptah
Este dios es considerado el “arquitecto por excelencia”. Es el patrono de los albañiles, arquitectos y artesanos por sus grandes dones para la construcción. También poseía el don de la sanación. Ptah quiere decir “señor de la magia”, por lo que se considera que es uno de los dioses de la creación dentro de la mitología egipcia.
En Grecia, Ptah fue conocido bajo la figura del dios Hefesto. Se le representaba como un hombre con barba, de baja estatura, con un sudario que envolvía su cuerpo y un casquete sobre su cabeza. Portaba el cetro de Uas, el Anj y un collar menat.
Su historia
En Menfis le rendían culto, pues uno de sus más grandes templos estaba en esa ciudad. Por esta razón, Menfis representaba la elevación de Ptah sobre las otras regiones de Egipto. En el antiguo imperio fue el dios con mayor poderío, pero el mismo quedó supeditado ante la autoridad que le fue otorgada a Ra, a Amón y luego Amón-Ra.
Entre las diferentes ciudades egipcias de la antigüedad existían debates constantes entre quienes consideraban que el dios Ptah era el creador del mundo. En esta historia también se le incluye en la triada del reino, junto con Amón y Ra.
Su mitología
La mitología egipcia destaca que Path es el creador de todos los dioses del panteón. También le atribuye la creación de ciudades, la delimitación de las regiones y la asignación de los lugares de culto para cada deidad. Era el esposo de la diosa Sejmet y el padre de Nefertum.
Culto
La ciudad de Menfis fue el origen y centro de su culto, que se extendió luego hacia otros territorios como Serabit el-Jadim y Deir-el-Medina. Por tal motivo, Menfis se convirtió en la capital política del reino y el culto a Ptah mantuvo una posición privilegiada durante toda la civilización y su historia. El sumo sacerdote de esta deidad también ostentaba el cargo de jefe mayor de los artesanos y era conocido como “maestro de los constructores”.
Sejmet
Esta diosa de la guerra, hija del dios del sol Ra, poseía en sí misma dos personalidades: una sanadora y otra destructora. Se le representa con un cuerpo de mujer, cabeza de leona que es coronada con el disco solar. Viste un vestido rojo largo, que representa sus raíces. Por su poder e importancia dentro del panteón egipcio, fue objeto de culto por parte del faraón Amenhotep III. Este gobernante construyó para la diosa 365 estatuas, con el objeto de que le adoraran y así calmar su furia.
Sejmet era fiel representante de su nombre, que significa poderosa. Por su doble personalidad pasa de ser una diosa caótica y sanguinaria, a una deidad amorosa y protectora. Esta divinidad también era la portadora de las enfermedades y la peste. Poseía siete flechas para arrojarlas contra sus enemigos. Es una diosa guerrera temida por el pueblo. En su otra faceta, se mostraba dulce y protectora, con el don de sanar enfermedades, por lo que se le nombró patrona de los médicos.
Atribuciones
Tenía a su mando grupos de sacerdotes que le presentaban ofrendas y practicaban ciertas ceremonias para calmar su ira y controlar sus poderes. Se le conocía, además, por ser la divinidad del amor y despertar las pasiones. Era la diosa más hermosa del panteón olímpico y siempre se mostraba con impecable presencia.
La ira de Sejmet
La mitología egipcia destaca que Sejmet se dio a conocer como el ojo de Ra, dios del sol, quien observó que los humanos comenzaron a desobedecerlo y envió a su hija para que los destruyera. Cumpliendo la orden de su padre, Sejmet vacía toda su cólera sobre el pueblo egipcio y arremete contra los que se rebelaron en contra del dios Sol. Fue tanta su crueldad y desenfreno que Ra se apiadó de los hombres y decidió frenar su venganza, pero no pudo controlarla.
La divinidad solar toma la decisión de engañarla, para lo cual ordena preparar un bebedizo de color rojo y lo vacía en el camino por donde pasaría Sejmet. Ella, creyendo que se trataba de sangre, decide beberlo y se emborracha. Sólo así lograron calmar su furia.
Nefertem
Conocido también como “Atum el bello” o “Nefertum”, esta deidad representa la “perfección absoluta”. Su nombre está relacionado con el dios creador de Heliópolis, Atum, y significa “totalidad o estar completo”. El nacimiento del astro solar es su símbolo. Junto con sus padres Ptah, dios creador de la tierra, y Sejmet, diosa de la maldad, forma la triada de Menfis.
Analizando su nombre se determinó que su significado es “El loto”. Esta flor presenta un gran misterio en cuanto a su nacimiento y su forma de ocultarse, por lo que se le considera perfecta. Es por ello que Nefertem es una deidad de “perfección absoluta”. En algunos textos se le llama dios de los perfumes y se le relaciona con el aroma que brota de la flor de loto. Algunos hallazgos indican que se refiere a la “flor de loto en la nariz de Ra”.
Representación
En la mayoría de los casos se le representa como un dios con figura de hombre, que posee una corona de una flor de loto azul y dos plumas altas sobre su crisma. Otros le asignan el símbolo de imagen humana con cabeza de león. En ambas imágenes lleva consigo dos collares, que significan la fertilidad y el placer. Es él quien concentra el simbolismo del renacer del sol, como lo hace la flor de loto, en cada amanecer. Por ser guardián de las fronteras egipcias, porta un sable curvo como arma.
Culto
El culto de adoración a Nefertem se extendió por mucho tiempo, desde el antiguo Egipto, cuando Menfis se erigía como la capital, hasta la consolidación de Hermópolis como centro de la civilización egipcia, convirtiéndose en capital del nomo XV. Ambas ciudades alcanzaron gran significación en la vida política y religiosa de Egipto.
Hathor
Hathor es una de las deidades más veneradas por el pueblo egipcio. Hija de Ra, dios del Sol, se le considera la diosa del “amor, la alegría, la danza y las artes musicales”. En la mitología egipcia se indica que el origen de Hathor y Ra se sucedió en el mismo instante, pero ésta asumió la representación del cielo.
En la ciudad de Tebas se le consideró la diosa gobernante de la región de la muerte, pues creían que Hathor era quien llevaba la comida y la bebida para las almas de los muertos que viajaban al inframundo.
Esta diosa tenía la responsabilidad de recibir a los difuntos que llegaban al más allá, por lo que se creía que, si se recurre a ella con devoción, los escucharía y acompañaría hasta el mismo lugar de los muertos. Otros la consideraban como la vaca que manaba leche para alimentar a los seres vivos, o como una feroz leona que vivía en el desierto.
Iconografía
Una de sus representaciones más elementales en la de “vaca sagrada” que sostenía el cielo con sus patas y cada noche se comía a Horus, simbolizado como un halcón, para dejarlo renacer cada mañana. Otras formas la relacionan con una gata, junto a Sejmet, y otras como una leona enfurecida. También aparece como una mujer con cabeza u orejas de vaca, cuernos y acompañada del disco solar. Así representa a la vaca de donde se origina el mundo y todo lo que existe en él.
Culto
La bella unión” es una ceremonia que se realizaba en la antigüedad para rendir honor al matrimonio entre Horus y Hathor. Se trataba de sacar a Horus del templo de Dendera, para llevarlo navegando hasta el santuario de Edfú, donde se encontraba Hathor. Al llegar, en medio de grandes celebraciones, los esposos pasaban juntos la noche y luego volvían a sus templos. De esta unión nacieron Harsomtus de Edfú e Ihy de Dendera.
La festividad se realizaba durante el año nuevo, en vísperas del primer mes de Thot, tiempo que concordaba con el reinicio de las inundaciones, que se consideraba un símbolo de la fertilidad en las tierras egipcias.
Harsomtus
Harsomtus es una divinidad reconocida dentro de la mitología egipcia como un dios creador. A él se le atribuye la unificación de las dos tierras, así como ser el patrón de los alimentos, la fertilidad y la creación.
La representación de este dios suele ser muy diversa y varía de acuerdo con cada región y con la concepción de su poderío. Lo que si se mantiene igual en todos los casos es su estrecha relación con la obra creadora, la fertilidad y el ciclo del sol, desde que nace hasta que se oculta, tal como ocurre con la flor de loto.
La Triada
Textos mitológicos egipcios dan cuenta de la representación de Harsomtus como hijo de la diosa “del amor, la alegría, la danza y la música”, Hathor, y de Horus Behdety, quien representaba la deidad del cielo, la caza y la guerra. Junto a ellos, conformó la triada Edfú. Este dios recibía adoración bajo la figura de “Horus unificador del doble país”.
Simbología
La mitología indica que en diferentes poblados, este dios aparece con un mismo poder. En algunos es simbolizado como un niño serpiente que se sostiene de su propia cola; en otros, como un pequeño posado sobre una flor de loto.
El símbolo de este dios se vincula con la flor de loto, que despierta al amanecer y en el ocaso del día se sumerge en las aguas, así como ocurre con el ciclo diario del sol. Otras tendencias lo vincularon con Harpócrates, que es símbolo de renovación constante, como el diario amanecer o la primavera después de la sequía.
Culto
El principal culto que se le rendía a Harsomtus era en las festividades agrícolas o en honor a la luna, en las cuales era el centro de devoción. En la ciudad de Dendera se le adoraba y así lo demuestran grabados de la época. En esta región también se le rendía tributo bajo la figura de Ihy.
Jnum
Se le conoce también como Cnum y es una de las divinidades más antiguas dentro de la mitología egipcia. Fue el fundador de Esna y Elefantina, en donde se le rendía culto por creer que era el creador del “huevo primordial”, que dio vida al sol y al mundo. Aparece como una deidad coronada con una cabeza de carnero. Se le invoca también como “el único dios de las fuentes del río Nillo”.
Con su representación con cabeza de carnero, Jnum recibió el nombramiento de dios de las aguas que recorrían en las profundidades. Así, cuando el sol nadaba en la oscuridad. Jnum, sin pensarlo, lo acompañaba en su recorrido.
Funciones
Este dios tiene diferentes funciones como crear a los seres vivos, incluyendo a los dioses y a los hombres, ayudándose con su torno de alfarería. Se cree que allí nació el “huevo primordial”. Cuando se le entregó su tarea como alfarero, también le fue otorgado el nombre de “El padre de los padres y la madre de las madres”. Por esta razón el nombre de Jnum significa, literalmente, “el modelador”.
Refieren los mitos del antiguo Egipto que Jnum, cansado de crear a cada mujer y a cada hombre por separado, decidió romper su torno de alfarero e introdujo una parte de éste en cada fémina. De esta manera, cada mujer recibió la función de procrear a las generaciones venideras.
Representación
El dios Jnum solía representarse con un carnero puesto sobre su cabeza, su cabeza de hombre que llevaba una corona Atef. Además, tenía consigo el Anj y el cetro Uas. Esta deidad forma parte de la triada de Esna, junto a Neit y Satis.
Satis
En la mitología egipcia se destaca Satis como la diosa que gobernaba las aguas del Nilo y las cataratas. Junto a su hermana Anukis y al dios Jnum, formaba la tríada Elefantina. Se le considera la patrona y custodia de Egipto puesto que es una deidad guerrera.
En la antigüedad se le conocía como una diosa de la guerra primigenia, a quien le fue encomendada la responsabilidad de vigilar la entrada sur de Egipto. De esta manera, quien osaba entrar al territorio por ese lugar, era tirado con flechas, lo que le mereció el título “la que vuela como flecha”. También era una virtuosa de la caza y, al igual que a su hermana Anukis, se le respetaba como la madre del río Nilo.
Su representación
Se le identifica fácilmente por su representación de mujer con una corona blanca, del Alto Egipto, dos cornamentas como de antílope y la posesión del cetro de Uas y unas jarras que contenían agua. Éstas eran empleadas en ritos de purificación par el faraón.
Poderes
Las leyendas indican que a Setis se le otorgó el poderío sobre las aguas, lo que produce la inundación y trae la fertilidad de las tierras. También se le conoce como la diosa de la cacería, como referencia del arco y las flechas que lleva consigo, aunque se sobreentendía que estas armas eran usadas para custodiar al faraón.
Se le conocía, además, su poder de purificación, que se simbolizaba en las jarras llenas de agua de Elefantina. Custodiaba la frontera entre Egipto y Nubia. Refiere el mito que se convirtió en el ojo de Ra y recibió tareas relacionadas con la fertilidad y con el amor.
Culto
Junto a sus hermanas, Setis recibía culto en la isla Elefantina, donde se ubica el santuario de Satet. Asimismo, recibió adoración en la isla de Sehel, en las cercanías de Asuan. Allí también se le reconocía su poder purificador.
Anukis
Era la diosa del agua que gobernaba las tierras de Nubia y controlaba las crecidas del río Nilo, que otorgaban fertilidad a los terrenos, las cuales eran consideradas como uno de sus abrazos.
La diosa Anukis está directamente relacionada con las cataratas de Asuan, las aguas en Nubia y con el río Nilo. Es por ello, que cuando se desbordaba sus aguas, provocaba inundaciones, “como el gran abrazo de Anukis”, que traía consigo la fecundidad de los campos y sembradíos.
Fue una diosa adorada tanto por egipcios como por griegos. Para los primeros, era Anukis “la estrecha”, en referencia a las angostas gargantas del río Nilo. Para los segundos, era Anuket “la abrazadora”, a quien le atribuían la representación masculina del dios Poseidón.
Esta hija de Satis y Jnum solía ser representada como una mujer de esbelta figura con una corona muy alta o con un tocado de plumas, en forma cilíndrica y también muy alto. Viste un traje ceñido a su cuerpo con muchos ornamentos. Se le representa con una gacela, a causa de su delicadeza y ternura. Este dulce animal es quien la inspira.
Sus templos y cultos
En el imperio nuevo de Elefantina estaba ubicado el templo donde se le rendía culto a esta deidad, bajo el nombre “Señora de Sehel” (Nebt Satet). Anukis forma parte de la triada de Elefantina junto a sus padres Satis y Jnum. En el territorio de Filé se erigió un templo en honor a esta divinidad, en donde era confundida con Isis.
Aunque el santuario de mayor importancia fue el de la isla Elefantina, Anukis también recibió tributo de los artesanos de Deir el-Medina. Se presume que esta costumbre fue introducida por los obreros que laboraban en las canteras de granito de Assuan. En el territorio de Komir también fue venerada, aunque no le erigieron templo. Su festividad se conmemoraba el día 7 del mes de Thot.
Neftis
Neftis es la reina del inframundo y de la muerte. Representa lo “invisible de la existencia terrenal”, aquello que queda a oscuras y en tinieblas, así como la noche. Es conocida como la “señora de la casa de Horus”. Hija de Geb y Nut, sus hermanos son Osiris, Isis y Seth.
Neftis, la sacerdotisa
Esta diosa era la esposa del malvado dios Seth, quien además era su hermano. En los primeros tiempos de la creación, juntos se encargaron de diseminar el terror y la destrucción en territorios enemigos. Neftis también mantuvo relaciones con su hermano Osiris y dio a luz a Anubis, puesto que su esposo era estéril.
Entre las deidades del panteón egipcio se le representaba en forma de una mujer que llevaba como corona el jeroglífico con su nombre. De igual forma, llevaba una cesta y una canasta. En otras representaciones se le podía ver con dos cuernos sobre los que posaba el sol, como símbolo de la protección de Ra.
Se presentó, además, en forma de gato y, en algunas representaciones, alada y junto a su hermana, puesto que ellas guiaban a los difuntos, a través de cánticos, para asegurarles un buen viaje hacia el inframundo.
Neftis fue considerada como una sacerdotisa, ya que mantenía una vinculación muy estrecha con los ceremoniales mortuorios y la momificación, labor que realizaba en compañía de su hermana Isis. Era también la guía de quienes viajan por el desierto.
La Enéada de Heliópolis
Esta diosa era miembro de la Enéada de Heliópolis, junto a los dioses más antiguos del panteón egipcios, quienes eran objeto de culto. Además, fue idolatrada en Dióspolis Parva. Asimismo, fue el centro de tributos y homenaje en diferentes ciudades, bajo advocaciones distintas.
Esta deidad celestial ayudó a su hermana Isis en el ritual mortuorio que le hiciera a Osiris, luego de que Seth lo asesinó y desmembró su cuerpo. Luego de recuperar los restos diseminados por todo Egipto, lo embalsamaron y trataron de resucitar. Osiris no pudo regresar a la tierra por cuanto Horus ya ocupaba el trono como primer faraón. Por esta razón se alojó en el inframundo y se hizo señor de los muertos.
Hehet
En la mitología egipcia Hehet aparece como la “diosa primordial del espacio infinito”, que se representa como una figura de mujer con cabeza de serpiente. Se le considera pieza fundamental en el ciclo de la vida y se le recibe como una deidad benéfica, pues tiene como responsabilidad ayudar durante los nacimientos.
Cuenta la leyenda que cada mañana acudía al nacimiento del sol, lo que le valió ser nombrada patrona de las mujeres embarazadas, desde el momento de la concepción hasta el momento de dar a luz. Hehet era el ser celestial que resguardaba la vida del recién nacido, así como de su madre.
Con el tiempo se transformó en el símbolo de la fertilidad. Entre sus seguidores frecuentemente se le llamaba como “la comadrona” o “la que hace respirar”. Por esta razón, las mujeres encintas buscaban la ayuda y protección de la diosa Hehet. Para ello le rendían tributo y le presentaban ofrendas, con la intención de obtener su auxilio y que el momento del nacimiento se presentara sin contratiempos.
- Nun y Naunét, divinidades de las aguas primordiales.
- Heh y Hehet, que son reconocidos como los dioses del espacio infinito.
- Nedu y Nenet, las deidades que representan el mundo oculto.
- Kaku y Keket, que es la pareja de dioses de la oscuridad.
Hehet, junto con su esposo Heh, eran una de las parejas de esta agrupación divina, simbolizando el espacio infinito. Esta deidad benéfica recibía otros nombres como Hegit, Heqat, Heket, Heqet o Heqit.
Heh
Refiere la mitología egipcia que en la ciudad del Alto Egipto, Hermópolis Magna, eran venerados ocho dioses que trabajaban de forma conjunta. Esta agrupación recibía el nombre de Ogdóada, la cual reunía a cuatro parejas de dioses, entre los que se encontraban Heh y su esposa Hehet. Esta deidad también fue reconocida como “dios del espacio infinito y de la eternidad”.
Representaciones
Dentro de la Ogdóada, los dioses egipcios solían estar representados como ranas o figuras humanas con cabeza de rana, mientras que las mujeres aparecían con cabeza o formas de serpiente. Por esta razón Heh tiene su personificación con elementos de este anfibio.
Una representación muy común de Heh lo presenta sentado o arrodillado sobre un jeroglífico que traduce “oro”. Está sosteniendo una hoja de palmera en cada mano, iguales a las que se usaban en los santuarios durante las ceremonias. Cabe destacar que el uso de las ramas de palma en los rituales egipcios era símbolo de “año”, que significa larga vida para los creyentes. Este dios es conocido como el “dios del millón de años”.
Cultos y adoraciones
Heh no poseía un templo o santuario donde recibir culto: su adoración estaba directamente ligada a la creencia individual de cada persona. Solía recibir culto dentro de las familias de la realeza, puesto que su figura era considerada como un dios garante de la eternidad. Su imagen era usada como amuleto y para elaborar objetos destinados a la protección.
Nun
Dentro del panteón egipcio, Nun es altamente valorado por cuanto se le considera la “deidad primordial de la que nacieron todas las deidades”. De él brota la primera sustancia, no definida, que contenía en sí misma el ingrediente caótico con la potencia de la vida.
De acuerdo con la mitología, Nun ya existía antes de la creación, en un estado que no se puede definir, ocupando la nada y el todo dentro de la galaxia. Los sacerdotes trataron de describirlo como “un gran océano rodeado de infinita oscuridad, pero no era por la falta de un sol, pues estos aún no habían sido creados”. Nun era el principio.
En un tiempo que se desconoce, Nun da vida al Demiurgo, pero Nun aún no existía, sólo se mantenía como esencia etérea. De repente, el Demiurgo comienza a describir todo lo que ocurre en derredor e induce el despertar de Nun, dando paso al primer diálogo, que concibió el verbo divino.
El espíritu del Demiurgo recorría disperso el universo caótico del Nun, hasta que se hace consciente de su esencia y provoca el nacimiento del huevo primordial, magnífico y perfecto, del que nace Ra. De esta manera se sucede el primer día de la creación.
Representación
Dentro de la concepción de la civilización egipcia, Nun no forma parte de la creación, pues es el proceso creador en sí. Son entes que están más allá de la creación. Sin embargo, su representación física es en forma de hombre o mujer con cabello de color verde o azul. En algunos casos se le muestra con una cabeza de rana, otros con cabeza de serpiente, y otros más, dentro del agua con una hoja de palma en su mano.
Culto
Los egipcios consideraban que Nun era quien provocaba las lluvias anuales, que a su vez llenaban el Nilo hasta su desbordamiento; así como las aguas subterráneas que delimitaban el mundo de los vivos y el de los muertos. Por esta razón, aparecía en la mayoría de las estatuas y pirámides, en pinturas, en las tumbas y en los santuarios.
Heket
Se trata de una diosa egipcia, símbolo de la oscuridad y las tinieblas. Estaba representada por una serpiente o por una mujer con la cabeza de serpiente. Su esposo es el dios Kek, deidad portadora de la luz, cuya representación es una figura humana con cabeza de rana. Juntos simbolizan el caos de las tinieblas y la oscuridad.
Keket encarna el lado femenino de Kek, el cual es un dios andrógino. Se le consideró una diosa de gran importancia en Hermópolis. Junto a su consorte, también representó el amanecer después de la noche, pues eran ellos los que recibían al sol cada vez que amanecía el día.
La Ogdóada
De la mano de su esposo Kek, esta diosa integraba la Ogdóada, nombre que recibían los ocho dioses de Hermópolis, también “almas de Thot”, que laboraban de forma incesante. Las deidades que integraban este grupo estaban ordenadas por parejas y eran conocidas como “divinidades primordiales”, a saber:
- Kek y Keket, que simbolizaban el caos dentro de la oscuridad.
- Nun y Naunet, en representación del agua natural.
- Amón y Amonet, que encarnaban todo lo oculto.
- Heh y Hehet, los cuales eran la personificación del espacio infinito.
Las almas de Thot
Thot creó la ciudad de Hermópolis y era la deidad de la magia y la sabiduría. Fue quien concibió la Ogdóada, integrada por las ocho “divinidades primordiales” para conformar cuatro parejas que se complementaban entre sí.
Estas parejas personificaron el caos que se originó al momento de la creación de la tierra. Esto se debió a que los poderes y dones de cada una de las deidades se volvieron tan fuertes que no podían ser controlados. Tras este caos primero, surgió la primera montaña, que se convirtió casi de inmediato en una isla de fuego, de donde surgió el huevo cósmico que dio vida al dios Ra quien, junto con otros dioses, creó el mundo.
Nut
Diosa del cielo, hija del dios Shu y de la diosa Tefnut, deidades del aire y de la humedad, respectivamente. Se le considera la autora de la creación del universo. Es la hermana y la esposa del dios de la tierra, Geb, con quien engendró cinco hijos. Se cree que Nut es una de las diosas más antiguas dentro del panteón de Egipto.
La deidad de los cielos era personalizada con un cuerpo largo y delicado, adornado con estrellas. Se encuentra reposando sobre la tierra, con las manos y los pies sosteniéndolo en modo de flexión. Nut también mantenía vinculación con el inframundo y trataba a los muertos como a sus hijos, dándoles protección y auxilio. Además, les daba licencia a los muertos para resucitar.
Unión del cielo y la tierra
Como madre de todas las deidades, Nut decidió unirse a Geb para formar una familia. Pero su progenitor, el dios Su, y el dios del sol, Ra, se oponían a esta relación e intentaron alejarlos para que la diosa no procreara hijos con Geb. La acción tenía su rigen en el temor de Ra por perder su trono. No obstante, Nut dio a luz a sus hijos, cada uno poseedor de poderosos dones:
- Seth, representaba el dios de la maldad.
- Osiris, el dios del inframundo.
- Isis, la regente de la magia.
- Neftis, como símbolo de la divinidad del agua.
- Horus, deidad que encarnaba al dios de la guerra.
La salida del sol
Cuando el dios Ra tuvo conocimiento de que Nut dio a luz a sus cinco hijos se llenó de ira y decidió separar a la pareja por 365 días. Sin embargo, la diosa encontró espacios de tiempo, relacionados con la luna, para ver a Geb. A la diosa Nut también se le vinculaba con el sol, pues contaba la leyenda que por las noches se tragaba al dios Ra y, al amanecer, aparecía resplandeciente con cada nuevo día.
Nunet
Nunet era la versión femenina de su esposo Nun y junto a él forma una de las cuatro parejas de divinidades que integran la Ogdóada de Hermópolis. Era la diosa del agua, representante de la vida, de la lluvia y de los océanos.
También se le conoce como Naunet y está representada con la figura de una mujer con cabeza de serpiente. Algunos la llaman “madre sol”. Simboliza, además, las aguas de los océanos inferiores, conocidas por los egipcios como el cielo subterráneo.
Nunet y su esposo Nun eran considerados como los dioses del origen de la vida, del mundo y de la luz. La representación de su figura creadora los llevó a recibir idolatría en Hermópolis. Nunet es madre del dios Atum.
Ogdóada de Hermópolis
Este grupo, estaba conformado por ocho dioses en parejas, con el fin de complementar sus dobles femenino-masculino, y se le conocía como “deidades primordiales”. Gracias a ellos se concretó la creación de los seres vivos en la tierra.
Nunet, junto con su consorte Nun, representaban el elemento líquido, que se relacionaba con todo lo acuático. De esta forma, tenían la potestad para generar grandes tempestades y alteraciones atmosféricas. De igual manera, tanto Nun como Nunet, llegaron a manifestarse como Ptah:
Ptah-Num, como representación del padre que el padre que fecundó a Atum.
Ptah-Nunet, simbolizando la madre que concibió y dio a luz a Atum.
En el principio indefinido se habla de un caos, que precedió la creación del mundo. Luego de este gran evento, Nun concibe el huevo cósmico, dentro del océano universal, para darle vida al dios Ra, deidad solar. Posteriormente, la nueva divinidad produjo el primer amanecer para el mundo recién creado.
Geb
Geb era el dios rector de la tierra, que gobernaba tanto en la superficie de la misma como en el inframundo. Por esta razón, la tierra era llamada “la casa de Geb”. Esta deidad tenía un papel preponderante dentro del libro de los muertos, documento único de la civilización egipcia.
Este dios simboliza la fertilidad y el inicio de la vida. Se le atribuía el nombre de “príncipe de los dioses egipcios”, así como la responsabilidad de surtir al mundo de piedras preciosas y minerales. Se le representaba como un hombre de piel verdosa, personificando la tierra fecunda del Nilo, la vida y la vegetación. En algunas ocasiones aparecía con un ganso sobre su cabeza, pues esta ave es la que lo personificaba.
Era hijo de Shu y de Tefnut. Tras vencer la conspiración liderada por Apofis, representada como una serpiente maligna, su padre le entrega el trono y le hereda todo su poder. Así se convierte en el tercer faraón.
La unión entre Geb y Nut
Geb era hermano de Nut, a quien tomó por esposa. Juntos, formaron parte de la Eneada Helipolitana y concibieron cuatro hijos: Isis, Osiris, Neftis y Seth. En algunas representaciones aparecía tirado sobre el suelo con el pene erecto, en busca de su esposa pero sin lograrlo, ya que su padre quiso separarlos. Shu solía aparecer en medio de la pareja, como representación de los valles y las montañas que los alejaban.
Como guardián del inframundo y de las puertas del cielo, debía mantener dentro de cautiverio las almas de aquellos seres que no fueron justos. En esta función se le representaba en la caja del sarcófago y Nut era la tapa.
Amonet
Formaba parte del grupo de dioses auto engendrados. Su nombre se refiere a todo aquello que permanece oculto, aunque su sombra era símbolo de protección para los egipcios. Era la esposa de Amón, junto a quien personificaba lo ininteligible, que es el origen de la oscuridad, las tinieblas y el caos.
Como representaba el viento, esta diosa no se podía tocar pero sí sentir. Se le podía ver con una corona de color rojo, del Bajo Egipto. A esta deidad se le recuerda por haberle dado de mamar sus ubres al rey en medio de la ceremonia de coronación.
Esto dio paso para que se convirtiera en la diosa protectora del faraón y también se le identificaba como “la madre que es padre”, porque no necesitaba de la contribución de los hombres para poder crear vida. Según el lugar donde se le rindiera tributo, se le podía observar como una mujer con cabeza de rana o con cabeza de serpiente.
La deidad oculta
Amonet debe su epíteto “la oculta” al hecho de que personificaba el lado oscuro de la vida, que también puede ser el inframundo. De los cuatro puntos cardinales de la tierra, ella representa el Oeste. Por ser la divinidad del viento, suele representársele con la figura de un halcón.
Esta deidad hizo su aparición durante el Imperio Medio; sin embargo, los rituales en su honor alcanzaron su máximo apogeo durante el Nuevo Imperio. Tebas, Karnak y Hermópolis fueron las principales ciudades donde le rindieron tributo. Al incrementarse el culto a Osiris, Amonet perdió relevancia para dar paso a Mut, quien se convirtió en la esposa de Amón, asumiendo así el papel de la deidad del viento.
Tefnut
Esta deidad egipcia era la esposa y hermana del dios del aire, Shu, e hija del dios rolar Atum, conocido como Ra. Tefnut es la diosa gobernante de la lluvia, el rocío y la humedad, de gran relevancia dentro de la cultura egipcia.
De acuerdo con la leyenda, Tefnut hizo su aparición junto con su hermano Shu, proveniente de los fluidos corporales que produjo Atum, y fueron las primeras deidades que poblaron la tierra. Ellos dieron vida a la diosa del cielo Nut y al dios de la tierra, Geb, quienes a su vez crearon a las demás divinidades egipcias.
Aspecto
Tefnut posee figura humana y cabeza de leona. En algunos jeroglíficos aparece como una serpiente con cabeza de leona y un disco solar sobre sí, como señal de su vinculación directa con el dios Atum.
El simbolismo de la mujer con cabeza de leona proviene de la leyenda que cuenta sobre una disputa que tuvo con su esposo Shu y por la cual se fue de su casa. Asumió la forma de leona para agredir a quien se le acercara; pero Thot, el dios de la sabiduría, logró convencerla de regresar a su hogar. Junto con su esposo Shu, Tefnut procreó a los dioses Nut y Geb, quienes dieron vida a los dioses egipcios.
Atum
Forma parte de la Enéada egipcia de Heliópolis, por lo que se considera uno de los dioses más importantes de la mitología egipcia. Es la deidad creadora del universo. También se le conoce por los nombres Atem, Itemu, Tem o Atum-Ra. Su origen se debe a la creación del océano universal primigenio, de dónde provino el huevo primordial que le dio vida y que le permitió soplar aliento de vida en sus hijos Shu y Tefnut.
En el Antiguo Egipto se le representaba como un hombre de barba, que portaba una doble corona llamada sejemty. Atum fue el primer dios egipcio que se representó con forma de hombre, puesto que reemplazó a un dios serpiente de nombre Imy-uaf,
En su representación de deidad solar, aparecía con una cabeza de carnero, de mangosta o de ave fénix. En otras versiones se le mostraba como una serpiente que surgía de las aguas primordiales pata renovarse a diario.
Relación con otros dioses
Por su nombramiento como dios solar, se le vincula directamente con el dios del sol, Ra, pero Atum simbolizaba el sol del atardecer. Junto a Ra y a Jepri, formaba la tríada de deidades solares, siendo Jepri el símbolo del sol de la mañana y Ra, el del mediodía. Como dios creador, mantiene relación con todos los dioses, puesto que fue él quien dio inicio a la creación.
Shu
Shu representaba el dios del aire y su nombre era representación directa del vacío, considerado éste como el espacio que separa a la tierra del cielo. También era símbolo de la luz. Era un dios benéfico y tranquilo “como el aire fresco que llegaba a Egipto”.
Era hijo de Atum, el dios del sol. Nació junto con su versión femenina, su gemela la diosa Tefnut, divinidad de lo húmedo, con quien se casó y procreó a sus hijos Nut, que simbolizaba el cielo estrellado, y Geb, que personificaba la tierra.
Aparecía como un hombre cuya corona tenía una pluma de avestruz. En sus manos llevaba el cetro de Uas. En otras versiones se le encontraba con una rodilla sobre la tierra, para así sostener el cielo con sus manos, identificando los cuatro puntos cardinales, que fueron llamados los pilares de Shu.
También se le podía ver surgiendo de la tierra, con el disco solar sobre su cabeza y sus manos sosteniendo las bases del disco. Asimismo, aparecía en forma de león, que era su representación más sagrada.
Una deidad cósmica
En la mitología egipcia se considera que Shu es el que se encarga de los fenómenos meteorológicos: personificaba los rayos que emanaba el dios Ra, el calor del verano, la resequedad en el aire y los vientos fríos provenientes del norte.
Su principal tarea era mantener alejados a Nut, diosa del cielo, y a Geb, gobernante de la tierra para, de esta forma, evitar que se sucediese el caos en el universo y pudiesen procrear descendencia. Estos acontecimientos quedaron asentados en el Libro de los Muertos, texto en el que además se escribió que Hermópolis fue el lugar donde Shu erigió el cielo.
Otros dioses
Son muchas otras las deidades que, aunque menos conocidas, también forman parte del panteón egipcio. Una de ellas es Amset, quien junto con sus hermanos, era considerado el guardián de los puntos cardinales, siendo la representación del sur. Al lado de Isis, era el custodio del vaso donde se deposita el hígado del muerto. Se representaba con cabeza humana.
Se encuentra también Apap, que es considerado el destructor del universo, bajo la figura de la serpiente del mal. Todo lo contrario de Aroueris, que representa el universo ideal. Asimismo, está Bastet, que se personificaba con cabeza de gato y era protectora del faraón, cualidades que cobraron importancia con el tiempo.
Benú es considerado el Ave Fénix para los egipcios; mientras que Bes es el dios del matrimonio y del placer, comúnmente representado como un ser amorfo. Buto, es la diosa serpiente que protege el Bajo Egipto. Duamutef, el hijo de Horus, guardián del Este, que era representado con la cabeza como chacal y que junto a Neit, eran los protectores del vaso que guardaba el estómago del muerto.
Hapi es el nombre que le dieron los egipcios al río Nilo en su faceta de dios. Se le simboliza como un ser hermafrodita con una corona de flores de loto y papiro, en representación del Alto y el Bajo Egipto, respectivamente. Harmachus, es una de las formas adoptabas por Horus para vencer a Set; está en forma de esfinge denominada “Horus en el horizonte”.
Diferentes representaciones
Haspócrates, quien es Horus niño; Hathors, divinidades que guardaban el futuro de los niños. Huh, la inmortalidad creadora, e Icuk, las tinieblas del espacio. Ihi es uno de los descendientes de Hathor y dios de la música. Imentet es la deidad de la muerte; e Imhotep, es el que rige la sabiduría y es hijo del dios Ptah.
Isfet es el némesis del dios Maat, pues simboliza el desorden, la injusticia y la falsedad. Kebhesenuf, hijo de Horus que custodia el Oeste es, junto a la divinidad Selkis, el vigilante del vaso donde se depositan los intestinos del difunto. Kek, simbolizado con cabeza de serpiente, es el dios de la oscuridad.
Khem, representa la vegetación y la regeneración, por lo que se considera la divinidad de la resurrección. Khepris, el dios Escarabajo, que personifica la transformación. Khnef, representa el potencial de los poderes.
Khnum, o Jnum, es el Demiurgo; el dios del Nilo que baja a la tierra para fecundarla y hacerla florecer. En la ciudad de Elefantina, recibía adoración al formar la tríada con la diosa de las cataratas, Setis, y la diosa de la región de las cataratas, Anoukis. Su figura se representa con la cabeza de un macho cabrío. También aparece Koket, el dios de lo oscuro.
Maat es, contrario a Isfet, el dios del orden, la justicia, la verdad y el equilibrio. Simboliza los valores del Egipto Antiguo. Era la esposa de Toth y su representación era una mujer con plumas de avestruz en su cabeza. Se menciona también a Mafdet, quien es la divinidad que gobierna las ejecuciones.
Deidades reconocidas
Mehit, quien como esposa de Onuris, representa la fuerza que da origen al sol; también es considerada una forma de Tefnet. Mentu, es considerado el dios de la guerra en Tebas y se simboliza con la cabeza de un halcón. Min es la deidad de la fecundidad y de las cosechas. Neith, cuyos símbolos son el arco y el escudo, es la guardiana del trabajo doméstico.
Nekbeth, protege a las mujeres durante el parto, es una de deidad del Alto Egipto. Niat es una de las representaciones de Amón y personifica el viento y lo inasible. Niaut es el dios de la inmovilidad, Nonet, la deidad del caos y lo cálido; Onuris, quien representa la cosmogonía solar y Ophois, que es un antiguo dios guerrero, simbolizado con cabeza de chacal o de perro.
Renenutet, es la diosa de las cosechas. Safekht, Sifix o Seshet, diosa lunar de la historia y la literatura, era la esposa de Toth, su imagen suele llevar una estrella de cinco o siete puntas. Sebek, conocido también como Safekh, Sebakh o Sobek, es el dios de la noche y las tinieblas.
Sekhmet es la esposa del dios Ptah y la progenitora de Nefertum, con quien integraba la tríada de Menfis. Es la diosa de la guerra que solía representarse como una fémina con cabeza de león. Selkis es la divinidad que protege la magia, la diosa escorpión.
Dioses territoriales y foráneos
Serapis, es una divinidad reconocida por reemplazar a Osiris en el culto de adoración que le rendía el pueblo. Fue Ptolomeo I Sóter, general de origen grecomacedonio, quien lo introdujo, mezclando elementos egipcios con los griegos. También se le representaba como una serpiente, símbolo de sabiduría.
Otra divinidad egipcia es Sokaris, quien era el dios de los muertos y estaba personificado en una momia con cabeza de halcón. Además, está Thueris, diosa de la maternidad cuya forma era como un hipopótamo con garras de león y cabeza de cocodrilo. Asimismo, se puede mencionar a Tifón, el cual es uno de los nombres asumidos por Seth en representación de los principios cósmicos menores. Wadjet, diosa protectora del Bajo Egipto, que aparecía como una cobra erguida y Wadjner, deidad del Mar Mediterráneo.
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